domingo, 29 de abril de 2018

CONTRA TODOS LOS ENEMIGOS


Una excelente obra que merece los elogios recibidos por la crítica. Es sin duda una radiografía desde adentro de los gobiernos norteamericanos y su forma de encarar la lucha contra el terrorismo, dejando al desnudo no solo sus aciertos sino, y lo más importante, la eterna puna entre los intereses particulares de los gobernantes y los de la nación, una eterna guerra que con más crudeza hemos vivido en Latinoamérica desde nuestra fundación como países libres. El autor devela el uso desmedido, por parte de los gobernantes, de los recursos del Estado para perseguir a sus opositores políticos, sobre todo a aquellos que tienen el valor de criticarlos.
En nuestros países esto es algo desde siempre, pero en EUA cuentan con instituciones más fuertes que han hecho la diferencia. Sin embargo, el libro es muy revelador de esta triste maquinación desde el poder, no solo hablamos de gobernantes, sino de aquel círculo intimo del que se rodean los Presidentes y a través del cual gobiernan. Las páginas de este libro recorren las entrañas de los gobiernos de Ronald Reagan hasta el de George Bush (hijo), desde la óptica de la lucha antiterrorista, que es la especialidad del autor. 


El autor es un experto del antiterrorismo y sirvió en todos esos gobiernos, volviéndolo una de las personas con dicho conocimiento más respetadas. Seguir su lectura nos adentro entre las sombras y entretelones que dichos gobiernos usaron para encarar este nuevo desafío. Su primer capítulo esta referido a los momentos cruciales que antecedieron, se ejecutaron y postrimerás del ataque del 11 de Septiembre contra las torres gemelas, aquel 2001.
Luego sigue una relación que nos adentra en el entramada engorroso y lento de una de las burocracias más grandes y lentas de todos los tiempos de esa nación del Norte, el Gobierno Federal y sus políticas para encarar la nueva amenaza. En particular para mí, son las descripciones inventadas de la participación iraquí en dichos atentados y la manipulación de otras oficinas del gobierno, el Congreso y la Corte Suprema de Justicia para avalar una de las campañas de persecución, dentro y fuera de los EUA, de todos aquellos sospechosos de colaborar con el terrorismo.
Como bien lo demuestra su autor, las fronteras de lo ético y moralmente correcto se traspasaron, colocando al simple soldado como un objetivo de tortura y abusos que su mismo gobierno le dispenso a los sospechosos de terrorismo. Para aquellos que se lucraron del gobierno, que buscaron atacar objetivos sin ningún valor estratégico pero que decidieron usar cualquier método para perseguirlos, cárceles clandestinas, la tortura física o psicológica y tantas violaciones al derecho internacional, colocaron concientemente a sus soldados en la picota de estas practicas, pues perdieron la moral para reclamar de dichos tratos.
Cómo en América Latina, ahora el pueblo norteamericano lucha por defender sus derechos y libertades individuales frente a un Gobierno Federal que no escatima esfuerzos por violentarlos en aras de una lucha contra el terrorismo. Funcionarios Públicos con pésima preparación para encarar esta nueva forma de lucha, son dejados al descubierto por el autor, dándonos una inigualable valoración de su comportamiento, ceguera y estupidez.
Desde los atentados contra la embajada norteamericana en el Líbano, pasando por la casi guerra con Irán, África, los Balcanes y un largo ETC., vemos desfilar las políticas fallidas y exitosas del gobierno de esa gran nación, a veces la matonería de algunos de sus líderes y la arrogancia de otros. Para países como el nuestro, que están a casi un año de enfrentar otra contienda electoral por la Presidencia del país, éste libro debería ser de obligatoria lectura para sus ciudadanos. 
Debemos aprender de los errores de los otros mientras aún se puedan evitar y de paso, asistir a la vertiginosa carrera de la historia en una de las luchas que ahora enfrenta la humanidad, la lucha del terrorismo no siempre será en lugares alejados de nuestras costas, ya la vivimos por 20 largos años (1972-192) y ahora vivimos otra, de cuño diferente pero igual o más letal que la anterior. Estudiemos la historia reciente de esta lucha y preparémonos mejor para el futuro incierto que nos espera.
Recomendable desde todo punto de vista e imperdible para entender nuestra actual lucha contra las Pandillas.

jueves, 26 de abril de 2018

THE SALVADORAN CRUCIBLE, The failure of US Counterinsurgency in El Salvador, 1979-1992


Era un libro que esperaba con mucho entusiasmo, sobre todo porque había ayudado a su autor con la investigación aquí en El Salvador. Creí que muchos clichés y propaganda de la época de la guerra habían sido suficientemente despejados y aclarados para no encontrarlos en un trabajo serio sobre la guerra en El Salvador, es una lástima que la presente obra este plagada de ellos. Quizás el mayor error del autor ha sido no haber contrastado las fuentes que forman parte de sus argumentos y haber presentado al lector, una serie de ellos enteramente negativos para justificar sus críticas a la estrategia y tácticas contrainsurgentes ejecutadas por EUA, primero en El Salvador y luego en su guerra en Irak.
Hay cuestiones en la obra que son parte de una reconstrucción de una realidad (la doctrina de contrainsurgencia estadounidense). En ella, el autor construye sus hipótesis a partir de los datos que nos va proporcionando a lo largo de la lectura. El problema se da cuando estas construcciones están fundadas en datos erróneos o equivocados, porque entonces, las conclusiones o afirmaciones del autor también son erróneas o equivocadas. Veamos algunas de ellas.
El primer gran error del autor es confundir las organizaciones de unidades militares para fines especiales en los conflictos de Filipinas, Bolivia y El Salvador, agrupándolas a todas ellas como unidades especiales, organizadas, entrenadas y equipadas para perseguir, interrogar y matar a los insurgentes. El caso Filipino es el claro ejemplo de unidades de Fuerzas Especiales cuya misión se realiza tras las líneas enemigas, en territorio controlado por él. Son unidades pequeñas, rápidas, bien armadas y con una continua red de inteligencia que les provee la información que les permite golpear al enemigo.

El caso boliviano es, por otro lado, el caso de las unidades de infantería con entrenamiento especial, ligeras, con poco armamento pesado y generalmente organizadas a nivel batallón, llamados Comandos, Ranger, etc., estas unidades pueden operar en la retaguardia enemiga por periodos muy limitados, pues dependen enteramente del abastecimiento orgánico de unidades mayores a las cuales están asignadas para apoyarlas; más comúnmente cumplen misiones de apoyo a operaciones que involucran a otras unidades mayores.
Y en el caso salvadoreño, fueron unidades pequeñas que operando en la profundidad del territorio enemigo, proveyeron la inteligencia necesaria para levantar su orden de batalla en X zona o dirigir sobre blancos enemigos el fuego de la artillería o el de ataques aéreos de oportunidad, por lo que no son unidades de combate, su principal misión es la del reconocimiento estratégico.
El autor hace un esfuerzo por conectar, en el caso salvadoreño, el aparecimiento de las unidades PRAL (Patrullas de Reconocimiento de Alcance Largo) con la previa experiencia norteamericana al crear unidades encubiertas sudvietnamitas que luego desarrollarían el Plan Fénix. Un vasto intento por eliminar la organización subterránea del Vietcong. Solo dos años después de la creación de las PRAL, la FAES (Fuerza Armada de El Salvador) organizaría las patrullas HACHA, que explotarían insitu la inteligencia obtenida por las PRAL. Un esquema de acción muy diferente al de las unidades encubiertas sudvietnamitas.
El otro fundamente de la teoría del autor, es que considera a la FAES organizadora y promotora de los Escuadrones de la Muerte que ejecutaron a muchos rebeldes o a sus simpatizantes, así como a ciudadanos que no tenían nada que ver con las guerrillas. Incluso afirma que fueron los Boinas Verdes los que organizaron ANSESAL (Agencia Nacional de Seguridad de El Salvador) en el país. Una agencia de inteligencia, que según él, llegó a contar con miles de operadores (orejas les llama) y que fueron la estructura Paramilitar que sustentó la operatividad de los Escuadrones de la Muerte.
El autor en realidad, lo que ha hecho es confundir la historia, organización y funciones de estos organismos, repitiendo los estribillos que la izquierda afirmó a lo largo de todo el conflicto, ni siquiera se molesto en corroborar estos datos. ANSESAL, si era una agencia de inteligencia al servicio de la Presidencia de la República pero en modo alguno era una agencia operativa o con capacidades operativas como lo son la CIA u otras agencias de este tipo; quizás se parecería más a la DIA (Defense Intelligence Agency) estadounidense, pues su función era el procesamiento de la información recolectada por otros entes del gobierno. En otras palabras, el análisis de la información. Para 1979, cuando se ordenó su desmovilización, la agencia tenías unos totales que no excedían los 15 analistas, incluyendo a dos oficiales.
ORDEN (Organización Democrática Nacionalista), por el contrario era una organización sin estructura orgánica compleja pero cuya misión no era solamente la recolección de información. Concebida como un organismo que le permitía al gobierno continuar el contacto con aquellos campesinos que habían cumplido con su año de servicio militar obligatorio, obteniendo de ellos información y recursos movilizables en caso de emergencia o desastres naturales a cambio de ser los principales beneficiarios de los programas de ayuda gubernamentales en el campo.
La información obtenida por estas personas, era trasladada a los comandantes locales de los municipios, que pertenecían al Servicio Territorial (ST), quienes semanalmente tenían la obligación de acudir a los cuarteles más cercanos de la Guardia Nacional para rendir el consolidado de sus informes, pues era el Jefe de la Guardia Nacional, la cabeza de ORDEN. Luego, esta información, junto a otras, era trasladada a ANSESAL para su procesamiento. Y ANSESAL nunca fue organizada, ni entrenada por equipos de Boinas Verdes como afirma el autor.
Otro punto álgido, es la vinculación que hace el autor al entrenamiento proporcionado por los EUA al Ejército salvadoreño en la Escuela de las Américas, llegando a afirmar que desde los años sesentas, se dió entrenamiento en operaciones de inteligencia, interrogatorios de prisioneros, operaciones psicológicas y otras similares; y que los graduados de estos cursos utilizaron sus nuevas destrezas en la tortura y ejecución del "enemigo interno". El problema de esta afirmación es que los servicios de inteligencia del Ejército salvadoreño fueron organizados hacia 1984. En los años anteriores, los oficiales que atendieron estos cursos en la Escuela de las Américas, recibían una formación sobre la doctrina de inteligencia de un Ejército Regular.
Esta especialización nunca dio como resultado, la organización de unidades de inteligencia como era común en otros ejércitos. La razón de ello, es que los Presidentes salvadoreños decidieron depender exclusivamente de los órganos de inteligencia de sus Cuerpos de de Seguridad Pública. De hecho, fueron estos cuerpos los que libraron los primeros años de la guerra contra los subversivos (1972-1980). El otro problema de la anterior afirmación, es que el mayor porcentaje de la enseñanza dada en la Escuela de las Américas era referida a una guerra regular. Aunque la victoria de Fidel Castro en Cuba, en 1959 originó cambios en el pensum de la Escuela, lo que realmente se hizo fue enseñar el uso de las técnicas básicas de la infantería en ambientes de contrainsurgencia.
Ese es el meollo del asunto. Cuando hablamos del énfasis que dio el US Army al entrenamiento COIN, no es que se dejo de dar el entrenamiento de guerra regular, sino que ahora, se enseñaba el uso de estas destrezas en los ambientes de operaciones COIN, así por ejemplo, los cursos de paracaidistas, comandos y fuerzas especiales se agregaron para desarrollar destrezas que sirvieran como multiplicadores de combate y no para entrenar unidades de éste tipo. En El Salvador, la primera unidad de Paracaidistas se formó en 1962, la Compañía de Comandos en 1975 y la PRAL hasta 1982.
Para finalizar este punto, diré que personalmente asistí a dos cursos en la Escuela de las Américas, el curso OCS (Escuela de Candidatos para Oficiales) y el curso Ranger. En ninguno de ellos se nos dio un "Pesado adoctrinamiento" como afirma el autor o se nos habló de  "UN ENEMIGO INTERNO", mucho menos de identificar a estudiantes, trabajadores, panaderos u otros como enemigos del Estado. Tampoco somos ingenuos al no considerar que otros tipos de entrenamientos eran servidos por otras agencias estatales norteamericanas como la CIA, pero estas agencias no eran las encargadas del entrenamiento del Ejército Regular salvadoreño.
Realmente éste no es el lugar para detallar todos los errores de la obra. Debemos leer el libro?. Honestamente creo que sí. La obra  de 5 capítulos y 253 páginas, tiene dos valores importantes. El primero es que sigue llamando la atención sobre el Conflicto Interno salvadoreño, generando nuevas discusiones sobre el mismo en la comunidad académica y el segundo, es el valor de las fuentes documentales citadas para los investigadores e interesados en esta guerra.
Por último, pretender que una de las experiencias obtenidas por el Ejército estadounidense en su campaña COIN en El Salvador fue la creación de "Escuadrones de la Muerte", como asegura el autor, y llevar esta supuesta estrategia a la realidad de Irak durante la segunda guerra (2003) que libró dicho Ejército, es basar tal afirmación en un precepto enteramente erróneo como se ha demostrado.
Para mayores detalles sobre ANSESAL, los oragnismos de inteligencia de los Cuerpos de Seguridad Pública y el ST salvadoreño ir a:

sábado, 7 de abril de 2018

STALIN Y LOS VERDUGOS


La más profunda y esclarecedora historia de uno de los tiranos rojos más completa hasta el momento, el autor no solo ha dejado constancia de la vida del otrora amo y señor de la vida en la URSS, sino de su entorno y de aquellos serviles que le ayudaron a erigirse en el dictador rojo más sanguinario que recuerda la historia reciente de Rusia. Es la descripción de una época y de los revolucionarios rusos que se erigieron en dictadores y que condenaron a la muerte a millones de los suyos, en su afán insatisfecho de alcanzar y mantener el poder.
 El autor nos lleva a las entrañas de los rasgos que caracterizaron el ascenso de Stalin al poder: la convicción de que tenía la misión de gobernar, un agudo sentido de la oportunidad y la profunda perspicacia para indagar en las motivaciones de los demás y la habilidad de un hipnotizador para manipularlos. desde sus inicios (noviembre de 1917) los revolucionarios de Lenín, abrumados por la hostilidad a su alrededor, decidieron crear un organismo que les defendiese de todos su enemigos políticos, de clase y cualquiera que se interpusiera en su camino. La Cheka (Comisión extraordinaria para combatir la contrarrevolución y el sabotaje fue el instrumento perfecto y una vez muerto Lenín, coadyudaría al ascenso de Stalin al poder.


El poder de ajusticiar a cualquier ciudadano caído en poder de la Cheka, mediante su fusilamiento, sin previo juicio o proceso alguno, sería uno de los rasgos más sobresalientes que los partidos comunistas en el mundo, y el PC salvadoreño no sería la excepción, sus purgas internas y su crueldad a la hora de encarar a sus declarados enemigos de clase: los intelectuales, los empresarios, los campesinos, etc., han dejado una estela de horror alrededor del mundo.
Cuando los comunistas dicen que hay que acabar con sus enemigos de clase, no se refieren a otra cosa que el asesinato, masivo como fue practicado en un inicio en la nueva patria del proletariado, o selectivo cuando se trataba de lidiar con la oposición en el extranjero. Ni el ejército Rojo de salvo de ser vigilado, amedrentado y purgado por los hombres de la Cheka, la mayoría asesinos consumados al servicio de sus nuevos amos. Se creo un servicio de contra-espionaje dentro del ejército y se introdujo la figura del comisario, hasta el nivel de pelotón para mantener a raya cualquier asomo de iniciativa o crítica contra el partido, todo lo cual se pagaba con el fusilamiento.
Cuanto los fusilados alcanzaron las cifras de miles de miles, las balas se volvieron más caras y fue necesario ingeniárselas para asesinar a miles de nuevos enemigos del estado. Casos donde embarcaciones repletas de prisioneros fueron hundidas en los lagos y ríos a todo lo largo del país, luego de implemento la terrible idea de obtener de estos condenados, beneficio0s para el partido, fue el inicio de los campos de concentración o Gulag como se les llamó.
Millones de personas fueron deportados a estos campos y obligados a trabajar en grandes proyectos de construcción, en las áreas más remotas e inhóspitas del país, hasta donde dieran sus fuerzas. La defunción de miles de estos prisioneros no importaba, cada año se volvían a llenar los campos. Para Stalin y sus lugartenientes, tener educación, haberse graduado de las universidades o peor aún, haber estudiado en el extranjero era un pecado capital que solo podía expurgarse con la muerte. Una a una, la crema y nata de los intelectuales rusos, de sus científicos, de sus ingenieros, de sus militares de carrera, de sus periodistas, escritores, etc., debieron enfrentar los campos de muerte, la tortura, el pelotón de fusilamiento o la vida en total olvido en las regiones árticas o más alejadas del país, sin poder huir, confinados a miserables vidas, la mayoría, muertos por desnutrición y enfermedades.
Son 618 páginas que nos llevan por éste cementerio en que se convirtió+o la URSS de Stalin. Son estadísticas tras estadísticas que por momentos abruman al lector, se vuelve pesado de seguir pero es necesario leerlo todo. Solo así es comprensible la formación dada a los comunistas salvadoreñas.Cuando sus funcionarios en la actualidad o en el pasado han hablado de aplastar a sus enemigos de clase, están hablando de matarlos, sin miramientos y no importa si son compañeros, pero aún, la traición solo tiene como castigo la muerte.
Basta con recordar los centenares de ajusticiados en la FPL, en el Frente Paracentral para recordar que con los comunistas no se juega, quienes hoy les estrechan la mano, son los futuros fusilados. En su concepción, el partido nunca puede equivocarse, son los burgueses, los periodistas, los empleados públicos, los únicos responsables de que el pueblo no los quiera. Sus dirigentes son una especie de Santos, de todo poderosos incapaces de equivocarse.
Solompara ejemplificar, diremos que en 1918, fueron fusiladas 12,000 personas, en 1919 se asesinó a todos los Boy Scouts acusados de contrarevolucionarios y en 1921 se fusiló a 9,701, mientras que 21,724 fueron enviadas a campos de concentración. Y por si alguién tiene dudas aún, entre 1944 y 1945 fueron ejecutados 200,000 ucranianos, bielorusos y polacos. Nadie se salvo del terror rojo de aquellos años.
Éste es un libro que debería ser lectura obligatoria desde el bachillerato y ningún universitario debía graduarse sin antes leerlo. Los miles de campesinos salvadoreños, que vistiendo el uniforme del ejército los enfrentaron y detuvieron en nuestra cruenta guerra, merecen un reconocimiento de héroes, solamente a ellos debemos no haber acabado en una hoguera de inmundicia, de dolor, de sangre y sufrimiento. Ahora entiendo cuanto le debemos a nuestros soldados.
Amigos, la obra es imperdible, necesaria y obligada de leer, creanme, su conciencia se los agradecerá por siempre.

domingo, 1 de abril de 2018

HISTORIA CON ALAS DE METAL: Y de los hombres del aire que la forjaron, Tomo I


Desde hace mucho tiempo, esperábamos leer las crónicas de aquellos hombres que forjaron la historia de la FAS. Desde 2002, cuando se publicó la obra del Cap. Cornejo sobre la historia de la FAS, no habíamos tenido la oportunidad de completar esa historia con las vivencias de docenas de pilotos, aerotécnicos y otros que dejaron lo mejor de su vida en la historia de nuestra aviación. El autor, un piloto de la FAS retirado después de 30 años de servicio, era el más indicado para acometer tan enorme tarea de encontrar y entrevistar a los veteranos de la FAS que aún se encuentran con vida.
La obra recoje en sus 15 capítulos y 532 páginas, unas historias increíbles, tanto en situaciones de combate como en aparatosos accidentes y espectaculares rescates. Los entrevistados nos llevan por sus recuerdos, dándonos la inigualable oportunidad, de conocer estas aventuras. Aunque la obra inicia desde 1790, es con los veteranos de la guerra librada contra Honduras, en julio de 1969 que en verdad comienzan los relatos de estos hombres.


Provistas de fotografías de colecciones personales y de perfiles de las aeronaves de Luca Canossa, el libro posee una riqueza excepcional. Los especialistas, los historiadores, los modelistas a escala y la comunidad Spotter se verán gratamente recompensados al leer ésta obra excepcional. Recordemos que las crónicas no son historia, por lo tanto, quién desee aventurarse en el mundo de la historia, deberá corroborar las crónicas presentes y no hacer análisis faltos de seriedad.
Marco Argumedo, ha decidido proveernos el testimonio de los hombres que conquistaron los cielos cuscatlecos sin pretender que sean, sus crónicas, la verdad absoluta de los hechos. Es un trabajo ingente que casi se semeja a la labor detectivesca para encontrar personas, documentos y material fotográfico, la mayoría inédito y proveernos de una obra, que tan solo es la primera de una trilogía, que el autor nos entregará proximamente.
No hay duda que al leer las entrevistas, uno casi puede experimentar el viento en el pelo antes de cerrar la cabina del aeroplano, oler el aceite de motor y el humo de la munición disparada al bajarse de la aeronave. Es como tocar en los sueños, aquellas aeronaves que han hecho historia en las manos de intrépidos pilotos que arriesgaron sus vidas por su país y sus familias. Aunque el libro no posee ningún mapa, la aplicación de Google Map nos da la solución.
Sus capítulos dedicados a la guerra con Honduras y al conflicto interno son, para mí, los más importantes y logrados por el autor, las fotografías que les acompañan, ni que se diga. Los perfiles a colores de las aeronaves de la FAS están bien logrados y corroborados en sus más mínimos detalles. Un libro imperdible y que no debe faltar en nuestra biblioteca.