domingo, 13 de octubre de 2019

LA HISTORIA DE UN SOBREVIVIENTE DE LA GUERRA EN EL SALVADOR

De las pocas obras escritas por un soldado que retrata sus vivencias durante el conflicto interno salvadoreño, estoy casi seguro que no pasan de seis las obras publicadas de este tipo. La presente es un libro que recoge los momentos más álgidos del servicio militar obligatorio prestado por el autor entre agosto de 1984 y 1990. Entrenado en el nuevo CEMFA (Centro de Entrenamiento Militar de la Fuerza Armada), en La Unión pasaría después al Batallón Cayaguanca, de la 4ta. Brigada de Infantería.
Con esta unidad, el autor rememora y centra sus recuerdos, aunque al principio, también nos habla de la difícil situación que se vivió en el campo, en Chalatenango, sus vivencias sobre la persecución de civiles por enemistades, de ambos bandos, refleja la dura realidad que tuvieron que vivir los campesinos chalatecos, en donde su consigna era solo sobrevivir, es un pasaje importante para entender la dinámica de la guerra en el campo.
Es importante para la historia, la narración del ataque a la 4ta. Brigada, en diciembre de 1983, que hace en tercera persona recogiendo las vivencias del encargado de la enfermería del cuartel y que nos ayuda a colocar otra importante pieza en el mosaico que fue el ataque de las FPL a esa importante guarnición del norte del país. Otro hecho importante lo constituye su testimonio sobre los problemas del mando ejercido por los oficiales en el campo de batalla, algunas veces presentó una problemática, no estudiada en nuestro conflicto y que terminaba, en ocasiones, en la muerte del oficial o cadete. Un tema que debe ser estudiado para entender la problemática del mando en combate.


Especial atención, toma su relato donde se plasma la creencia de la entrega del cuartel de la 4ta. Brigada a las FPL en ese ataque a finales de diciembre de 1983 y que constituye uno de los mitos más perdurables de nuestra guerra, entre los militares que lucharon en ella. Su relato de la emboscada sufrida por la 2da. Compañía de Fusileros, del Cayaguanca en 1986, nos ayuda a entender las complejidades y la camaradería en combate, siendo una reflexión que todo cadete y soldado debe estudiar durante su formación castrense.
Otra capítulo importante es su narración de los combates que libro el Cayaguanca por socorrer al batallón Bracamonte en diciembre de 1990, durante la última y fallida ofensiva regional del FMLN durante la guerra y que terminó en la expulsión de las tropas del Bracamonte hacia Honduras. Así como el testimonio del derribo del AC-47 en diciembre de 1990, durante las mismas acciones.
Su testimonio termina con la descripción de los interminables minutos de dolorosas curaciones que debió recibir como consecuencia de haber pisado una mina y perder sus dos pies. Es en resumen, el testimonio de un soldado que cumplió con su deber a la patria y que como tantos, olvidado después de la firma de la Paz. Un libro de apenas 54 páginas pero de incalculable valor humano, por demás, imperdible.

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