domingo, 14 de junio de 2020

THE SALVADOR OPTION 1977-1992

Cuando estudias el conflicto salvadoreño, es muy difícil encontrar referencias bibliográficas que valgan la pena, pues la mayoría se encuentran llenas de los consabidos clichés que la izquierda propagó sobre el mismo, de vez en cuando, nos encontramos con algo que valga la pena. Una de esas excepciones es esta obra de 698 páginas, un estudio actualizado con las más diversas fuentes actualizadas y disponibles hasta ahora sobre una guerra que duró 20 largos años. Su autor, Russell Crandall nos introduce a un estudio apasionado y muy bien documentado sobre la participación estadounidense en nuestra guerra, abordando los factores políticos, diplomáticos, económicos y militares que enfrentaron tres administraciones estadounidenses, Carter, Reagan y Bush.
La obra esta más centrada en cómo abordó el gobierno estadounidense la guerra salvadoreña y por ello, comete varios errores al analizar la realidad salvadoreña de la guerra pero, no por ello, pierde su valioso aporte a nuestra historia. La primera parte de la obra nos lleva al análisis de nuestro conflicto desde la perspectiva de la Guerra Fría, un hecho que muchos académicos refutan y lo restan importancia como uno de los factores que potenciaron la guerra. 


Al respecto diré una cosa, hasta 1980, los enfrentamientos entre la guerrilla y las fuerzas gubernamentales evidenciaba las pocas armas modernas de que disponían los grupos subversivos, pero luego, en su fracasada Ofensiva Final del 10 de enero de 1981, los vemos mejor armados que el mismo ejército, esto solo fue posible gracias al inmenso apoyo militar de la URSS y el bloque del este, capaz de enviar 800 toneladas de armas para la revolución salvadoreña.
Aquí tenemos otro punto importante que el autor no pudo profundizar, aún ahora con una considerable cantidad de memorias de los jefes rebeldes publicadas, me refiero al informe estadounidense del apoyo del bloque des este a la famosa Ofensiva Final. Todavía el autor cuestiona la credibilidad de este informe y las críticas que recibió en el Congreso y la prensa norteamericana. Bastaría una leída a esas memorias de los jefes rebeldes para darnos cuenta que ese informe, no solo era muy preciso, sino que se quedó muy corto al enumerar a los países y el tipo de ayuda que proveyeron al FMLN.
Los datos sobre la ayuda militar y económica son abundantes, también, los problemas de liderazgo y corrupción en la FAES, lo que nos ayuda a entender mejor el desarrollo de la guerra, sus fracasos y éxitos. Así, el análisis a la campaña de pacificación, el primero que leo, esta muy documentado, colocando en su justo valor, las razones de su fracaso. La obra sin embargo, repite varios clichés sobre aspectos de la misma que la izquierda ha inmortalizado y que el autor no pudo evitar repetir. Citaré solo tres de ellos.
El primero tiene que ver con el Myr. Roberto D´aubuisson, a quién se le describe como un "favorito" del Gral. Medrano y una figura oscura detrás de ANSESAL, la oficina de inteligencia del Estado.     D´aubuisson en realidad, solo estuvo un par de años con Medrano en la Guardia Nacional, de 1967 a 1969, pues a principios de 1970, el Gral. Medrano fue removido de la GN. Como segundo jefe de ANSESAL, en los setenta, D'aubuisson pasó sus últimos dos años ahí, destacado en la ECEM, de 1977 a 1979, durante los cuales hizo sus estudios de Diplomado de Estado Mayor, los cuales duraban dos años y por ello, asistía algunas tardes a su oficina en ANSESAL. Luego del Golpe de Estado, no fue removido como despotrican sus críticos, sino que fue el encargado de realizar la transición de ANSESAL y sus archivos al EMGFA, solo ha finales de 1979, él decide retirarse de la FAES.
El otro error muy com+un, es atribuirle a la ayuda estadounidense la construcción de la base militar de la 4ta. Brigada de Infantería, cuyo sistema defensivo era lo ultimo de la tecnología del US Army basada en su experiencia de Vietnam, nada más alejado de la realidad. Las instalaciones de la 4ta. Brigada fueron concebidas a principios de los años setenta como respuesta a los aprendizajes de la guerra contra Honduras, que evidenciaban la necesidad de una unidad de esa magnitud en el Frente Norte, así, en 1972 comenzó su construcción con fondos propios. Las instalaciones albergarían a la 1ra. Brigada que mudaría su fuerza desde San Salvador.
Pensada para una guerra regular, sus instalaciones no estaban diseñadas para defenderse de un ataque interno, es decir, no existían campos minados como aseguran muchos autores y jefes guerrilleros, ni dispositivos de última generación como bengalas u detectores de sonidos, apenas se contaban con alambradas y malla ciclón y algunas torres elevadas. Cuando esta se termino de construir, a finales de 1980, la situación exige organizar otra Brigada de Infantería, así nació la 4ta. Brigada. La falsedad sobre esta unidad militar deviene de la necesidad que tuvo la guerrilla salvadoreña de explotar el que sus fuerzas hayan podido destruir, en gran parte, esta guarnición en su ataque de diciembre de 1983 y la propaganda exigía publicitar un ataque a una impenetrable base militar construida por los estadounidenses.
Por último, señalaré la cuestión del trillado dicho que la FAES era al principio de la guerra, un ejército que combatía de 8 am a 5 pm. Este invento nación con la llegada de los primeros asesores militares estadounidenses en febrero y marzo de 1981. Los primeros asesores fueron colocados en la base de Ilopango con la FAS, la base de la FAES en Sonsonate, la base de La Unión con la Marina Nacional y en los cuarteles generales del EMGFA. En estas unidades, a excepción de Sonsonate, los procesos de convivencia o administrativos eran los de tiempo de paz, es decir, los oficiales que no tenían servicio salían con licencia horaria a las 5pm y regresaban a las 6 am del siguiente día.
Como en estas guarniciones no se manejaban tropas de combate, solo las necesarias para su propia seguridad, fue evidente que los asesores creyeran que este modelo era en todas las guarniciones del país, algo totalmente alejado de la realidad. Esto sin embargo dio pié a que, en alguna declaración, alguno de los asesores dijera que eramos un ejército que combatía de 8am a 5pm.
Pero siendo honesto, estos errores no le quitan la relevancia a este estudio, es una obra que debería ser texto obligatorio de estudio en la ECEM (Escuela de Comando y Estado Mayor), la ESNACIN (Escuela Nacional de Inteligencia) y el CAEE (Colegio de Altos Estudios Estratégicos). Una lectura imperdible.

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