domingo, 29 de diciembre de 2019

LUCRECIA MOLINARI, ARGENTINA Y EL SALVADOR

Con este titulo genérico me referiré a la serie de investigaciones que la mencionada autora argentina ha publicado sobre la guerra en El Salvador, aunque trataré de desglosar mis comentarios sobre los que considero principales, ya que la mayoría son refritos de sus primeras investigaciones. Debo decir, que a través de los años he recibido a muchos investigadores extranjeros que estudian nuestro conflicto para ayudarlos y orientarlos sobre cómo localizar las fuentes pertinentes y Lucrecia Molinari, la autora en mención, fue una de dichas investigadoras. 
En un par de reuniones abordamos su fijación por encontrar documentos oficiales de la FAES que respaldaren su investigación sobre la doctrina represiva imperante en el FAES a inicios de los años sesentas, y por más que le expliqué que esas fuentes bibliográficas no existían, veo que al final continuo con su idea aunque esta no tuviera el respaldo correspondiente.
Nos volvimos a encontrar en el XII Congreso de Historia Centroamericana, que se realizo en el campus de la Universidad salvadoreña, donde presentó su trabajo, que luego detallaré. Al ser cuestionada, esta vez en publico, como es que una investigadora basa su tesis en una única fuente bibliográfica sobre el tema, respondió que no había encontrado más referencias pero que a su entender eran suficientes, aunque esa fuente no era primaria, es decir, la había sacado de otros estudio que la mencionaba.
Digo lo anterior porque no es por razones ideológicas o personales que he descartado sus estudios y publicaciones sobre El Salvador, sino a la precariedad de su sustento, los documentos citados y otras fuentes que no son primarias, so faltas de pertinencia al tema que estudia y son demasiado escasas para construir sobre ella, una investigación con rigor académico.
Comenzaré por el llamado DOCTRINA MILITAR, ESTRATEGIA REPRESIVA Y ACTUACIÓN DE LAS FF.AA. SALVADOREÑAS ANTE EL AUGE DE LA MOVILIZACIÓN SINDICAL (EL SALVADOR 1962-1972).
En este trabajo, la autora centra su investigación en una "revisión bibliográfica" preliminar, tendiente a dar cuenta de los principales elementos del marco doctrinario, la estrategia represiva y la actuación de la FFAA y los CUSEP en lo que respecta al manejo de la conflictividad sindical, entre 1962 y 1972. Una pretensión fallida, pues solo puede mencionar un artículo escrito por un profesor chileno que servía como profesor en la Escuela de Guerra (Hoy Escuela de Comando y Estado Mayor) en los años cincuenta. Una pobre base para sustentar una investigación.
Tomar como base, para construir una Doctrina Militar, en este caso de contrainsurgencia, solo un artículo escrito por un profesor invitado (también teníamos profesores invitados de Argentina y Brasil en el tiempo) es no entender que la formulación de una doctrina militar nueva, requiere de muchos documentos (si solo hablamos de la parte escrita), así tenemos los planes, las directivas, los manuales, etc. Sin ellos, es poco probable que hablemos de un cambio de doctrina, como la autora tan vehemente afirma.
Acudir a los gastados clichés de la izquierda para describir una doctrina de represión desde los años sesentas es perpetuar la mediocridad con que se han escritos esos estudios, creo que ya es tiempo que dejemos atrás la hipocresía y leguemos a nuestra sociedad escritos más objetivos sobre nuestras guerras.
La autora sigue afirmando que desde 1963 podemos detectar la instalación de un aparato represivo contra-insurgente en El Salvador a instancia de los EUA, pero no hay datos objetivos que sustenten dicha afirmación más que los concebidos escritos de la izquierda. Claramente se confunde con la reforma militar salvadoreña de los años sesentas, que bajo el marco del programa Alianza para el Progreso, del ex-presidente Kennedy se llevó a cabo en esos años y que fue hasta 1981, la más grande reforma militar salvadoreña.
Aunque el programa tenía una clara política de preparar a los ejércitos para luchar contra un nuevo enemigo, esta vez interno, las FFAA salvadoreñas no asumieron esta nueva doctrina como la principal para sus fuerzas. En realidad, la creación de nuevas unidades (batallones y compañías), organismos de inteligencia y la participación en maniobras regionales son parte de la preparación militar de cualquier ejército. Cuando estas transformaciones alcanzan a las principales unidades militares y su doctrina, reflejada en sus manuales, son orientadas a esta nueva forma de lucha, es que podemos decir que una institución castrense ha pasado de un concepto de guerra regular a uno de guerra Irregular.
Esto se dio en El Salvador a inicios de 1981, pero anteriormente, la FAES se negó a asumir este cambio, pues su atención estaba en la preparación de una guerra regular contra Honduras, que ya en 1965 comenzó a revelarse con una peligrosa amenaza. Pero la FAES sí aprovechó esta coyuntura para recibir el nuevo entrenamiento, la formación de nuevas unidades, algunas especializadas como la de paracaidistas y la de comandos, así como la creación de organismos de inteligencia que pudiesen procesar la información obtenida.
Otro error de la autora es confundir el entrenamiento que daban las organizaciones extremistas o subversivas en el continente con la brindada por los EUA en Panamá. Afirmar que el entrenamiento ideológico de los extremistas de izquierda era replicado por los EUA es no tener idea del entrenamiento de un ejercito regular. Para aquellos que hemos asistido a dichos entrenamientos, nada más alejado de la verdad, los EUA poseen un ejército profesional y su enseñanza se mantiene en altos estándares y hasta ahora, en 25 años de investigar nuestro conflicto, no he encontrado a algún cursante de estos entrenamientos que haya afirmado que recibió entrenamiento ideológico anticomunista como lo afirma la autora.
Sus otros trabajos siguen la tónica de este formato, repetir los clichés y abrumar con datos sin mayores bases de respaldo, al menos objetivas. Ella también se ha sumado a esa corriente sudamericana que trata de vincular la guerra en El Salvador con la guerra sucia que se libro en el cono sur, en sus escritos da por sentado que Argentina y El Salvador colaboraron en la persecución y asesinato de ciudadanos utilizando los escuadrones de la muerte como una política de Estado. Como siempre, sus afirmaciones no están respaldadas por fuentes objetivas.
En verdad es muy duro leer estas supuestas investigaciones porque se descubre el pobre rigor académico que las sustentan y el repetir a cada momento los clichés de una izquierda acostumbrada a que se le debe creer por que sí, nada más. Difícil de recomendar de leer algo como esto, pues a diferencia de otros escritos similares, no hay nada bueno que aprender.

jueves, 26 de diciembre de 2019

EL SALVADOR: GUERRA, POLÍTICA Y PAZ (1979-1988)

Esta obra, en sus cinco capítulos y 229 páginas intenta, fallidamente, explicar el desarrollo del conflicto bélico desde sus aristas militar, política y económica. En verdad son una serie de estudios realizados por diversos autores y es la investigación del aspecto militar la más equivocada. Su autor, del que ya hemos comentado una obra sobre nuestra guerra, no puede evitar mezclar su entusiasmo por la lucha de los marxistas-leninistas que conformaron la guerrilla del FMLN y por ello, hierra en su descripción del desarrollo de la lucha militar y sus predicciones disimuladas sobre el triunfo del FMLN.
Crítico feroz de la intervención estadounidense en Latinoamérica, casi no menciona la sangrienta participación de los cubanos en las luchas insurgentes a lo largo y ancho de nuestro continente, ni siquiera menciona el apoyo del aparato de inteligencia y militar de la URSS en esas luchas y especialmente en El Salvador. Menciona, descalificando, la ayuda económica que EUA le dio al gobierno salvadoreño acotando que 74.1% fue de carácter militar o relacionada con ella, claro, jamás menciona que esa ayuda relacionada fue para la reconstrucción de puentes, casetas telefónicas, industria, torres de energía eléctrica; o dinero gastado en envíos de ayuda alimentaria, reconstrucción de escuelas, hospitales, alcaldías y un largo etcétera, no lo menciona porque sería revelar que todo esto fue causado por la destrucción que dejo a su paso la ola de terror del FMLN.
Por eso es que este tipo de obras y sus autores me cansa tanto de leer pero debemos hacerlo para el bien de nuestra comunidad. Su análisis militar (centrado en los primeras dos investigaciones) están llenas de datos triunfantes del FMLN y una mala interpretación de los hechos militares y sus lecciones. No es capaz, el autor, de entender los imperativos que rigen el accionar militar de una insurgencia y mucho menos la adaptación de las fuerzas regulares para enfrentar este tipo de lucha.


Manuat afirma sin empachos que solo la ayuda militar estadounidense a la FAES logró que esta sobreviviera al empuje del FMLN, lo que se demuestra, según él con el recuento de muertos en las filas de la FAES, que eleva a más de 20,000. Al utilizar los datos sobre bajas causadas al ejército provenientes del FMLN, se adhiere a su triunfalismo subjetivo, lo que ha venido a desacreditar sus investigaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que al final, las bajas oficiales de la FAES rondaron los 12,000 muertos y fueron en el FMLN que las bajas rondaran las casi 25,000.
Pese a todo tipo de afirmaciones a favor del FMLN, la obra tiene otras aristas más importantes que la vuelven parte de esas obras que contribuyen a nuestros análisis de la guerra que asoló El Salvador. En el capítulo dedicado a la cuestión económica, el investigador Alexander Segovia, tuvo el tino de agregar los datos por partida de la ayuda económica estadounidense, así como de importantes tablas que contienen el desglose de esta ayuda y los rubros a que estaba destinados.
Es, en mi opinión, el aporte más importante de este libro, pues con esos datos ya podemos hacer un acercamiento sobre la campaña de pacificación que El Salvador llevó a cabo en la década de los años ochentas con el apoyo de los EUA. Importante si queremos arrojar luz sobre esa campaña, sus imperativos, acciones y resultados.

lunes, 23 de diciembre de 2019

CROSSROADS OF INTERVENTION

CROSSROADS OF INTERVENTION, INSURGENCY AND COUNTERINSURGENCY LESSONS FROM CENTRAL AMERICA, es una excelente obra, un análisis muy objetivo y franco de abordar las lecciones que las guerras en Centroamérica han dejado al ejército y la diplomacia estadounidense. Muy bien abordado los tópicos de los problemas que sufrieron tres sucesivos gobiernos, el de Carter, el de Reagan y el de Bush (padre) para implementar una acción militar y política que les llevase a dejar atrás el síndrome de Vietnam.
Pocos anglosajones han abordado nuestras guerras y la participación estadounidense despojados de ese lenguaje despectivo y superficial, que muchos escritores, antes que él, nos dieran un entendimiento de nuestras guerras segados y confundidos. Este es uno de esos pocos libros que recomiendo ampliamente, es un texto que debería ser texto de estudio en nuestras academias y en la escuela de relaciones exteriores, donde se forman nuestros diplomáticos.


No hay duda que el abordaje hecho en la obra, con ese sistema anglosajón de lecciones aprendidas resulta en un verdadero texto de utilidad hacia el futuro, esa es la clave de la obra, su recuento del pasado nos lleva a aprender de las experiencias de la formulación de políticas públicas de defensa, en el marco de la Guerra Fría que enfrentaba a Estados Unidos con la URSS. Entender esta premisa básica, nos ayuda a comprender la problemática del gobierno estadounidense a la hora de participar en una nueva guerra, casi 10 años después del colapso de Vietnam.
Sus 196 páginas están repletas de datos bien ponderados y presentados de manera sobria sin ese acostumbrado rompecabezas de las construcciones gramaticales a las que nos tienen acostumbrados los académicos. En 8 capítulos, el autor nos lleva a formular las preguntas correctas sobre los imperativos estratégicos que determinaron la participación norteamericana en las guerras centroamericanas y por qué, desde un inicio, el gobierno de Reagan auto-limitó la participación de los militares en dicho conflicto.
Son examinados aquí, de forma simultanea, la guerra en Nicaragua, primero con la lucha contra Somoza y la de El Salvador. El autor no trata de formular paralelismos forzados entre estas guerras, como acostumbras muchos académicos, presenta y valora las decisiones de los sucesivos tres gobiernos estadounidenses, el enfrentamiento con el Congreso y la lucha por el apoyo de la opinión pública, al decidir sobre los montos, formas y calidad de la ayuda militar y económica entregada al gobierno salvadoreño y a la CONTRA nicaragüense.
Repleto de datos, la obra se muestra como un verdadero estudio de referencia, máxime si tenemos en cuenta que el autor escribió la obra para contribuir al debate sobre el aprendizaje de la insurgencia y contrainsurgencia en un momento en que EUA se encontraba en un callejón sin salida en Iraq y Afganistán. 
Algunas de sus conclusiones son una verdadera invitación al debate sobre lo que creíamos dar por sentado que conocíamos. "Una de ellas es la siguiente: la ofensiva final (noviembre de 1989) fue un fallo político y significó una derrota estratégica para el FMLN, pero esto no fue un desastre militar decisivo". Valoraciones sobre el minado de los puertos nicaragüenses también forman parte de la obra, así como el apoyo soviético y cubano a los insurgentes salvadoreños.
Valiosas lecciones que todo estudioso de nuestros conflictos debe tener en cuenta al abordar la historia de nuestras guerras. Un libro que recomiendo ampliamente.

martes, 17 de diciembre de 2019

BOMBAS SOBRE TONCONTÍN: LA CRÍTICA DEL LIBRO


Esta vez he invitado al Dr. David E. Spencer, un historiador militar especializado en las guerras latinoamericanas a que haga una crítica objetiva de la obra, cuyo título antecede. Estos son sus comentarios.
Bombas Sobre Toncontín, es sin lugar a dudas el mejor libro sobre la campaña militar de la Guerra El Salvador-Honduras de Julio de 1969 que se ha escrito hasta la fecha.  Puede haber otros mejores sobre los esfuerzos políticos, económicos o internacionales, pero ninguno ha contenido el detalle de la campaña militar, como la obra del Capitán retirado Herard von Santos Méndez.  Este libro es el producto de más de 30 años de investigación, multitudes de entrevistas con los protagonistas de la guerra, una exhaustiva pesquisa en los archivos nacionales de El Salvador y la literatura hondureña. 
En él se detalla todas las acciones grandes y pequeñas en tierra, aire y mar entre los dos países durante esas 120 horas históricas en aquel Julio de 1969. Por lo tanto, en él se revelan muchas cosas que antes no se habían contado: por ejemplo, el rol y la suerte de los blindados salvadoreños, el verdadero impacto de la artillería tanto en Nueva Ocotepeque como en El Amatillo, la verdad de la emboscada de Mataras, el verdadero impacto de las campañas aéreas de lado y lado y más.
Es imposible para un hondureño o un salvadoreño ser totalmente imparcial sobre este conflicto, y ese sesgo de parte de este autor salvadoreño, aunque mínimo, es evidente.  Por ejemplo, caracteriza los bombardeos salvadoreños del 14 de Julio como un éxito, cuando no lograron los objetivos que les fueron encomendados. 


Pueden haber tomado por sorpresa a los hondureños, y llegado a todos blancos, pero si no causaron los efectos deseados, particularmente las estratégicas, en mi mente no se puede calificar las operaciones de ese día como un éxito. Hay algunos otros ejemplos pequeños de esta índole que para mí son medio molestos leerlos, pero este tipo de afirmaciones nacionalistas son mínimas en esta obra.
Por lo tanto, el libro es lo más cercano a la objetividad que existe hasta la fecha.  Por ejemplo, explica porque no se puede afirmar que los hondureños lograron el dominio del espacio aéreo a pesar de haber logrado victorias tácticas aéreas como los ataques a Ilopango, Acajutla y los combates aéreos del 17 de Julio.  En ningún momento estos golpes tácticos afectaron el ritmo de operaciones aéreas ni terrestres de El Salvador. 
El autor muestra esto con evidencia concreta mirando los diarios de operaciones aéreas tanto de los hondureños como de los salvadoreños. También explica porque los salvadoreños no pudieron avanzar mucho más allá de los objetivos del primer día.  No fue por falta de munición y combustible como se ha afirmado en muchas publicaciones sobre el conflicto, ya que muestra que los salvadoreños se habían preocupado por conseguir suficiente parque y combustible para operar todos sus sistemas de armas y equipo para por lo menos 15 días. 
Cuando uno lee el desarrollo de las operaciones se da cuenta de que los salvadoreños se habían preocupado tanto por los asaltos iniciales, que no habían pensado mucho en lo que iba a ocurrir una vez estos objetivos se habían logrado.  Como dice el refrán “ningún plan sobrevive el primer contacto con el enemigo.”  Así ocurrió en la Guerra del 69.  Los salvadoreños fueron tan exitosos el día 15 de Julio, que les entró a los comandantes salvadoreños cierta parálisis para hacer las operaciones subsiguientes.
Por el otro lado, los hondureños, en su desesperación tomaron decisiones arriesgadas que reforzaron esa parálisis en los salvadoreños.  La emboscada de Mataras es uno de ellos.  Sin embargo, los esfuerzos hondureños no fueron parejos en todas partes.  La actuación de la Agrupación Táctico Especial (ATE) fue decepcionante, por la cobardía (no se puede caracterizar de otra manera) de su comandante.  El famoso contraataque hondureño al final fue un esfuerzo muy diluido que no llevó a nada. 
Al final de cuentas, la suma de estas actuaciones desesperadas llevó a que, aunque el avance salvadoreño continuó, fue mucho más lento y cauteloso de lo que debería haber sido.  Sin embargo, la resistencia hondureña no fue el factor más decisivo, si no la propia indecisión de los oficiales salvadoreños que perdieron la iniciativa después de alcanzar sus objetivos iniciales. De pronto uno de los aspectos más importantes del libro, además de su recuento detallado de las operaciones militares es el análisis militar que hace al final.  El análisis es largo y exhaustivo y sirve como texto de enseñanza para los futuros cursos de Estado Mayor. 
De pronto vale terminar con una cita que expresa muy acertadamente el punto central de la obra: “Categóricamente podemos asegurar que, aunque las fuerzas militares de tierra hondureñas fueron derrotadas en los campos de batalla, esta derrota no fue completa ni decisiva; por tanto, decimos que la victoria salvadoreña fue poco más que pírrica.”  Hay que felicitar al Capitán Von Santos por este importante Opus Magnus que con sus 690 páginas, 167 fotos b/n, 6 esquemas, 8 mapas y 5 dibujos, debe ser parte de toda biblioteca de quienes están interesados en entender esta guerra y la historia militar latinoamericana.
By David E. Spencer, Diciembre de 2019.


domingo, 17 de noviembre de 2019

493 DÍAS EN CUITO CUANAVALE

Un libro por demás interesante y bien logrado, claro, salvando la misongería con los hermanos Castro y la retórica marxista, el libro nos presenta de manera fluida los acontecimientos que llevaron a la Misión Militar en Angola enviar una fuerza de tarea mixta de tanques, infantería y artillería para enfrentar, junto a las tropas de la FAPLA angolanas, la embestida sudafricana en  Cuito Cuanavale. Contada especialmente por quienes fueron jefe y segundo jefe de dicha Fuerza de Tarea, además de incluir los testimonias de muchos oficiales de las diversas armas y servicios que formaron parte de esta fuerza, el libro recrea con gran realismo, no solo la conformación, traslado y combates que dicha fuera enfrentó para llegar a su destino y combatir contra las fuerzas de la UNITA respaldadas por los sudafricanos.
Especialmente interesante son las descripciones del uso de los tanques en situaciones poco usuales para este tipo de medios, así como el uso intensivo de los ingenieros para superar los obstáculos y campos minados enemigos, utilizando equipo mecanizado de origen soviético. Los pormenores de las construcciones defensivas y el intensivo uso del reconocimiento y ataque aéreo a baja altura son otro crédito extra del libro, es todo un rosario de estudio para los especialistas en tácticas y equipos de combate.

Importante para mí fue descubrir que los oficiales cubanos asignados a Angola provenían de sus cuadros más fogueados en otros intervenciones militares cubanas como la de Etiopía y con intensos estudios en las mejores academias de guerra de la otrora URSS, lo que demuestra la gran acumulación de experiencia militar gracias a sus intervenciones en otros países y el apoyo soviético en el entrenamiento de sus cuadros. Lo interesante de todo esto es que, a diferencia de los ejércitos árabes que también recibieron dicho apoyo, los cubanos decidieron hacer una mezcla de su entrenamiento soviético y el que dictaba su propia experiencia o instinto militar, lo que a la larga les permitió enfrentar a uno de los mejores ejércitos del mundo y no ser aplastante mente derrotados como los árabes en sus guerras contra Israel.
Lo más interesante del libro, para mí, fueron los duelos que sus tanques T-55 sostuvieron con los Olifant y AML-90 sudafricanos, al parecer, los sudafricanos no lograron pasar más allá de los campos minados que protegían la línea defensiva de una Brigada de Infantería angolana frente al poblado de Cuito Cuanavale y que dispuso de 3,400 minas anti-personal y 2,530 minas anti-tanque. Duelos que se sostuvieron casi al alcance máximo de los cañones de 100mm de los T-55 y por encima de las defensas de sus aliados angolanos, un tipo de combate poco usual para los tanques.
Durante enero-marzo de 1988, se libro en el sur de Angola esta épica batalla, que historiadores occidentales han llamado equivocadamente la última batalla de la Guerra Fría, siendo este galardón, si así se le puede llamar, correspondiente a la ofensiva que las guerrillas salvadoreñas lanzaron en noviembre de 1989 sobre las principales ciudades salvadoreñas. Dicha batalla implicó además, que sus helicópteros de transporte Mi-17 y de ataque Mi-25 ejecutaron más de 200 misiones en el área de Cuito Canavale.
con más de 370,000 soldados cubanos que sirvieron en Angola, no hay duda que dicha guerra es un capítulo que debemos estudiar más a fondo y sacar las lecciones necesarias. Es un libro que debe leerse sin tapujos.

domingo, 13 de octubre de 2019

LAS REVOLUCIONES EN AMÉRICA LATINA CONTEMPORÁNEA

Este es el segundo volumen de una trilogía escrita por diversos investigadores sobre las luchas revolucionarias en América Latina, no discutiré sobre los otros países del cono sur, centraré mis comentarios en el capítulo sobre la guerra en El Salvador, escrito por Carlos Gregorio Bernal. En 52 paginas de este segundo tomo, el autor hace un abordaje sobre el contexto del conflicto interno salvadoreño y trata de explicar, algo deficientemente, el desarrollo de la guerra, esto debido en gran parte a su falta de conocimiento del desarrollo de la guerra en términos militares, por lo que su abordaje es más político y económico para suplir esa deficiencia.
Su opinión sobre el problema de entender el contexto anterior de la guerra, desarrollando una teoría, algo novedosa, sobre el origen de nuestro conflicto, en la incapacidad de los gobiernos militares y las élites económicas del país, es por demás interesante, la incapacidad de los militares en el gobierno de separar los imperativos de la seguridad nacional de los de la democracia, situación que al final ahogo las reformas impulsadas por los primeros, lo que al final se coronó con los fraudes eleccionarios de 1972 y 1977.
otro punto importante que aborda el autor es la inteligente vinculación que consiguieron los grupos armados ilegales (FMLN) y el movimiento social, como una de las razones de la fortaleza alcanzada por el movimiento insurgente salvadoreño. Por primera vez lee que alguien al fin repara en la diferencia de encarar la toma del poder por los grupos subversivos salvadoreños, señalando claramente al Partido Comunista como uno seguidor de las directrices de Moscú que les obligaba a seguir el juego de las elecciones y abandonar cualquier intento de construir un ejercito guerrillero para desafiar al Estado, cosa que cambio radicalmente cuando en 1959, los hermanos Castro consiguieron el poder en Cuba.


Toda una oleada de entusiasmo recorrió el continente y en nuestro país, los otros cuatro grupos, que después llegarían a conformar el FMLN, adoptaron la lucha armada como principal forma de lucha contra el Estado, y sería hasta finales de 1980, que el PC se sumaría a esa nueva forma de lucha. Aspectos que el autor retrata muy bien. Su explicación, y la cito textualmente, es más que lapidaria a este respecto: "Para inicios de la década de 1960, el PC era una especie de cofradía o cenáculo de militantes comunistas que vivían en una especie de enclave místico, obnubilados por un marxismo esquemático y anquilosado, rodeados de un aura de romanticismo proletario, y con poca incidencia política práctica..".
Claro que el autor no puede evitar repetir los clichés repetidos por la izquierda hasta la saciedad, la acusación de que los cuerpos de seguridad y los paramilitares (no los identifica) estaban empeñados en una estrategia de asesinatos de todo aquel acusado de ser comunista y que el líder de los escuadrones de la muerte es el ya desaparecido Roberto D'aubisson sin mencionar las pruebas de sus afirmaciones.
Su desarrollo de la guerra no se corresponde con la que ya se sabe sobre ella y que hemos desarrollado ampliamente en la Revista IDENTIDADES, del Ministerio de Cultura (Número 12). Pese a ello, y por todo lo ya señalado, es un libro que todo investigador sobre nuestro conflicto debe leer, encontrará las claves del desarrollo del PC y su tardía apuesta por la lucha armada, así como la influencia de la iglesia y los sindicatos en el fortalecimiento de la insurgencia salvadoreña.

LA HISTORIA DE UN SOBREVIVIENTE DE LA GUERRA EN EL SALVADOR

De las pocas obras escritas por un soldado que retrata sus vivencias durante el conflicto interno salvadoreño, estoy casi seguro que no pasan de seis las obras publicadas de este tipo. La presente es un libro que recoge los momentos más álgidos del servicio militar obligatorio prestado por el autor entre agosto de 1984 y 1990. Entrenado en el nuevo CEMFA (Centro de Entrenamiento Militar de la Fuerza Armada), en La Unión pasaría después al Batallón Cayaguanca, de la 4ta. Brigada de Infantería.
Con esta unidad, el autor rememora y centra sus recuerdos, aunque al principio, también nos habla de la difícil situación que se vivió en el campo, en Chalatenango, sus vivencias sobre la persecución de civiles por enemistades, de ambos bandos, refleja la dura realidad que tuvieron que vivir los campesinos chalatecos, en donde su consigna era solo sobrevivir, es un pasaje importante para entender la dinámica de la guerra en el campo.
Es importante para la historia, la narración del ataque a la 4ta. Brigada, en diciembre de 1983, que hace en tercera persona recogiendo las vivencias del encargado de la enfermería del cuartel y que nos ayuda a colocar otra importante pieza en el mosaico que fue el ataque de las FPL a esa importante guarnición del norte del país. Otro hecho importante lo constituye su testimonio sobre los problemas del mando ejercido por los oficiales en el campo de batalla, algunas veces presentó una problemática, no estudiada en nuestro conflicto y que terminaba, en ocasiones, en la muerte del oficial o cadete. Un tema que debe ser estudiado para entender la problemática del mando en combate.


Especial atención, toma su relato donde se plasma la creencia de la entrega del cuartel de la 4ta. Brigada a las FPL en ese ataque a finales de diciembre de 1983 y que constituye uno de los mitos más perdurables de nuestra guerra, entre los militares que lucharon en ella. Su relato de la emboscada sufrida por la 2da. Compañía de Fusileros, del Cayaguanca en 1986, nos ayuda a entender las complejidades y la camaradería en combate, siendo una reflexión que todo cadete y soldado debe estudiar durante su formación castrense.
Otra capítulo importante es su narración de los combates que libro el Cayaguanca por socorrer al batallón Bracamonte en diciembre de 1990, durante la última y fallida ofensiva regional del FMLN durante la guerra y que terminó en la expulsión de las tropas del Bracamonte hacia Honduras. Así como el testimonio del derribo del AC-47 en diciembre de 1990, durante las mismas acciones.
Su testimonio termina con la descripción de los interminables minutos de dolorosas curaciones que debió recibir como consecuencia de haber pisado una mina y perder sus dos pies. Es en resumen, el testimonio de un soldado que cumplió con su deber a la patria y que como tantos, olvidado después de la firma de la Paz. Un libro de apenas 54 páginas pero de incalculable valor humano, por demás, imperdible.

miércoles, 2 de octubre de 2019

YO, CORRESPONSAL DE GUERRA

Un libro que narra las historias de los corresponsales de guerra del programa "24 Horas" de TELEVISA, empresa mexicana de comunicaciones desde 1971 hasta 1982. Una selecta selección de destinos, en donde la violencia era el pan de cada día, desde la guerra indo-pakistaní, hasta la guerra entre irán e irak, Centroamérica y otras convulsas regiones de nuestro planeta.
Son interesantes las notas de los corresponsales en El Salvador, entre 1979 y 1982. Una de ellas se refiere al atentado que sufrió el Cnel. Adolfo Majano mientra era miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno, aquel 3 de noviembre de 1980, un atentado al que podemos acercarnos a través de los ojos de un periodista mexicano que hace una extensa entrevista con él que nunca se publicó en El Salvador; o la descripción del horrendo crimen de la familia del coronel Choto Castillo, asesinado junto a su familia ese mismo mes por un comando de la FARN y que aun hoy, me sigue conmoviendo.
Otra nota de los corresponsales de TELEVISA cera el macabro hallazgo de los cuerpos de los seis  dirigentes del FDR secuestrados el 27 de noviembre de 1980, en el externado San José y encontrados sus cuerpos poco menos de 24 horas después, la nota describe las mutilaciones y torturas a que fueron sometidos antes de su ejecución, datos que nunca había leído hasta ahora.


Muy interesante fue la descripción que hacen del hotel Camino Real, centro de reunión de todos los periodistas extranjeros que venían a cubrir las noticias de nuestra guerra, un verdadero campo minado de espías, de izquierda o derecha, de la CIA y quien sabe más de cuantas otras agencias de inteligencia. Otro eslabón en las actividades del espionaje que salpicaron nuestro conflicto.
Hasta encontramos una entrevista que le hicieran al recordado Gral. Alberto Medrano, a quien equivocadamente ubicaron aun como líder de ORDEN y ANSESAL, organismos que para el momento de la entrevista ya no existían. Otra entrevista que nunca se publicó aquí. También encontramos una crónica sobre la bomba que estalló en las cercanías de la embajada de Nicaragua en nuestro país y la toma de rehenes en la embajada de Costa Rica; ambos eventos con información y datos que no se encuentran en los informes de prensa salvadoreños de aquella época.
Las historias sobre El Salvador se completan con otras sobre la guerra entre Irán e Irak, con corresponsales desde ambas líneas del frente y que son muy ilustrativas de la visa en los frentes de batalla en esa guerra. No hay duda que es un libro que con sus 20 relatos y 348 páginas debemos leer para aprender más de nuestra historia.

domingo, 22 de septiembre de 2019

HERNÁN CORTÉS, HISTORIA OCULTA DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA

No hay duda que la figura de Hernán Cortes esta envuelta en una leyenda negra que atraviesa el nacimiento de una nueva nación en México y señala la violencia y el terror que los conquistadores utilizaron para someter a nuestros pueblos indígenas. Pero lo que no debemos dejar pasar es la continua investigación de esa conquista y volvernos a preguntar, ahora, a la luz de las nuevas investigaciones, si no fueron nuestros pueblos originarios los que contribuyeron en gran medida a esa conquista.
Para nadie es un secreto que los limitados recursos militares de los conquistadores en México no eran suficientes para completar tan formidable empresa, no, se necesito de la traición de otros pueblos indígenas para posibilitar al conquistador español esa empresa. Que fue brutal, no hay duda y por ello obras como la presente nos obligan a replantearnos esos paradigmas de la historia, nuestra historia.
Lo interesante del libro es el nuevo enfoque de la expedición en¿cabezada por Cortes en su conquista de lo que hoy es México, siguiendo paso a paso la ruta que siguió Cortes, el autor nos lleva a un viaje e´pico, señalado por las actuales ruinas o asentamientos que en su día siguió Cortes. Ese es el merito del libro, recorrer paso a paso esa épica hazaña, recordando los pormenores de cada paso, de cada pueblo conquistado y presentando las diferentes investigaciones que existen al respecto para que el lector haga su propio juicio de valor.
En once capítulos y 220 páginas, el autor nos transporta a la época de la conquista, pero lo hace de una forma singular, lo hace a partir de su propio viaje por la ruta que siguió Cortes, por ello, la descripción de la conquista es tan fresca y adictiva, y en el proceso descubrimos que algunos conceptos que teníamos sobre la conquista son erróneos, como la famosa quema de los buques que llevaron la expedición a México, nada que ver pero que su hundimiento fue igual de importante para el logro de la empresa.


Descubrir lo exiguo de las fuerzas españolas nos demuestra que sin la activa ayuda militar de algunos pueblos indígenas, la conquista nunca hubiese sido posible en aquellas condiciones. La construcción de una flota de bergantines para reconquistar Tenochtitlan, una brillante estrategia que coronó con éxito su ataque. Algo importante, como su lugarteniente Pedro de Alvarado, eran hombres de armas tomar que no rehuían el combate con el enemigo, el propio autor lo describe así: "La necesidad de acción era consustancial a Hernán Cortes".
No hay duda que los estudiosos del arte militar debemos repasar el legado militar de nuestros conquistadores, pues este legado, para bien o mal nos ha acompañado a lo largo de más de 500 años y explica en gran medida el porque de nuestras sociedades violentas. Una buena lectura sobre los padres de la técnica bélica de nuestros ejércitos.

lunes, 16 de septiembre de 2019

TRUJILLO Y YO, MEMORIAS DE JOHNNY ABBES GARCÍA

Era un libro que esperé leer con ansias, su autor, el creador de los servicios de inteligencia del dictador Trujillo, es todo un enigma para los historiadores. No era un militar de carrera pero no hay duda de sus aptitudes personales para el espionaje. Centrado en su servicio a la dictadura del Gral. Trujillo, a quién retrata casi como un personaje paternalista y desenfadado, en un intento por justificar su propio servicio al de una de las dictaduras más oprobiosas de nuestro continente.
La obra se divide en 37 capítulos y 254 páginas que nos introducen al desarrollo de los servicios de inteligencia de la República Dominicana bajo el dictador Rafael Trujillo, descritos de una manera cándida no podemos dejar de sorprendernos de aquellos que torturaron, asesinaron y desaparecieron a los opositores políticos o simples ciudadanos dominicanos por el simple hecho de diferir en las ideas respecto a la dictadura. Un triste recuerdo para nuestros pueblos en estos días de populismo y designados divinos.
El propio autor aclara que fue el creador del Servicio de Inteligencia Militar, al que describe como el más eficiente y temido cuerpo de seguridad de la Dictadura. Es interesante observar como las practicas de los servicios de inteligencia de las Dictaduras de derecha que popularon en nuestro continente son muy parecidas sino es que iguales a las prácticas de estos en las Dictaduras marxistas como la cubana o venezolana de nuestros días. Primero, hay que coptar a los oficiales de las fuerzas armadas, sobre todo a los oficiales jóvenes, procediendo a utilizar sus servicios, fuera de sus horarios militares, en funciones dentro de la inteligencia militar realizando labores de agente, de vigilantes, de protección al dictador, y de represión cuando era necesario. En resumen, se procedió a comprometerlos con el régimen con sus hechos.


Su paso por Guatemala y la relación de trabajo que mantuvo con el jefe de la Seguridad de Guatemala, Carlos Lemus, durante el gobierno de Castillo Armas es muy interesante, pues se entiende, desde el principio, el apoyo que Trujillo dio a Castillo Armas para su golpe contra Jacobo Arbenz. No esta muy claro el papel que jugo la Dictadura Dominicana en el asesinato de Castillo Armas pero si la colaboración de estos servicios de inteligencia para combatir a los opositores de ambos gobiernos.
El 28 de mayo de 1958, Abbes García era nombrado Director General de Seguridad y lo primero que hizo fue una profunda reorganización, efectuándose una depuración completa del personal en funciones. El mismo autor agrega: "Un nuevo personal, depurado, tomó funciones de agente secreto y de investigadores. El entrenamiento fue duro e intenso, pues había urgencia de poner en activo a esa gente".
se hicieron venir instructores mexicanos para adiestrar a este personal y como en toda Dictadura, la expansión de los "agentes provocadores" fue notoria. En especial, se contrató, personal femenino para sumir este papel, que con el debido entrenamiento fueron más idóneas para tales fines. En definitiva , es un libro que no se puede pasar por alto, sobre todo para aquellos investigadores interesados en los servicios de inteligencia de la región y sus historias.
Aunque lleno de halagos y expresiones patrióticas, no hay duda que los servicios de inteligencia de Trujillo sembraron de terror no solo a sus opositores en Dominicana sino en cualquier país de la región a donde pudiesen escapar o refugiarse. Una obra imperdible.

lunes, 9 de septiembre de 2019

AT THE HURRICANE´S EYE

Cuando supe de este libro, me puse a buscarlo, creí erróneamente que se trataban de las memorias de un Boina Verde que había servido en El Salvador durante nuestro conflicto interno, pero es más bien, una crónica de las Fuerzas Especiales estadounidenses desde Vietnam hasta Tormenta del Desierto.
Sus 23 capítulos están contenidos en 278 páginas que nos llevan a través de un viaje en el tiempo, por las sendas de aquellos hombres que han servido a su gobierno como soldados excepcionales en toda guerra desde los años cincuenta.
El autor, en uno de sus capítulos, nos adentra en los pormenores del servicio prestado en nuestro país y de la polémica desatada en el gobierno estadounidense en reconocer o no, el servicio prestado por sus militares aquí, como servicio en áreas de combate o de mucho riesgo. Su descripción del arribo de los primeros Boinas Verdes en llegar a El Salvador en marzo de 1981, provenían del 3er. Batallón de Fuerzas Especiales localizado en Fort Gulick, Panamá.
La obra es muy interesante pues no esta enfocada en el papel que los asesores militares tuvieron en la guerra salvadoreña adiestrando al ejército local; más bien, el autor intenta justificar el porque, según él, todos los que sirvieron aquí, deben de ser reconocidos como personal militar que sirvió en áreas de combate, yo no estoy aquí para dar o no la razón al autor, pero sí me interesa aclarar algunos conceptos escritos para seguir evitando errores y equivocaciones sobre el papel de los asesores estadounidenses en el país.
La guerra salvadoreña duró 20 largos años y los estadounidenses estuvieron aquí en los últimos 12 años, cuando llegaron en marzo de 1981, las reglas de enfrentamiento bajo las cuales sirvieron, eran muy restrictivas y aunque oficialmente solo podían portar armas personales como las pistolas, siempre se las ingeniaron para cargar armas más pesadas como los los fusiles M-16, las ametralladoras M-60 y hasta lanza-granadas M-79. este fue un claro conflicto que el autor ha retratado muy bien, el problema es su afirmación que desde que vinieron, fueron sometidos a fuego enemigo.
Hay que entender que la guerra de guerrillas no tiene frentes definidos y en general se acepta que el campo de batalla es todo el país, pero en la realidad, sabemos que algunas áreas del país estuvieron casi ausentes de combates. en la capital salvadoreña, donde tenían su base principal los Boinas Verdes, la infraestructura urbana de las guerrillas fue casi destruida en un 100%, por lo que fueron raros los ataques en la capital entre 1981 y 1982. 


Pero, debo aclarar, debemos ser cuidadosos al otorgar conceptos en el tiempo, pues las acciones armadas de carácter urbano siempre existieron en este periodo, pero según el tiempo del que estemos hablando, así son más frecuentes o infrecuentes. El autor por su parte, encadena una serie de factores a lo largo de esos 12 años, que al leerlos casi le dan la razón, pero no fue así.
La guerrilla no concentró sus atención en los asesores estadounidenses sino hasta 1983 y luego en 1985. Ataque masivos de la guerrilla a cuarteles regionales del ejército salvadoreño encontraron que se realizaron con la presencia de los asesores, pero dichos ataques no estaban diseñados para acabar con ellos sino más bien, fue algo circunstancial.
El ataque a la 4ta. Brigada en 1987, a la 3ra. Brigada en 1986 y al CEMFA en 1985, se encontraron con personal de los asesores, que bajo las reglas de enfrentamiento, estaban facultados para empuñar sus armas y defenderse o evitar las bajas de sus compañeros. Menciono estos 3 casos porque fueron los más emblemáticos pero, son 3 casos a lo largo de 3 años, no hay una constante exposición al fuego enemigo.
Otra equivocación del autor y repetida por muchos a lo largo de nuestra historia, es que el Batallón Atlacatl se entrenó en EUA, siendo lo correcto que fue entrenado hasta julio de 1981 por un equipo de Boinas Verdes, como ya lo he dicho en otros foros, el Atlacatl fue organizado en marzo de 1981 sin contar con entrenamiento de los asesores pues sus efectivos eran voluntarios que habían cumplido su Servicio Militar Obligatorio por lo que el mando castrense salvadoreño juzgó no necesitar de el.
El Batallón Belloso fue el único entrenado enteramente en los EUA, entre enero y abril de 1982.
otro error que se sigue repitiendo es sobre la forma en que la guerrilla del FMLN llevó a cabo los ataques a los cuarteles regionales de San Miguel y el CEMFA, pues el autor, como muchos otros, los adjudica a considerables fuerzas guerrilleras que atacan, desde afuera, las instalaciones militares; creo que ya esta bastante claro que dichos ataques fueron sabotajes al estilo vietnamita, con uso de fuerzas especiales y atacando desde dentro de las instalaciones.
Quiere decir esto, que los asesores estadounidenses que sirvieron en nuestro país no merecen el reconocimiento oficial de que estuvieron en zonas de combate y de extremo peligro; claro que no. los Boinas Verdes sirvieron a su país en una de las más crueles guerras de guerrillas que se ha librado en nuestro continente durante la Guerra Fría, y ellos estuvieron en primera línea junto a nosotros, no importa en que momento o si fueron objeto de fuego hostil.
El solo hecho de estar aquí, en una guerra de contra-insurgencia y exponerse a ser atacados en cualquier momento o lugar, les hace acreedores del agradecimiento no solo de su gran país, sino del pueblo salvadoreño y de aquellos soldados que junto a ellos, defendimos nuestra joven democracia. Todos cometemos errores, y el autor del libro, no ha sido la excepción.
Créanme, el relato de la participación de la comunidad de fuerzas especiales estadounidenses en las guerras libradas en Vietnam, El Salvador, Grenada, Panamá e Iraq, les dejara satisfecho y para los que estudian nuestro conflicto, el autor hace importantes contribuciones de datos sobre la guerra salvadoreña, es un libro que no pueden dejar de leer para aprender.

sábado, 7 de septiembre de 2019

ATEMORIZAR LA TIERRA

Buscando los orígenes del ejército salvadoreño me encontré con esta joya literaria de la conquista española de Guatemala y El Salvador. Ni qué decir que todo lo que sabía de Pedro de Alvarado estaba equivocado. El libro dividido en tres capítulos y 175 páginas nos describe de manera clara y sencilla el proceso de la conquista Española en Guatemala y El Salvador, centrándose en la figura española que simboliza dicha conquista, la que fue brutal, prolongada y compleja como afirman sus autores.
Pedro de Alvarado, más que ningún otro actor, influenció la manera en que la conquista estaba destinada a desarrollarse, dejando detrás de sí un legado de opresión que ni siquiera su muerte podía borrar.
Con apenas 38 años de edad, Alvarado ya era un experimentado militar cuando recibió el encargo de conquistar Guatemala y El Salvador. Pero las actuales crónicas de su paso por nuestro país, dejan de lado y con creces todo lo que nos enseñaron en la escuela sobre ello. Esa versión romántica de la conquista, en que un pueblo avanzado civiliza a otro, para dar paso a una verdad cruel y traumática.
Se reexamina aquí, el papel de los Kaqchikeles como aliados del conquistado español como su rebelión y resistencia.
La conquista y la rebelión de los Kaqchikeles es retratada con crudeza, exponiendo a un despiadado conquistador, Alvarado, que no escatima infringir sufrimiento a los pueblos indígenas que se le oponen o a aquellos que le traicionan. Es una lástima que los autores no hayan entrado en el detalle de describir la organización militar de ambos contendientes pero sin lugar a dudas, su descripción de las batallas les dejara satisfechos.

Alvarado, como afirman los autores, llegó a la conclusión de que sólo mediante acciones "para atemorizar la tierra" podría subyugar a los K'iche's. Con esa finalidad, exigió "confesiones" de los gobernantes capturados y luego los mandó a quemar en la hoguera. Semejante antecedente cuando en mayo de 1524, Alvarado y sus huestes cruzaron a la tierra Pipil de lo que ahora es el occidente de El Salvador.
Y fue en Acaxual, lo que hoy se conoce como Acajutla que los salvadoreños se enfrentaron al conquistador, y fue en esa batalla, que una flecha indígena atravesó un a de sus piernas, dejándolo cojo de por vida. Ahí es también cuando nace uno de los mitos de la resistencia salvadoreña, la del jerarca Pipil que le planta combate, el jefe guerrero Atacat, que luego pasaría a nuestra historia como Atlacatl, mito que ha perdurado hasta nuestros días.
Una obra que no pueden perderse, sobre todo si les interesa la historia de los orígenes del Ejército salvadoreño.

lunes, 2 de septiembre de 2019

CICATRICES DE GUERRA, HERIDAS DE PAZ. LA TRAGEDIA ÁRABE-ISRAELÍ

Uno de los mejores libros que he leído sobre el conflicto árabe-israelí y la tragedia que ambos pueblos han vivido a lo largo de la historia. Con una narrativa coherente y explícita, su autor nos introduce a ese laberinto que ha significado, desde los años veinte, la consecución de una patria judía y una palestina. Hechos narrados por un testigo presencial de la difíciles sino es que imposibles, conversaciones de paz entre árabes, israelíes y palestinos que han mantenido al Oriente Medio como una caldera siempre bajo presión y a punto de ebullición.
Son 421 páginas que nos sumergen en ese mundo del "ethos" nacionalista y la historia ancestral de una tierra y su población que ha mantenido una permanente confrontación militar cuyas repercusiones han trastocado al mundo entero y es una vitrina que muestra lo que viene sino es se logra atajar de una vez por todas, con tan ancestral conflicto.
El Estado judío fue el fruto de las condiciones favorables creadas por el mandato británico en Palestina y desde entonces, en constante guerra con sus vecinos árabes. El conflicto fundamental sobre estas tierras es que ambos pueblos, el judío y el palestino, quieren la misma tierra y aunque hoy, han logrado crear ambos pueblos, sus respectivos países independientes, el Palestino aun esta en proceso de consolidación y su separación en dos grandes áreas, Gaza y Cisjordania le han creado más problemas a la construcción de una institucionalizad democrática que se ha visto avasallada con la actividad de grupos como Hamas en la Franja de Gaza.
Es interesante conocer el vaivén y los contextos que han posibilitado el nacimiento del Estado judío y el casi reconocimiento oficial del Estado palestino, el papel de los líderes de ambos pueblos, los conflictos regionales, así como las guerras árabes-israelíes, todo ello, vinculado a los aspectos internos de ambos pueblos, sus políticas y gobiernos civiles.

Cómo surge en Israel la teoría de la guerra preventiva, la guerra por elección y la disuasión nuclear, lo que ha creado en ese país, una comunidad civil en armas, siempre dispuesto a empuñarlas para defender su propia existencia. Es una crónica que nos introduce a la interioridad de ambos pueblos, de sus líderes políticos, de su estamento militar; las enormes diferencias que los separan pero también las coincidencias que los unen.
La política de guerra preventiva no siempre fue así, en un principio, como nos explica el autor. Primero en 1937 y luego en 1948, una nueva generación de combatientes judíos fue instruida en en cambiar sus tradicionales tácticas defensivas por atrevidas represalias ofensivas contra la población árabe, en la que a veces, se cometieron algunas atrocidades.
Esa historia de la máquina militar judía y árabe es lo más importante para los investigadores de las guerras, recuerden que Israel fue uno de los proveedores militares de los arsenales de los ejércitos latinoamericanos y parte de su doctrina ha sido recogida en nuestra historia militar reciente. En verdad es un libro que no debemos dejar de leer.

jueves, 22 de agosto de 2019

LA GUERRA DEL YOM KIPPUR

La colección de libros de la editorial San Martín fue pionera en el mundo de habla hispana al tratar temas como las guerras árabes-israelíes, en un formato sobrio pero bien logrado, logró interesarnos por este conflicto, siendo el presente libro un clásico sobre dicho tema en Latinoamérica, aunque ahora, a raíz de tanta literatura al respecto, se les vea como estudios superficiales de dichos conflictos, son sin embargo, la primera aproximación, en lengua española a éste fascinante tema. El autor de la obra, el Cnel. Barker es todo un veterano del ejército inglés especializado en el tema de las fuerzas blindadas, es una autoridad en el tema.
El libro, con sus 160 páginas, apenas da para un relato general de los combates librados por judíos y árabes en la Península del Sinaí y los Altos del Golan, pero no por ello, fascinante y bien estructurada pues sus 10 capítulos engloban los aspectos generales del tan esperado ataque árabe y sin embargo, pilló desprevenidos a los Israelíes. No se puede evitar hacer una analogía con el caso salvadoreño, cuando sus fuerzas armadas invadieron Honduras en julio de 1969, logrando sorprender al Alto Mando militar hondureño, como lo hicieran los árabes 4 años después. Por ello, su estudio es imperioso, sobre todo las lecciones aprendidas de tal choque.
La guerra del Yom Kippur ha sido el único momento en que la estrategia israelí de la guerra preventiva fue usada en su contra por un país árabe, en este caso, Egipto y Siria. La meticulosa preparación del asalto egipcio para cruzar el canal de Suez bajo el amparo de una densa sombrilla de defensa antiaérea, o el ataque blindado de las formaciones de tanques y comandos sirios, no fue el fruto de la improvisación, sino de una meticulosa preparación, que además involucró la decepción para despistar a los servicios de inteligencia hebreos.
Lo que me hizo recordar aquella reunión del embajador estadounidense en el país en julio de 1969, cuando por la mañana del 14 de julio (día del ataque salvadoreño) se reuniera con el Jefe del Estado Mayor General salvadoreño y éste le asegurase que no habían planes de ningún ataque contra Honduras o cuando pocas horas después, los oficiales de la Fuerza Aérea incomunicaron a los miembros de la Misión Aérea de ese país en la base de Ilopango, negándoles cualquier oportunidad de dar aviso del inminente ataque.
Israel no dio crédito a los informes de inteligencia que señalaban el incremento de actividad militar de sus enemigos en los bordes fronterizos, su confianza en su poder militar y las anteriores batallas ganadas a los árabes, los llenaron de arrogancia y confianza excesiva. Interesantes lecciones se derivaron de esta guerra, no solo para árabes e israelíes sino para todo el mundo, que asistió al enfrentamiento de la doctrina occidental contra la soviética. Lecciones que se olvidaron hoy día y que pudimos ver en la guerra de Siria y contra ISIS.
Los salvadoreños perdimos de vista que nuestro gran enemigo en la región es Honduras, que nunca nos ha perdonado la humillante derrota que le dimos en 1969. Han sido un obstáculo al desarrollo regional del país y una permanente amenaza que debemos enfrentar, al menos a mediano plazo. Nuestra indolencia les ha permitido apoderarse de la isla Conejo y hemos puesto oídos sordos a su renovado plan de actualización militar que pronto nos pondrá en una situación de desventaja o debilidad militar.

Las voces de aquellos que por el bien económico de sus inversiones en Honduras, es la negativo de ver la realidad, olvidando con ello, una de las lecciones de la guerra de Yom Kippur, una de las principales, nunca tener la guardia baja frente a un enemigo potencial y declarado.
Éste libro hay que leerlo con beneficio de inventario y recordar que como conductores políticos o militares de una nación, nunca debemos cerrar los ojos a lo obvio y preparar a la nación para momentos difíciles.
El capítulo que más me gusto, es el dedicado al Frente Norte, donde los sirios estuvieron a punto de colocar a Israel ante una difícil situación militar que pudo haber cambiado el resultado de esa guerra y quizás, las fronteras que hoy conocemos del Oriente Medio, no fueran las mismas. El asalto de los comandos sirios utilizando cuatro helicópteros para recuperar el Monte Hermon, defendido por dos pelotones israelíes y el posterior contraataque judío para recuperar éste importante bastión en la zona, de película cómo diría un amigo.

martes, 13 de agosto de 2019

HISTORIA Y DEBATES SOBRE EL CONFLICTO ARMADO SALVADOREÑO Y SUS SECUELAS

Esta obra es producto de los debates que se sostuvieron en ocasión del seminario de febrero de 2012 "Historia, sociedad y memorias: el conflicto armado en el XX aniversarios de los Acuerdos de Paz", al que tuve la oportunidad de asistir como oyente. Es un trabajo de consulta que nos permite acercarnos, de manera global, al estado de las investigaciones publicadas sobre nuestra guerra y que también abarca la bibliografía disponible y los fondos de consulta bibliográficos, es entonces una obra de obligada referencia para aquellos que investigamos dicho tema.
La obra esta dividida en dos partes: actores armados y estado de la cuestión sobre en conflicto armado. La primera parte que a su vez se divide en 3 apartados, intenta desarrollar un cuadro sobre los actores armados del conflicto pero adolece de la falta de referencias a uno de ellos, la Fuerza Armada es dejada de lado y todos los aportes en ésta área se refieren a la guerrilla del FMLN, siendo el dos trabajos los que valen la pena, el de Ralph Sprenkels, quién trata las relaciones urbano-rurales en la insurgencia salvadoreña, y el de Martín Alvarez, Del partido a la guerrilla: los orígenes de las FPL, los demás no pasan de ser lo mismo, una ODA a los movimientos de izquierda latinoamericanos.
el otro gran tema que vale la pena leer es el de la segunda parte y que fuera elaborado a partir de los debates de la mesa organizada sobre las fuentes y pistas para la investigación del conflicto armado, en cuyas líneas encontramos descritas las dificultades que tienen los investigadores para accesar a las fuentes de información, publicas o privadas para documentar nuestro conflicto; un paso muy importante si se quiere saber desde el inicio lo restringido de dichas fuentes y sobre todo, su ubicación física.

Sprenkels acepta sin dificultad lo que otros escritores de izquierda han negado a través del tiempo: "la expansión encubierta basada en la infiltración de redes organizativas existentes, la superimposición de estructuras clandestinas sobre toda una gama de organizaciones sociales y políticas; y la creación de nuevas organizaciones gremiales al servicio del partido" dejan al descubierto la conexión de sindicatos y similares con la subversión salvadoreña.
O como cuando afirma "A partir del éxito de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), los dirigentes locales respaldados por los jesuitas, tomaron el mando de las organizaciones campesinas en la región (FECCAS), y la pusieron al servicio de las FPL". El estudio de Sprenkels es muy revelador de los inicios y la praxis de los primeros grupos insurgentes en el país y es una lectura obligatoria para los estudiosos de dicho conflicto.
El capítulo referido a las fuentes es muy interesante y recomendado para los investigadores, no he leído algo mejor al respecto hasta ahora. Es una lástima que esfuerzos como este se hayan abandonado, eventos como el próximo aniversario del Golpe de Estado del 15 de octubre de 1979 o el de la Ofensiva Hasta el Tope, de noviembre de 1989, bien merecían un esfuerzo igual.
No dejen de leer esta interesante obra, ahora que han venido recargados de las vacaciones.

miércoles, 31 de julio de 2019

LA HISTORIA DE LA LUFTWAFFE

Una trepidante historia sobre el cuerpo aéreo alemán que enfrentó a las potencias aliadas a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, Killen, su autor nos transporta a los albores del naciente poder aéreo alemán allá por 1917, cuando sus endebles cazas enfrentaban a los mejores pilotos británicos y franceses sobre los cielos de Francia. Un relato lleno de aventuras, contadas por los protagonistas, aquellos hombres sobre los que descansaron los mayores éxitos de la aviación alemana así como de su estrepitosos fracaso al final de la guerra.
Desde los cielos de España, donde la Legión Cóndor de Hitler dio sus primeros pasos hasta las cenizas de las ciudades alemanas donde se inmolaron miles de pilotos germanos en un inútil esfuerzo por defenderlas, es una historia llena de pujante valor, de sacrificio y de compromiso con la patria que los vio nacer.
En 342 páginas, el autor nos lleva por los vuelos de combate que leyendas del aire escribieron sobre los cielos del Frente Occidental, Werner Voss, en cuyo triplano azul plateado encontró la muerte después de haber derribado 48 aviones enemigos aliados, el Húsuar Volador descansaba en paz. el 21 de abril de 1918, otro as germano volaba al encuentro de su muerto, Manfred von Richthofen, el Barón Rojo era alcanzado por el fuego de fusilería de la infantería australiana, después de haber derribado 82 aviones enemigos, marca que aun se conserva en el mundo.
Así, desde sus humildes comienzos, Killen nos traslada a los campos de batalla en donde los pilotos de la Luftwaffe dejaron sus vidas pero nos legaron tremendas lecciones de combate, de valor y sacrificio, y una advertencia a los políticos del mundo que aun hoy día se empeñan en ignorar, no vale de nada sacrificar la flor de la juventud de un país por intereses egoístas de sus élites gobernantes.
Los dos capítulos de la obra referidos a la Batalla de Inglaterra, son a mi juicio los mejor logrados por el autor, uno casi revive el vuelo en esas pequeñas cabinas de los cazas contrincantes o la de las acristaladas narices de los bombarderos Heinkel 111 cuando eran atacados por los Hurricane y Spitfire ingleses, que temple la de aquellos guerreros. La batalla se saldo, entre el 10 de julio y el 31 de octubre de 1940 con 1733 aparatos de todos los tipos de la Luftwaffe contra 915 derribados a la Real Fuerza Aérea inglesa.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la Luftwaffe contabilizaba, entre el 1 de septiembre de 1939 y el 8 de mayo de 1945, la pérdida de unos 94,500 aviones de todos los tipos y murieron en acción 138,596 oficiales, pilotos y tripulantes y 156,000 fueron reportados como desaparecidos, considerándolos muertos.
Sus tumbas yacían desperdigadas desde Noruega a Grecia, en Rusia y en el Desierto Occidental, lugares de descanso eterno para todos ellos. Una excelente lectura para estas vacaciones.

lunes, 29 de julio de 2019

DESAFIANDO LOS PODERES

Otro libro muy pesado de leer, lleno de los mismos estribillos a que nos tienen acostumbrados los intelectuales de izquierda o sus simpatizantes, y aquí, el autor no puede evitar mostrar su admiración por aquellos que sembraron de destrucción y dolor el país a lo largo de 20 infernales años de una guerra librada entre hermanos.
Han sido 330 agónicas páginas que nunca terminaba de leer pero que debía, pues como investigador de nuestros conflictos era mi trabajo. La obra prometía mucho, aunque fuera más por su título que por la reputación de su autor. No discuto el concepto plasmado sobre que las movilizaciones sociales fueron contribuyentes a los cambios sociales en el país, algunas más, otras menos, estas organizaciones, algunas espontaneas y otros con años de lucha han demostrado lo que la historia ya ha plasmado en el mundo, los cambios en una sociedad no suceden, mayormente, por obra y gracia de sus iluminados gobernantes.
Han sido las luchas violentas de nuestras sociedades las que han marcado esta tendencia, y El Salvador no ha escapado a esta lógica. Desde las marchas que exigían el fin de la dictadura del Gral. Hernández Martínez en 1944 hasta las últimas marchas reivindicativas de 1980, la sociedad salvadoreña ha buscado obtener unas reformas sociales, económicas y políticas que el estamento gobernante les ha negado, nadie duda esta situación.
Pero cuando el autor se adentra a describir los movimientos sociales de la década de los años sesentas y setentas comete un craso error al afirmar que estos movimientos sociales son en su totalidad el resultado de luchas sociales heredadas o en el mejor de los casos, sumadas a una lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores y toda esa jerga izquierdistas que a fuerza de repetirlo una y otra vez, pretenden se vuelva realidad.
En 20 años de guerra, 1972-1992, los movimientos sociales salvadoreños sufrieron una profunda transformación que los dividió en tres actores bien definidos: por un lado los pequeños grupos que defendían los derechos de la clase trabajadora, principalmente en el campo urbano, los movimientos de masa creados por cada organización subversiva para constituir un ejército de masas que les permitiera superar la inferioridad numérica de su aparato para-militar y aquellos grupos, cuyas dirigencias trabajaban para alcanzar los objetivos de la subversión comunista y cuyos militantes creían fervientemente en su lucha, sin saber que estaban siendo manipulados.

Pese a la defensa que hace el autor de estos grupos, a los que coloca como movimientos sociales reivindicativos sin agenda política o con nexos a las organizaciones armadas ilegales, es notorio que el mismo autor debe reconocer que la destrucción de este movimiento se debe en gran parte a que sus cuadros dirigentes fueron absorbidos por  los grupos armados de izquierda como natural espacio de acción, es decir, se prueba los vasos comunicantes entre estos grupos de masas y los grupos armados ilegales de la época que tanto niega el autor.
La obra seria totalmente irescatable si no fuera por un capítulo dedicado a uno de los programas de acción cívico-militares más grandes intentados en Centroamérica.
El capítulo dedicado a La Alianza para el progreso, que iniciara el Presidente Kennedy para transformas las sociedades Latinoamericanas en sociedades más justas, es de los pocos aspectos rescatados en ésta obra. Si, el detalle de éste Plan y sus implicaciones militares en la estructura y comprensión de los militares salvadoreños sobre ésta nueva forma de enfrentar los desafíos del comunismo internacional y las reformas internas que era preciso llevar a cabo, no las he leído en otro documento con tanto detalle, y fue el punto de partida para la reforma militar más completa que sufriera el ejército salvadoreño antes de 1981. Por eso simple hecho, es un libro que recomiendo leer, eso si, ármense de valor y paciencia mientras llegan a ese capítulo.

domingo, 5 de mayo de 2019

LA BATALLA DEL VOLCÁN

La Batalla del Volcán, es un documental sobre la guerra salvadoreña presentado en el marco del Festival DocsMx 2018. Un documental sobre la ofensiva rebelde que en noviembre de 1989 intentó tomar el poder en El Salvador, en su más cruenta ofensiva, en 20 años de guerra, lo que ha pasado a la historia como la última gran batalla de la Guerra Fría. Separándonos un poco de la literatura abordamos hoy el cine, claro hablamos del cine bélico, en esta ocasión de un documental. 
Cuando su Director se me acercó para buscar la ayuda del Círculo de Escritores Militares, tuve mis dudas, él era mexicano y como la mayoría de los documentalistas de esa nacionalidad, están muy vinculados a la izquierda en el continente, no estaba muy convencido pero decidí escucharlo. Me explicó su proyecto y poco a poco se fueron despejando mis dudas, luego supe que también era salvadoreño.
He visto el documental de casi dos horas de duración, el mismo ha superado con creces mis expectativas, el acercamiento a los hechos se hace desde los recuerdos de los combatientes de ambos bandos y no de los que en esa época eran sus líderes, esto nos permite un acercamiento a lo que pasó en las trincheras, al derramamiento de sangre, cruel y doloroso, y en ese viaje al pasado se incluyen a los civiles que vivieron esas horas angustiosas esperando sobrevivir.
Salvando las escenas dramáticas y manipuladora de la rebelde que regresa a conocer a una familia que le ayudo durante los combates, el lente del documental se mantiene más o menos objetivo y le permite a los espectadores un acercamiento más real de los hechos que se vivieron, contados por sus propios protagonistas. Una secuencia reveladora, para el espectador, son la inclusión de cortos de los noticieros sobre los combates urbanos vividos en la capital salvadoreña, con ello, el Director ha logrado trasladarnos a esos momentos y acercarnos al rostro verdadero de la guerra.
Este abordaje más sincero de lo ocurrido en la capital salvadoreña, no es a lo que nos tienen acostumbrados quienes han escrito o filmado documentales y películas al respecto. Todos recordamos las burdas películas como EL SALVADOR, VOCES INOCENTES o SOBREVIVIENDO GUAZAPA, con guiones tan mal elaborados y escenas tan mal concebidas. Claro que todavía se perciben algunos errores de contenido histórico al hablar equivocadamente de unidades militares y tipos de armas, algo que se espera cuando no se cuenta con la asistencia de historiadores militares en la pos-producción del documental, donde dichos errores se pudieron salvar.
Esto sin embrago, no le quita nada al filme. Por último, y quizás lo más importante, esta producción demuestra la madurez que han alcanzado los combatientes de uno y otro lado al superar sus odios y compartir un mismo pensamiento NUNCA MÁS, una gran enseñanza para nuestros jóvenes. Es un documental que debería patrocinarse de manera oficial en nuestras escuelas, institutos y universidades de manera obligatoria en la materia de historia o realidad nacional, hacerse foros y debates sobre ellas pues de la violencia ya estamos hartos.
Les deseo éxitos al equipo de Julio López, ellos son en realidad el ejemplo para nuestro hijos y nietos y no la pléyade de inconformes y vagos en que se esta convirtiendo nuestra juventud.

martes, 30 de abril de 2019

LOBO 2.0 ALTO Y CLARO, MEMORIAS DE UN PILOTO MILITAR HONDUREÑO

Quizá la mejor memoria que he leído de un militar hondureño sobre sus vivencias durante la guerra de 1969, algo depurada de la propaganda a la que nos han acostumbrado sus escritos sobre el tema, narrando los hechos día a día, son el mejor testimonio al respecto. La obra escrita en 26 capítulos cortos y 183 páginas nos introduce en una de las épocas históricas mas relevantes de la historia de la aviación en Honduras, el autor, piloto de caza de la Fuerza Aérea hondureña (FAH) nos lleva a recorrer aquellos años de 1960-1980, que significaron una profunda transformación militar y política en aquel país.
La descripción de sus viajes de entrenamiento en los Estados Unidos, en donde fueron compañeros de clases con los pilotos salvadoreños, uno de los cuales fallecería durante la guerra del 69, nos pone a pensar en el aspecto humano de la guerra y nos recuerda la fragilidad del ser humano. Como oficial superior en la FAH, el autor nos introduce en ese mundo de la política que ha mantenido atrasado a Honduras en una eterna tiniebla de gobiernos ilegítimos.


Descrita sin muchos tapujos, los entre-telones de esa política y su afectación sobre el estamento militar hondureño, son sin duda, los aspectos más relevantes de la obra. La descripción de los viajes atrás de la cortina de hierro en procura de armas, así como viajes con el mismo destino a Venezuela e Israel, despejan años de dudas y rumores que nunca se habían confirmado sobre las compras militares en los años setenta.
Particularmente, para mi, ha sido muy relevante la parte final dedicada al Diario de Guerra de la participación del autor durante la guerra de julio de 1969. Como piloto de caza destacado en la Escuadrilla con base en Toncontín, encontramos vívidos relatos de la guerra aérea y lo que pensaban de sus contra-partes salvadoreños. Para pesar de muchos, algunos de sus relatos hasta contradicen la versión oficial de la guerra aérea dada a conocer en 1984 con la publicación del Diario de Operaciones de la FAH, ya no se diga con otros autores hondureños que han hecho de la propaganda su mejor relato sobre esa guerra.
Tomen el control de la cabina de un Corsario F4U-4 y revivan la emocionante aventura del combate aéreo, no se lo pierdan amigos lectores
Sin duda un libro que hay que leer para entender la política de aquel país y el peso que aun mantienen los militares en su forma de gobierno y cómo lo han logrado y mantenido hasta el presente.