Un fascinante libro que nos conduce por los entretelones de la revolución francesa en aquel lejano pero tan manifiesto en la actualidad, lucha por la igualdad y la libertad. Al resplandor de las viejas y traslúcidas bayonetas, los picos y hachas empuñados por aquellos hombres y mujeres deseosos de su igualdad y libertad. Centrada la lectura y descripción de los hechos en uno de sus precursores y quizás, más importante revolucionario, Maximilien de Robespierre.
Un hombre de acero, al decir de algunos, un horrible moustro dirán aquellos, pero en definitiva, un hombre que inscribió su talante por derecho propio. En 301 páginas, divididas en 12 capítulos, el autor taladra la historia francesa con un gran acierto, permitiéndonos esbozar nuestros propios argumentos y conclusiones, sobre unos hechos y al hombre que los definió para bien o para mal.
Para los asiduos a las lecturas de la política, una imperdible obra que ahonda en los pormenores y circunstancias que llevaron a los revolucionarios franceses a decapitar a su Rey, Luís XVI, su esposa e innumerables miembros de la realeza, cuya consanguinidad con el Rey les condenó a la infame guillotina. Dantos, Marat y Robespierre son presentados por el autor en su dimensión humana, tanto como la de revolucionarios, sus fortalezas y debilidades. Uno casi que les exige obrar con determinación sin ponernos a pensar que las circunstancias de esa época, no son las nuestras y que nuestras conclusiones pertenecen al conocimiento de lo hecho y sus consecuencias pero a ellos, les parecía un mundo por conocer de incalculables consecuencias.
Muy importante para mi, es el proceso en que Robespierre se va convirtiendo por derecho propio en la voz de la revolución, el principal instigador del uso de la guillotina para acabar con los enemigos de la revolución aunque para ello hubiese que desatar el terror. Una inescrutable persona, taciturna, de aspecto endeble pero un formidable orador, cuyos discursos electrizaron a la plebe y le adjudicaron su amor y lealtad, tan efímera como en la actualidad. Una enseñanza que nos alcanza hasta nuestros tiempos y cuya vigencia en nuestro mundo es innegable.
Que maravillosos ha de haber sido testigo de los duelos de oratoria de gente como Danton, Marat, Robespierre y tantos otros, cuyas voces electrizaban a féminas y hombres por igual. Y qué tristeza, que la misma guillotina usada para acabar con los traidores a Francia, corto sin misericordia la cabeza de sus mejores hijos, sus más insignes revolucionarios, y al poco tiempo, la revolución misma acabaría derribada por los vientos de los cañones, un nuevo emperador entraba en escena y pronto todo el mundo pronunciaría su nombre: Napoleón Bonaparte.
Definitivamente un libro que hay que leer para entender los designios de nuestro tiempo, quizás aun estemos a tiempo.
