jueves, 16 de febrero de 2017

CERO: UN CAZA FAMOSO


Pocos autores logran atrapar al lector en la lectura de sus obras, a veces hay que tener sangre de cronista para lograrlo, esto es lo que alcanzó Martín Caidin con ésta obra fenomenal sobre uno de los cazas míticos de la Segunda Guerra Mundial, el Mitsubishi A6M5 conocido popularmente como "Cero". la descripción de los combates aéreos atrapa al lector desde el inicio y uno no quiere soltar el libro, no solo es que el autor haya logrado la colaboración de uno de los ases japoneses de éste casa para su obra, es que los datos y la investigación hecha respaldan la leyenda de éste avión y como todo buen investigador, también nos revela sus deficiencias, los errores cometidos por el mando y los proyectistas aeronáuticos nipones.
Un diseño que sacrifico protección y seguridad de sus pilotos por obtener maniobrabilidad, que con el tiempo sería, no solo igualada sino que superada por los diseños de aviones aliados, demostrando que el desarrollo de la maquinaria bélica nipona descansaba en una industria de guerra no muy desarrollada, es decir, sus proyectos no tenían nada que envidiar a la de los aliados pero su base industrial no pudo con el desarrollo y mejoras de nuevos tipos de aviones, en éste caso de un digno sustituto del caza Cero, su base industrial dependía mucho de los elementos externos (materia prima) y la concepción estratégica de sus mandos militares no sacaron las lógicas consecuencias de larga lucha en la China continental.

Uno se queda pasmado, primero con asombro por logros del avance militar nipón a lo largo de todo el suroeste asiático, luego, como se quejan sus lideres civiles y militares sobre la gran capacidad de EUA en cuanto a su base industrial, la calidad de sus equipos militares y el alistamiento de grandes cantidades de su población en las FFAA, sobre todo de personal voluntario en las escuelas de aviación del ejército y la armada, tofo ello previsto con anterioridad, y sin embargo, no pudieron desarrollar mejores aeronaves, tanques, etc. La misma triada de aeronaves que asolaron la base de Pearl Harbour en diciembre de 1941, eran los mismos que volaban 3 años después combatiendo contra los aliados.
Pero volviendo a nuestra obra en comento, bien lograda, con los datos de referencias para los más exigentes, para éste lego del arte militar en las alturas, necesario aprendizaje para enfrentar nuevos retos editoriales que versan sobre los combates aéreos. S i quieren sentir la adrenalina correr por su sangre, sumense al autor, viajen en la cubierta de los cazas ceros y enfrentarse a los Wilcat, los corsarios, los P-38, Hurricane y los Mustang de los aliados, sientan el apurado y desesperado vuelo de los pilotos nipones en combate, disparen sus cañones de 20mm o sus ametralladoras  mientras hacen un rizo o un tonel en desesperada maniobra para evitar su muerte.