martes, 30 de abril de 2019

LOBO 2.0 ALTO Y CLARO, MEMORIAS DE UN PILOTO MILITAR HONDUREÑO

Quizá la mejor memoria que he leído de un militar hondureño sobre sus vivencias durante la guerra de 1969, algo depurada de la propaganda a la que nos han acostumbrado sus escritos sobre el tema, narrando los hechos día a día, son el mejor testimonio al respecto. La obra escrita en 26 capítulos cortos y 183 páginas nos introduce en una de las épocas históricas mas relevantes de la historia de la aviación en Honduras, el autor, piloto de caza de la Fuerza Aérea hondureña (FAH) nos lleva a recorrer aquellos años de 1960-1980, que significaron una profunda transformación militar y política en aquel país.
La descripción de sus viajes de entrenamiento en los Estados Unidos, en donde fueron compañeros de clases con los pilotos salvadoreños, uno de los cuales fallecería durante la guerra del 69, nos pone a pensar en el aspecto humano de la guerra y nos recuerda la fragilidad del ser humano. Como oficial superior en la FAH, el autor nos introduce en ese mundo de la política que ha mantenido atrasado a Honduras en una eterna tiniebla de gobiernos ilegítimos.


Descrita sin muchos tapujos, los entre-telones de esa política y su afectación sobre el estamento militar hondureño, son sin duda, los aspectos más relevantes de la obra. La descripción de los viajes atrás de la cortina de hierro en procura de armas, así como viajes con el mismo destino a Venezuela e Israel, despejan años de dudas y rumores que nunca se habían confirmado sobre las compras militares en los años setenta.
Particularmente, para mi, ha sido muy relevante la parte final dedicada al Diario de Guerra de la participación del autor durante la guerra de julio de 1969. Como piloto de caza destacado en la Escuadrilla con base en Toncontín, encontramos vívidos relatos de la guerra aérea y lo que pensaban de sus contra-partes salvadoreños. Para pesar de muchos, algunos de sus relatos hasta contradicen la versión oficial de la guerra aérea dada a conocer en 1984 con la publicación del Diario de Operaciones de la FAH, ya no se diga con otros autores hondureños que han hecho de la propaganda su mejor relato sobre esa guerra.
Tomen el control de la cabina de un Corsario F4U-4 y revivan la emocionante aventura del combate aéreo, no se lo pierdan amigos lectores
Sin duda un libro que hay que leer para entender la política de aquel país y el peso que aun mantienen los militares en su forma de gobierno y cómo lo han logrado y mantenido hasta el presente.

martes, 9 de abril de 2019

SURCANDO LOS CIELOS TRAS LA DEMOCRACIA EN HONDURAS



Otra interesante obra sobre la guerra de las 100 Horas, escrita por uno de los pilotos hondureños que participo en el ataque aéreo sobre Acajutla aquel 15 de julio de 1969. Las memorias siempre han constituido una referente para los historiadores que investigan los hechos bélicos que asolaron nuestra región, en ese sentido, la presente es una contribución más a nuestro acervo histórico.
En 12 capítulos y 163 páginas, el autor nos sumerge en su vida diaria hasta convertirse en piloto de la FAH a principios de 1960 y luego a su entrenamiento como piloto militar en los EUA en 1961-1962. Lo más importante del libro son sus páginas dedicadas a la guerra de 1969 porque nos cuentan desde adentro, cómo vivieron los pilotos hondureños aquel conflicto. Claro, sus declaraciones hay que tomarlas con pinzas y buscar, si es posible, confirmarlas, antes de darles créditos.
Esto es así por que los autores hondureños nos tienen acostumbrados a elocuentes afirmaciones de su involucramiento en la guerra, una campaña aérea perfecta dirán algunos de sus más connotados y furibundos nacionalistas, pero en honor a la verdad, no le hacen un bien al intentar perpetuar equivocaciones, errores e inventos sobre esta guerra.


Leí detenidamente esta obra y lastimosamente algunos de sus pasajes están revestidos de ello. La descripción que da el autor sobre las razones para aterrizar su aeronave en suelo guatemalteco y ser internado en dicho país por el resto de la guerra ni siquiera concuerdan con las declaraciones que dio a un medio hondureño, solo algunos días después de terminada la guerra, hasta sus mismos compañeros pilotos le critican su falta de convicción al relatar este hecho de la guerra.
Yo no estoy aquí para juzgar comportamientos buenos o malos sobre la guerra pero sí para debatir la realización de hechos históricos sobre nuestras guerras, en ese sentido, la descripción del autor sobre este hecho en particular no se aparta de la propaganda hondureña a la que estamos acostumbrados.
Por qué es importante leer este libro. Dicho lo anterior, la obra recoge uno de los periodos más importantes en las instituciones militares centroamericanas, los años sesenta, especialmente importante para mí, fue encontrar una descripción detallada de las materias recibidas en los cursos de formación como pilotos militares en los EUA, la organización de la FAH y la descripción de los vestuarios y equipos que utilizaban los pilotos.
Un detalle importante de la obras es que nos relata como el entrenamiento recibido en los EUA fue compartido por pilotos de combate salvadoreños y hondureños, lejos estaban de pensar que el destino les depararía enfrentarse a muerte sobre los cielos centroamericanos.
Es además, muy ilustrativa de las condiciones de operación y conducta de los pilotos hondureños antes y durante la guerra de 1969, amén que describe el proceso de compra de aviones de combate en los años setenta. Información de primer orden para entender esta fase del eterno enfrentamiento entre salvadoreños y hondureños después de la guerra.
Hechas las acotaciones anteriores, claro que recomiendo este libro, otra pieza más de nuestra historia bélica.
http://163.178.170.161/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=21850&shelfbrowse_itemnumber=20404

sábado, 6 de abril de 2019

THE 100 HOUR WAR, THE CONFLICT BETWEEN HONDURAS AND EL SALVADOR IN JULY 1969

Nos acercamos al 50 aniversario de los hechos conocidos como la Guerra de las 100 Horas y he decidido leer algunos libros sobre dicho tema que aun no leía. Esta es la última obra, publicada en 2017 sobre esa guerra por lo cual tenía amplias expectativas sobre la misma pero al terminar de leerla he quedado muy decepcionado. Los autores del libro, dos reputados investigadores del mundo de la aviación militar latinoamericana se contentaron con seguir afirmando los errores, equivocaciones e inventos (la mayoría dichos por autores y entusiastas del mundo de la aviación hondureños) a las que agregan algunas afirmaciones algo jalada de los pelos pero atendibles en personas sin formación militar.
Ellos insisten en afirmar (como lo han hecho las fuentes hondureñas desde el fin de la guerra) que el ataque aéreo sobre Toncontín el día 14 de julio falló y no ocasionó daños alguno en las instalaciones militares o la pista; esto contradice totalmente el informe de la FAH, presentado esa misma noche donde se enumeran los daños ocasionados por el ataque salvadoreño. Se sigue afirmando en la obra, siempre sobre los ataques aéreos del 14, que otros 11 ataques tuvieron como blancos 11 villas y pueblos sin ningún valor táctico o estratégico. Esta afirmación deja en evidencia que los autores no profundizaron en la investigación de estos ataques, si lo hubieran hecho, se darían cuenta que los blancos en estas poblaciones fueron cuarteles militares regionales y las pistas aéreas estas últimas que jugaron un importante papel a la hora de permitir el desplazamiento, vía aérea, de los refuerzos hondureños en el TOSO (Teatro de Operaciones Sudoccidental).
Otra crasa equivocación es su afirmación que en el Teatro de Operaciones Oriental (TOO) salvadoreño, sus tropas avanzaron la noche del 14 y conquistaron El Amatillo, Goascorán, Aramecina y Alianza antes del amanecer del día 15. Confundiendo el paso del río Goascorán, la noche del 14 para atacar Aramecina esa misma noche con los ataques al amanecer del 15 en las otras localidades.
La descripción de los ataques de la FAS sobre Toncontín el día 15 al amanecer no toman en cuenta los informes oficiales salvadoreños sobre el ataque a la torre de control y facilidades de combustible en la pista, entre otros; contribuyendo a minimizar el resultado de dicho ataque, algo que un investigador no debería hacer.
La elaboración de los mapas en los Frentes salvadoreños TON y TOO están equivocados y no contribuyen a un serio análisis de las acciones de guerra que se verificaron en ambos frentes contribuyendo a mantener la neblina de la guerra sobre dichos hechos a pesar que hoy día existen abundantes fuentes para haber hecho un mejor trabajo cartográfico.

Los autores insisten en afirmar que los ataques aéreos hondureños fueron capaces de detener el avance de las tropas salvadoreñas en el TON y el TOO ocasionadoles fuertes bajas, sorprendiendo convoyes de vehículos y destruyéndolos, así como reportan la destrucción de la artillería y tanques. Ya esta establecido que algunas de las misiones de apoyo aéreo cercano fueron un total fracaso (lo afirman oficiales hondureños en el frente de batalla), se descarta además, la destrucción de cualquier pieza de artillería o tanque pues los doce obuses (8 de 105mm y 4 de 75mm) sobrevivieron la guerra y de los 5 tanques Stuart que participaron en la guerra, las 5 carcazas pueden observarse en el museo del ejercito, ninguna de las cuales presenta evidencia alguna de haber sido alcanzados por fuego antitanque.
Otro error es confundir la hora en que el FAS 101 fue interceptado por un Corsario de la FAH sobre Nuevo Ocotepeque, afirmando que dicha interceptación ocurrió cerca de las 9am cuando en realidad fue alrededor de las 3pm. Para finalizar, aunque existen muchos más errores, afirmar que más de 1,000 soldados del batallón Guardia de Honor Presidencia fueron transportados por aire de Tegucigalpa a Santa Rosa de Copán es desconocer por completo el orden de batalla del ejército hondureño.
Este batallón tenía unos efectivos de alrededor de 740 hombres de los que poco más de 500 efectivos fueron trasladados a Santa Rosa de Copán, el resto se mantuvo en Tegucigalpa protegiendo al Presidente hondureño que temía un Golpe de Estado de sus propias tropas.
El aporte del libro son sin duda los hermosos esquemas que Tom Cooper ha hecho sobre las diversas aeronaves, salvadoreñas y hondureñas que participaron en la guerra, y que la obra posee una excelente colección de fotografías, la mayoría reproducidas en un gran formato sobre papel fotográfico, lo que contribuye a la excelente presentación del libro.
El Próximo julio, en El Salvador se estará celebrando el 50 aniversario de aquella guerra y para ello se han invitado a veteranos, documentalistas e investigadores hondureños, además se presentará una nueva investigación que promete contribuir al despeje de todos estos errores y equivocaciones que a lo largo de 50 años se han mantenido, ya es tiempo de que sepamos la verdad de lo que ocurrió aquel julio de 1969.