jueves, 31 de enero de 2019

EL SITIO DE LENINGRADO

Este mes de enero se ha conmemorado otro aniversario más del fin del sitio a la ciudad rusa de Leningrado hoy San Petersburgo. Aquel sitio que duró 900 días ha sido uno de los más atroces que durante la Segunda Guerra Mundial viviera una ciudad o fortaleza. El autor, Alan Wykes nos presenta un relato somero de lo que fue la resistencia de los ciudadanos rusos y las deficiencias con que los personeros del gobierno comunista se enfrentaron a dicha catástrofe.
Cuando las tropas alemanas del Grupo de Ejércitos del Norte, al mando del Gral. von Leeb cruzaron la frontera soviética, aquel 22 de junio de 1941, lejos estaban los ciudadanos de Leningrado de pensar que su bella ciudad era su objetivo final. En 160 páginas divididos en 8 capítulos, Wykes nos presenta una breve radiografía de la organización de la resistencia en la ciudad, las decisiones claves que tomaron sus autoridades con las consecuencias positivas o negativas de las mismas pero sobre todo, de la enorme resistencia de los ciudadanos, que en medio de aquel sufrimiento, colaboraron entre sí para sobrevivir.
Interesante para mí fue descubrir la infame orden de Josep Stalin, Premier soviético de "Tierra Calcinada" que el 3 de julio pronunciara como una medida extrema para impedir que los ejércitos alemanes encontrasen algo que aprovechar en su avance. Esta frase que se volvería repetitiva en la propaganda de los movimientos subversivos a lo largo de toda Latinoamérica tiene, modernamente un origen en dicha orden de Stalin.
El capítulo que más me atrapó fue el dedicado a los defensores. El comandante de la guarnición en Leningrado, el Tgral. M. M. Popov; el Secretario del Comité Municipal del Partido Comunista, A. A. Zhdanov; y el Presidente del Soviet de la ciudad (Ayuntamiento), P. Popkov. Ellos fueron el triunvirato que tuvo en sus manos la defens y resistencia de Leningrado.
La autoridades soviéticas movilizaron a 300,000 personas, según los datos oficiales para construir trincheras, fosos anticarro, fortines y dientes de dragón. El autor sin embrago, ha calculado en un millón las personas que trabajaron en la construcción de estas defensas. A ellos se sumaba el Opolchenie (el ejército del pueblo), que con cerca de unos 200,000 voluntarios fueron movilizados para ayudar a las tropas regulares severamente diezmadas en los combates con los alemanes. Se estima, según el autor, que unos 100,000 Opolchenie no regresaron a sus casas. También estaban las unidades de Partisanos, que en número mucho menor contribuyeron a desorganizar la retaguardia alemana y sus líneas de suministro.
Estas fueron las fuerzas que enfrentaron a los alemanes y que a duras penas impidieron la caída de la ciudad. La descripción del hambre, las enfermedades y la manera como los ciudadanos sobrevivieron esos 900 días de asedio, son escalofriantes, demasiados vívidos y personales. Se calcula que más de 1,200,000 de sus originales 3,000,000 de ciudadanos perecieron en aquella hecatombe. No hay duda que es un libro que todos deberíamos de leer

viernes, 18 de enero de 2019

ELN, UNA HISTORIA DE LOS ORÍGENES

Este es un libro que todo estudioso de los conflictos de contrainsurgencia debe leer. Pocas veces se presenta la oportunidad de leer la historia de un grupo subversivo latinoamericano a partir de sus propios documentos y entrevistas de sus miembros ubicados en su contexto por la labor investigativa del autor, ese es precisamente el plus de esta obra.
Nos enseña a partir del pensamiento de los dirigentes rebeldes y sus acciones en el campo de batalla, urbano o rural y las inmediatas consecuencias de sus acciones, acertadas o erróneas. Es la primera vez que me topo con este tipo de lectura que debería ser estudiad en nuestros centros de formación militar.
En 413 páginas, divididas en dos partes, el autor nos sumerge en la interioridad de uno de los grupos armados ilegales que asolaron Colombia en el periodo 1963-1978, narrando el porqué de sus tempranos éxitos y el derrumbe de la organización a partir de sus contradicciones internas y golpes que le propinó el ejército colombiano, sobre todo en la operación "Anorí", ejecutada en septiembre de 1973 y que fue saldada con el casi exterminio del ELN (Ejército de Liberación Nacional).
Organizado y entrenado en Cuba con el apoyo de los hermanos Castro, los primeros miembros del ELN recibieron su formación guerrillera en la isla y luego se trasladaron a territorio colombiano. La descripción del apoyo cubano y la convergencia de ideas a través de la teología de la liberación y de la iglesia popular, ayudaron a afirmar en la mente de la juventud latinoamericana la creencia que la revolución por la vía de las armas era la clave para derrotar definitivamente al imperialismo y sus títeres en latinoamérica.
Desde un inicio la lectura nos atrapa en los entresijos de uno de los grupos rebeldes más despiadados de la guerra en Colombia. Conocer paso a paso su conformación, entrenamiento y el pensamiento estratégico que guiaba su accionar militar, es una ocasión única para estudiar el pensamiento y las acciones de la insurgencia del ELN, que también han sido sustentados por otros grupos marxistas en la región, por ello, de inigualable valor para los centros de enseñanza castrenses.

Al lector salvadoreño le resultará muy similar los efectos de las derrotas militares y errores de apreciación sobre el adversario que el ELN y las FPL (zona Paracentral) efectuaron al momento de lidiar con la desmoralización de sus fuerzas combatientes, las deserciones, los suicidios y otras acciones, que equivocadamente fueron atribuidas al trabajo de la infiltración enemiga o simplemente, como en el caso colombiano, al señalamiento de errores de los dirigentes y su falta de comprensión del entorno en el cual se libraba aquella lucha.
Los fusilamientos estuvieron a la orden del día y las deserciones proveyeron de importante información a las fuerzas gubernamentales, las que en definitiva posibilitaron la destrucción casi total de las fuerzas militares del ELN, tanto en las áreas rurales como de su estructura de apoyo urbana. En definitiva es una obra que no se puede dejar de lado y una muy buena lectura para comenzar este 2019.