viernes, 30 de abril de 2021

THE BREMER DETAIL, PROTECTING THE MOST THREATENED MAN IN THE WORLD

Este es un libro que me intereso desde el principio por la posible descripción de los combates en An Nayaf, Irak, en abril de 2004, dónde estuvieron los miembros de la empresa de seguridad Blackwater, el US Army y los soldados salvadoreños del Batallón Cuscatlán. Y en efecto, en uno de sus capítulos se refiere a esta importante batalla, tanto para la referida empresa como para los miembros de la coalición aliada, en especial para los salvadoreños.

El autor, un miembro de la referida empresa, explica los antecedentes de la batalla en An-Nayaf, que fue el asesinato de 4 de sus contratistas a manos de los insurgentes, su relato nos permite abordar el contexto de la situación, desde su particular punto de vista, y entender lo cruento de la batalla. Hace referencias al uso del poder aéreo en los combates urbanos y las posibles implicaciones de ello.

Aunque no describe con detalle la participación salvadoreña, su información es suficiente para entender la importancia de los mismos en esta batalla, lo menciono porque en otros lados, sobre todo en España, se tiende a minimizar su participación y a darle un peso al contingente español, ubicado con los salvadoreños en Nayaf, que no lo tuvieron. Por eso es importante leer este libro.

El reclutamiento de personal entre las fuerzas militares y policiales de los Estados Unidos, el tipo de formación y su entrenamiento nos permite encontrar parte de las respuestas a la eficiencia de estos contratistas en la guerra, y aunque ocultadas a la prensa, el autor si menciona en su obra la cantidad de bajas de los contratistas, tanto en Irak como en Afganistán. Claro que en la obra no se mencionan los abusos que estos contratistas estaban acostumbrados a cometer en un ambiente en que las reglas jurídicas de la guerra son una especie de limbo gris para estos "contratistas" civiles que algunos llaman los nuevos mercenarios.

Definitivamente un libro que debemos leer.

domingo, 25 de abril de 2021

HUELLAS DE LA MEMORIA: INVESTIGACIÓN DEL OPERATIVO MILITAR "TCNEL. MARIO AZENÓN PALMA" 1982

Pocas obras escritas por los organismos de Derechos Humanos simpatizantes de la izquierda valen la pena leerlos, la mayoría se circunscriben a la eterna criminalización de los ejércitos latinoamericanos en sus luchas de contrainsurgencia, pocos valen la pena. Pero aquí estamos en presencia de una obra, la primera que leo, en donde se ha hecho un esfuerzo científico para recrear una operación militar de contrainsurgencia.

El uso de técnicas de cartografía, levantamiento topográfico y de modernos equipos como los GPS le confieren una profundidad poco vista en este tipo de obras. Sin embargo, la falta de especialistas militares impidió el correcto análisis de los datos recabados y su evidente carga ideológica a favor de la izquierda echó a perder un esfuerzo tan importante para nuestra historia.

El libro comprende 379 páginas y 6 capítulos más una riqueza de anexos que incluyen documentos desclasificados de la inteligencia estadounidense. El uso de las referencias topográficas sitúa los hechos con una aproximación más real con la verdad histórica, el traslape de entrevistas con los hechos expuestos en las noticias de la época y los informes de inteligencia son un gran esfuerzo por acercarse a la realidad, esfuerzo que se hecha a perder por el desconocimiento de las operaciones militares, su planificación y su desarrollo.

El libro tiene tantos errores, equivocaciones y mentiras que solo me centraré en señalar algunos para que nuestros lectores adquieran la obra y saquen sus propias conclusiones. En primer lugar, la organización táctica y administrativa de la FAES esta equivocada y la ubicación de unidades militares  bajo el comando de las zonas militares, también esta herrado, por ejemplo, se menciona al Batallón Atlacatl como dependiente de la Ira. Brigada de Infantería, en la Primera Zona Militar, cuando se sabe que los  BIRI fueron unidades independientes adscritas al Estado Mayor General, en esa época.

Otro error evidente es el orden táctico de las unidades que participaron en dicha operación de contrainsurgencia, pues los términos Brigada o Batallón se utilizan relativamente, además, los efectivos consignados como participantes de la operación también son equivocados. Si bien las plantillas de los BIRI establecen unos efectivos entre los 1,000 y los 1,200 hombres, rara vez durante la guerra, estos efectivos estuvieron completos o fueron usados en una operación, el Atlacatl por ejemplo, utilizaba en sus operaciones Agrupaciones de 3 compañías con unos 420 efectivos cuando estas compañías estaban con sus efectivos completos.

Es muy evidente la intención de responsabilizar al Tcnel. Ochoa Pérez de los supuestos asesinatos de personas civiles en esta operación alegando que fue él quien la dirigió. Se utilizan informes de la inteligencia estadounidense para reforzar dicha conclusión. El problema aquí es que, para los especialistas en temas militares, se sabe que los oficiales asignados a las Planas Mayores o Estados Mayores de una unidad o de una operación militar en progreso, estos no tienen mando, la doctrina militar establece que son asesores del comandante de la operación, quién toma las decisiones sobre tal o cual cuestión.

El interés por culpar al Cnel. Ocho se explica por el odio que el movimiento insurgente le tiene a este oficial, pues fue el único, durante nuestro conflicto, que logro desterrarlos de un Departamento con mucha presencia e influencia de la guerrilla, esto sucedió en Cabañas, cuan él era su comandante en 1981. En el libro se insiste que él como Jefe del Estado Mayor de las unidades que participaron en dicha operación era el responsable de sus acciones y decisiones.

En este caso, el Jefe de la operación militar era el comandante de la 5ta. Brigada de Infantería con asiento en San Vicente, me parece que al estar muerto dicho oficial, los autores del libro se enfilan en el Cnel. Ochoa, aun vivo.

Aquí tengo que hacer un paréntesis y agregar que las torpes declaraciones dadas por el Vice-ministro de Defensa para explicar la falta de documentos sobre dicha operación de contrainsurgencia son totalmente descabelladas. Y no es que su explicación no tenga algo de realidad. 

En efecto, son los líderes de las pequeñas unidades de infantería los que se enfrentan a esta temporalidad de las acciones militares, y son ellos los que en un mapa dibujan sus ordenes (muchas veces cambiantes) para cumplir sus objetivos pero esta consignación temporal de las operaciones subsecuentes no explica que una operación militar tiene una ORDOP inicial y un informe final que están totalmente por escrito y de las cuales se envían varias copias a los organismos correspondientes. Así, estas nulas explicaciones solo vienen a arrojar confusión sobre el desarrollo de las operaciones de contrainsurgencia realizadas durante el pasado conflicto.

Para terminar, pretender que en una guerra, y sobre todo, en una guerra de contrainsurgencia no hayan muertos civiles, es desconocer por completo los efectos de una guerra de ese tipo, claro que si existieron abusos o crímenes de guerra, las autoridades civiles y militares de la época son culpables por no haber realizado las investigaciones pertinentes y darlas a conocer al público, uno ominoso error que les perseguirá hasta el fin de sus días.

Amigos lectores, es un libro que no se pueden perder.


miércoles, 21 de abril de 2021

ROMPIENDO SILENCIOS, DESOBEDIENCIA Y LUCHA EN VILLA EL ROSARIO

Esta es una obra complicada de leer, demasiado panfletaria para mi gusto pero que tuve que leer. Los autores nos presentan una historia muy "conocida" y popular entre las organizaciones españolas que apoyan al FMLN, desde que este fuera un movimiento insurgente. Por eso lo he leído con detenimiento para no ser sorprendido por sus "cuentos". La trama del libro gira alrededor del testimonio del Ex-capitán Mena Sandoval sobre su participación en la operación Yunque y Martillo que la FAES realizó en octubre de 1980 en el norte de Morazán.

Durante la operación, uno de sus objetivos era la ocupación de Villa Rosario, a poco más de 1 kilómetro al norte del rio Torola. Mena comandaba una Compañía reforzada de la 2da. Brigada de Infantería, una de las unidades participantes del objetivo. Según su testimonio, recogido en esta obra y en sus memorias, el segundo jefe de la operación, el entonces Tcnel. Alejandro Cisneros le había ordenado arrasar con Villa Rosario y matar a toda su población por ser guerrilleros o simpatizantes de estos, en lo que ha descrito como una operación de "Tierra Arrasada".

El concepto de la operación Yunque y Martillo, en el norte de Morazán, era colocar unidades de infantería en una línea de avance desde las poblaciones de San Fernando y Perquín hacia el sur; empujando a las fuerzas insurgentes hacia un obstáculo natural para acorralarlas, este era las márgenes del rio Torola. Con esta introducción a la maniobra de la operación pasaremos a comparar lo dicho por Mena Sandoval y recogido por los autores de este libro.

Al parecer, la Compañía de Mena llevaba el eje central del avance hacia el sur y al llegar a Villa Rosario hace una pausa. Según su relato, aquí se le dio la orden de arrasar con fuego de artillería dicha población, lo cual él se negó a ejecutar. Mientras se disponía a avanzar sobre la población, aparece el comandante local y sus dos hijos varones, los que son identificados como miembros de la guerrilla (como en efecto así era), son capturados y puestos bajo la custodia de Sandoval, a los cuales libera posteriormente.

Mena, según sus memorias, decide ocupar la Villa sin recurrir al fuego de la artillería y ocupa dicha población sin hacer un solo disparo. Por la noche, sin consultarle o avisarle, una patrulla de la Guardia Nacional, al mando de un Mayor que no identifica (este dato lo omite en la presente obra en comento) y se llevan a varios pobladores (12) y los asesinan, dejando sus cadáveres a la entrada del pueblo (en la obra presente afirma que entre los asesinados estaban el comandante local y sus dos hijos, en sus memorias, después de su captura ya no dice nada de ellos).


Las preguntas que me hago una y otra vez al leer esta obra y las memorias de Mena son estas: 

1- si la orden de Tierra Arrasada se dio a todas las unidades participantes, por qué las otras 7 poblaciones no fueron arrasadas con el fuego de la artillería y la aviación.

2- Si Mena Sandoval fue el único que no cumplió las ordenes de arrasar con su objetivo, por qué no hay evidencia de otras poblaciones arrasadas por el ejército.

3- todo aquel que sirvió en el ejército durante el conflicto interno sabe perfectamente que una unidad amiga no es enviada al área de operación de otra unidad sin avisar y coordinar con su jefe, es un Procedimiento Operativo Normal, entonces, cómo se explica el aparecimiento de la patrulla de la GN y la sustracción de personal civil bajo custodia de las tropas de Mena.

4- Una patrulla, por lo general es comandada por un clase, cabo o sargento y en ciertas circunstancias por un oficial de menor rango, pero enviar a un Mayor como afirma Mena en sus memorias, es un tanto exagerado. Un oficial de ese rango, en la zona solo podía estar destacado en San Miguel, por lo que su desplazamiento hubiese requerido la coordinación con el mando de la operación y el aviso a Mena Sandoval de su llegada al área de Villa Rosario para evitar confusiones entre fuerzas amigas.

Es un libro decepcionante pero necesario de leer. Debemos de aprender de la izquierda para no dejarnos engañar pero sobre todo, para ayudar a nuestros hijos a no ser engañados.


lunes, 19 de abril de 2021

EJÉRCITO DE CHILE EN EL SALVADOR

Esta es de esas pocas obras (solo existe otra más) que examinan el vinculo histórico entre los ejércitos de Chile y El Salvador a partir de la primera misión militar chilena que arribo al pías a principios del siglo XX, y que explica en parte la influencia prusiana en la milicia salvadoreña. De ahí su importancia histórica para quienes estudian los orígenes de la institución castrense salvadoreña. Sus 223 páginas, divididas en cinco capítulos exponen los antecedentes de esa especial relación, que se mantiene hasta hoy día (2021) y profundiza en los aspectos sociales que vincularon a los oficiales chilenos destacados en las tres misiones militares con la sociedad salvadoreña, de la cual, algunos de ellos formarían parte por lazos matrimoniales.

La obra esta enriquecida con 10 anexos que incluyen la transcripción de valiosos documentos históricos que detallan los resultados de dichas misiones, los oficiales alumnos salvadoreños graduados de la Escuela de Guerra (fundada por una de estas misiones), así como de artículos que colocan en perspectiva la visión de los militares chilenos en El Salvador y de los alumnos salvadoreños en la Academia de Guerra del ejército chileno.

El autor destaca el importante papel que jugaron algunos de estos oficiales en las guerras libradas contra Guatemala a principios del siglo XX, acciones que reforzaron los lazos de camaradería entre ambos ejércitos. La organización y puesta en funcionamiento de la Academia de Guerra salvadoreña por una misión chilena en 1950, jugó un papel estratégico cuando sus egresados jugaron papeles destacados en la guerra contra Honduras en 1969.

Este vinculo entre ambos ejércitos se reforzó cuando El Salvador acudió a ellos para liderar la reorganización y modernización del ejército salvadoreño luego de 20 años de una larga guerra antisubversiva. Sin que esto significará un distanciamiento a la especial relación mantenida con el ejército estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.

A principios de 1986, cuando asistí como cadete de I Año de nuestra Escuela Militar al curso OCS en Fort Benning, Georgia, EUA, los cadetes salvadoreños siempre fuimos seleccionados para marchar como escolta de nuestra bandera, encabezando los desfiles o presentaciones de la Escuela de las Américas, marchando al paso de ganso. Una legendaria y marcial marcha militar alemana, símbolo de nuestra herencia prusiana.

No hay duda que dicha obra debe tener un lugar preferente en la biblioteca de los estudiosos de las milicias latinoamericanas en general, y de la salvadoreña en especial.