viernes, 22 de enero de 2021

CNEL. JOSÉ ARTURO CASTELLANOS, HÉROE DEL HOLOCAUSTO



Pocos libros me han dejado una grata satisfacción como esta obra, arriesgar la vida para salvar a otras personas, incluso desconocidas, es una constante entre soldados pero escasa entre otros, sin embargo aquí tenemos la historia de un funcionario consular salvadoreño que estando a cargo del consulado de nuestro país en Ginebra, Suiza, decidió arriesgar su vida y empleo en una vasta operación para salvar a miles de personas de origen judío en diferentes países de la Europa ocupada por las tropas alemanas de Adolfo Hitler, salvándolas literalmente de la tortura y ejecución en las cámaras de gases nazis. 

El libro de 104 páginas fue editado por el Ministerio de Relaciones Exteriores salvadoreño y publicado en 2010, como testimonio a la encomiable labor realizada por el Cnel. Castellanos. S formato en pasta dura y papel cuche le da una presentación de lujo y es una obra que no puede faltar en nuestra biblioteca. Por su humanitaria labor, el Cnel. Castellanos fue nombrado, el 3 de mayo de 2010 por el Yad Vashem, Autoridad Nacional de Israel en memoria del Holocausto, el título de "Justo de las Naciones" de forma póstuma al Cnel. Castellanos.

Claro que en esta empresa encubierta, recuérdese que en 1943 y 1944, el gobierno del entonces Gral. Martínez era decididamente pro-Alemán y seguramente se hubiese opuesto a ayudar a los nacionales judíos. Así pues, el Cnel. Castellanos debió obrar por iniciativa propia exponiéndose a las posibles represalias si se conocía de su actividad. Ayudado por su amigo, el Sr. Mandel Mantello, ciudadano húngaro de origen judío, a quién había conocido en un viaje anterior, el Dr. José Gustavo Guerrero, salvadoreño Presidente de la Corte Internacional de Justicia de la Haya en 1942, y muchos otros amigos.

En una intrincada operación Diplomática, diga de una película de Hollywood, estos hombres armaron una red que entregaba los documentos salvadoreños a judíos perseguidos en Polonia, Hungría, Rumania, Eslovaquia, Croacia entre otros. Tras la posterior caída del gobierno de Martínez, los dos gobiernos consecutivos que le siguieron, dieron su respaldo oficial a la basta operación de entrega de documentos salvadoreños a miles de judíos en Europa. Se inicio entonces una comunicación a nivel de cancillerías, entre los gobiernos de El Salvador y Suiza para validar los documentos expedidos por el cónsul Castellanos.

Suiza había aceptado encargarse de los intereses salvadoreños en Hungría y como tal, amparo y dio seguridad a todos aquellos ciudadanos de origen judío con papales que les acreditaban como nacionales salvadoreños, completándose así, la labor encubierta hecha hasta entonces por el Cnel. Castellanos.

No hay certeza de la cantidad de personas de origen judío que salvaron sus vidas gracias a los "paapeles" salvadoreños, se ha podido cuantificar hasta unos 13,000 pero muchos documentos fueron extendidos sin fotos y nombres para ser entregados a judíos que huían de la persecución nazi y algunos estudiosos y entendidos elevan esa cifra a 50,000 y otros a muchos miles más, sin duda una titánica labor.

Lastimosamente el Cnel. Castellanos murió en el olvido y la pobreza, pese a que muchos diplomáticos se lucraron otorgando documentos de sus respectivos países para salvar a los judíos perseguidos, estos cobraban por ello, mientras que Castellanos nunca cobró por otorgarlos.

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