viernes, 2 de febrero de 2018

AL SERVICIO DE SU MAJESTAD, CIEN AÑOS DE ESPIONAJE BRITÁNICO


Una interesante obra sobre el mundo del espionaje, esta vez dedicado a los servicios de inteligencia británicos. El libro lo primero que me evoca es al típico espía inglés del cine, si, James Bond pero el libro no tiene nada que ver con éste personaje del cine. El autor de la obra nos entrega una parte de la historia de la inteligencia inglesa, que en 2009 cumpliera 100 años de historia. Claro que esta temática, en la que el autor ya es una conocida autoridad, no profundiza en un mundo vedado para los ojos mortales del ciudadano común, no podía ser de otra manera, sin embargo, Thomas hace un esfuerzo por colocar las piezas del entramado de estos servicios sin dar demasiados detalles, pero los suficientes para hacer nuestras propias deducciones. Lo primero que llama la atención es la dependencia de estos serivicios a ministerios separados del gobierno y un organismo a nivel de Parlamento que supervisa su funcionamiento.
El MI6 que se encarga del espionaje fuera de las fronteras del país responde ante el Ministro de Asuntos Exteriores, el MI5 mientras tanto responde al Ministro del Interior y se encarga del espionaje interno. Ambos servicios de inteligencia están representados en el Comité Conjunto de Inteligencia. Para marzo de 2007, el MI6 solamente empleaba a 2,500 personas a tiempo completo y al doble con contratos externos. Un impresionante organismo de inteligencia en el que trabajaban algunas de las mentas más lúcidas, brillantes y académicas del mundo.


Algunos critican al autor que en sus 20 capítulos y 594 páginas no hay una estructura cronológica bien definida, ni una descripción detallada de las operaciones del MI5 o el MI6. Como autor diré que acercarse al mundo del espionaje es muy difícil, aun en países como Inglaterra con una larga data de acceso a sus instituciones de gobierno. Ser parte de ese grupo privilegiado de personas con acceso a ese mundo, mientras tanto, demanda códigos de aceptación mutua que se basan en intereses comunes y seguimiento de reglas bien definidas. Es el precio que todo autor debe pagar por ese acceso privilegiado.
Pese a esas limitantes no hay duda que la presente obra nos lleva por esos caminos y recovecos que son los servicios de inteligencia del mundo, los fracasos y éxitos que han pavimentado su camino y los más preocupante, su poder para destruir reputaciones, carreras, o incluso arrebatar la vida de aquellos que sus jefes consideren un "peligro para la seguridad nacional", no importa que un día hayan sido reputados espías o excelentes especialistas. éste es, quizás, el meollo del asunto con estos servicios, quién les da la autoridad para ejecutar a uno de sus propios ciudadanos  por el simple hecho de saber más de la cuenta sobre decisiones de su gobierno basadas en mentiras y manipulaciones, por qué debe asesinarse a un ciudadano cuya ética y moral ya no le permite seguir trabajando para estos organismos.
Pues bien, esta disyuntiva y otras son tratadas por el autor de una  forma magistral y ha sido una de las partes que más me ha atraído de éste trabajo. Como un servicio de alcance global, Latinoamerica también ha estado bajo su atenta mirada. Entregaron información al DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) de Colombia sobre el ingreso a ese país de terroristas del IRA, en 2001 que entrenaron a miembros de la FARC en la construcción de coches-bombas. Pero lo más impactante para mi, fue descubrir que para 2007, El Salvador era el último país agregado a una  larga lista de naciones donde Al Qaeda  blanqueaba su dinero, imagino que una consecuencia de nuestra participación con las tropas aliadas en Irak.
Un capítulo interesante es la deserción del cerebro que planificó los atentados con bombas en la base estadounidense de sus Marines en Líbano, en 1983. Sí, el mismo que en 2006, ya era un Director senior del servicio de inteligencia iraní, el VEVAK. Su refugio en Inglaterra le salvo de la venganza norteamericana. La obra es una excelente introducción al mundo del espionaje británico, mismo que se entrelaza con sus primos de la CIA, me imagino, para rellenar los grandes huecos de su historia sobre las agencias de inteligencia al servicio de su majestad.
La obra me ha recordado lo urgente que es en nuestro país el debate para colocar nuestros servicios de inteligencia bajo la supervisión de un ente separado del gobierno, me refiero a La Asamblea Legislativa, ya es tiempp que nuestros espías deban reponder al ciudadno por sus actuaciones, ahora muy cuestionadas y que lindan con actos ilícitos. Debate por cierto, ausente de nuestra actual campaña electoral de Diptados y Alcaldes.

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