lunes, 9 de septiembre de 2019

AT THE HURRICANE´S EYE

Cuando supe de este libro, me puse a buscarlo, creí erróneamente que se trataban de las memorias de un Boina Verde que había servido en El Salvador durante nuestro conflicto interno, pero es más bien, una crónica de las Fuerzas Especiales estadounidenses desde Vietnam hasta Tormenta del Desierto.
Sus 23 capítulos están contenidos en 278 páginas que nos llevan a través de un viaje en el tiempo, por las sendas de aquellos hombres que han servido a su gobierno como soldados excepcionales en toda guerra desde los años cincuenta.
El autor, en uno de sus capítulos, nos adentra en los pormenores del servicio prestado en nuestro país y de la polémica desatada en el gobierno estadounidense en reconocer o no, el servicio prestado por sus militares aquí, como servicio en áreas de combate o de mucho riesgo. Su descripción del arribo de los primeros Boinas Verdes en llegar a El Salvador en marzo de 1981, provenían del 3er. Batallón de Fuerzas Especiales localizado en Fort Gulick, Panamá.
La obra es muy interesante pues no esta enfocada en el papel que los asesores militares tuvieron en la guerra salvadoreña adiestrando al ejército local; más bien, el autor intenta justificar el porque, según él, todos los que sirvieron aquí, deben de ser reconocidos como personal militar que sirvió en áreas de combate, yo no estoy aquí para dar o no la razón al autor, pero sí me interesa aclarar algunos conceptos escritos para seguir evitando errores y equivocaciones sobre el papel de los asesores estadounidenses en el país.
La guerra salvadoreña duró 20 largos años y los estadounidenses estuvieron aquí en los últimos 12 años, cuando llegaron en marzo de 1981, las reglas de enfrentamiento bajo las cuales sirvieron, eran muy restrictivas y aunque oficialmente solo podían portar armas personales como las pistolas, siempre se las ingeniaron para cargar armas más pesadas como los los fusiles M-16, las ametralladoras M-60 y hasta lanza-granadas M-79. este fue un claro conflicto que el autor ha retratado muy bien, el problema es su afirmación que desde que vinieron, fueron sometidos a fuego enemigo.
Hay que entender que la guerra de guerrillas no tiene frentes definidos y en general se acepta que el campo de batalla es todo el país, pero en la realidad, sabemos que algunas áreas del país estuvieron casi ausentes de combates. en la capital salvadoreña, donde tenían su base principal los Boinas Verdes, la infraestructura urbana de las guerrillas fue casi destruida en un 100%, por lo que fueron raros los ataques en la capital entre 1981 y 1982. 


Pero, debo aclarar, debemos ser cuidadosos al otorgar conceptos en el tiempo, pues las acciones armadas de carácter urbano siempre existieron en este periodo, pero según el tiempo del que estemos hablando, así son más frecuentes o infrecuentes. El autor por su parte, encadena una serie de factores a lo largo de esos 12 años, que al leerlos casi le dan la razón, pero no fue así.
La guerrilla no concentró sus atención en los asesores estadounidenses sino hasta 1983 y luego en 1985. Ataque masivos de la guerrilla a cuarteles regionales del ejército salvadoreño encontraron que se realizaron con la presencia de los asesores, pero dichos ataques no estaban diseñados para acabar con ellos sino más bien, fue algo circunstancial.
El ataque a la 4ta. Brigada en 1987, a la 3ra. Brigada en 1986 y al CEMFA en 1985, se encontraron con personal de los asesores, que bajo las reglas de enfrentamiento, estaban facultados para empuñar sus armas y defenderse o evitar las bajas de sus compañeros. Menciono estos 3 casos porque fueron los más emblemáticos pero, son 3 casos a lo largo de 3 años, no hay una constante exposición al fuego enemigo.
Otra equivocación del autor y repetida por muchos a lo largo de nuestra historia, es que el Batallón Atlacatl se entrenó en EUA, siendo lo correcto que fue entrenado hasta julio de 1981 por un equipo de Boinas Verdes, como ya lo he dicho en otros foros, el Atlacatl fue organizado en marzo de 1981 sin contar con entrenamiento de los asesores pues sus efectivos eran voluntarios que habían cumplido su Servicio Militar Obligatorio por lo que el mando castrense salvadoreño juzgó no necesitar de el.
El Batallón Belloso fue el único entrenado enteramente en los EUA, entre enero y abril de 1982.
otro error que se sigue repitiendo es sobre la forma en que la guerrilla del FMLN llevó a cabo los ataques a los cuarteles regionales de San Miguel y el CEMFA, pues el autor, como muchos otros, los adjudica a considerables fuerzas guerrilleras que atacan, desde afuera, las instalaciones militares; creo que ya esta bastante claro que dichos ataques fueron sabotajes al estilo vietnamita, con uso de fuerzas especiales y atacando desde dentro de las instalaciones.
Quiere decir esto, que los asesores estadounidenses que sirvieron en nuestro país no merecen el reconocimiento oficial de que estuvieron en zonas de combate y de extremo peligro; claro que no. los Boinas Verdes sirvieron a su país en una de las más crueles guerras de guerrillas que se ha librado en nuestro continente durante la Guerra Fría, y ellos estuvieron en primera línea junto a nosotros, no importa en que momento o si fueron objeto de fuego hostil.
El solo hecho de estar aquí, en una guerra de contra-insurgencia y exponerse a ser atacados en cualquier momento o lugar, les hace acreedores del agradecimiento no solo de su gran país, sino del pueblo salvadoreño y de aquellos soldados que junto a ellos, defendimos nuestra joven democracia. Todos cometemos errores, y el autor del libro, no ha sido la excepción.
Créanme, el relato de la participación de la comunidad de fuerzas especiales estadounidenses en las guerras libradas en Vietnam, El Salvador, Grenada, Panamá e Iraq, les dejara satisfecho y para los que estudian nuestro conflicto, el autor hace importantes contribuciones de datos sobre la guerra salvadoreña, es un libro que no pueden dejar de leer para aprender.

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