Este es un libro que comencé a leer con cierto recelo, pues su título no me decía gran cosa. Al principio, no me equivoqué, la presentación de los datos sobre nuestra guerra son presentados atropelladamente y sin mucha sustancia, en muchas ocasiones con datos equivocados y cuando me disponía a abandonar su lectura me encontré con dos capítulos, que hasta ahora, no habían sido tratados con profundidad y pertinencia por nuestros académicos e historiadores.
En efecto, los temas relativos al sistema educativo de la FAES, sobre todo las reformas que debió sufrir a consecuencia de los acuerdos de paz, no habían sido valorados, hasta ahora, por los militares, quienes por haberla llevado a cabo, son los testigos directos que hacían falta en estos análisis sobre dicha temática. Nuestro autor les dedica un capítulo entero, lleno de sorprendentes datos y afirmaciones, de una realidad desconocida hasta ahora.
Y es que, a nuestras instituciones públicas no les gusta ser enjuiciadas por la sociedad civil, especialmente instituciones como la FAES o la PNC, pues aún, y pese a los acuerdos de paz, no son transparentas y son poco amigas de los investigadores independientes; siempre les ha gustado controlar lo que se publica sobre ellas por eso son poco amigables con quienes les critican.
Este es un capítulo que deben leer todos los involucrados en la educación militar, desde el ejecutivo hasta el último soldado y su desarrollo, falencias o aciertos deben ser estudiados por nuestra comunidad académica. Por primera vez vemos una explicación a lo que comprendió el llamado Plan Arce 2000 y sus alcances, aunque hace falta una valoración de sus resultados que el autor se guardo de realizar.
El otro capítulo de suma importancia es el abordaje sociológico que el autor hace sobre los problemas del mando dentro de la FAES, la preponderancia de una rama sobre las otras y cómo esta situación ha llevado a una involución sobre las prácticas del mando que cada vez se han vuelto más autoritarias y peor aún, despojadas de la calidad moral y legal para ejercer el mando de la institución, tanto en los niveles del Ministerio de la Defensa como en el del Estado Mayor Conjunto de la FA.
Quienes habían intentado un estudio como este, fallaron porque precisamente no tuvieron el acceso interno que un estudio de esta magnitud requiere, y ese es el enorme mérito del autor, abordarlo desde su propia experiencia de pos conflicto. Es un análisis crítico, serio y sobre todo, certero de las dificultades del mando y la pérdida de su legitimidad apoyada en gran medida por las intervenciones Presidenciales que atropellaron la legalidad institucional en beneficio de su interés político.
Sus 228 páginas divididas en 8 capítulos son imprescindibles para entender los cambios en el sistema educativo de la FAES y la involución de la legitimidad del mando en el MD y el EMCFA, imperdible para quienes estudian a nuestra institución militar.
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