viernes, 30 de junio de 2023

ESCUADRONES DE LA MUERTE O FUERZAS DE AUTO-DEFENSAS?

 

Éste


es un atrayente libro sobre uno de los temas más estudiados en el siglo XXI, lo que el autor ha llamado Paramilitares y que por desgracia, ha confundido con aquellos grupos de asesinatos, conocidos en nuestra literatura como los Escuadrones de la Muerte, o con las fuerzas de Auto-defensas (Defensas civiles), grupos que, a pesar de sus similitudes son muy diferentes.

En 272 páginas divididas en seis capítulos, uno de los cuales esta dedicado a la experiencia salvadoreña, el autor hace un estudio sobre estos grupos en México, Colombia y El Salvador. Dicho estudio trata de establecer que el aparecimiento de dichas fuerzas en los tres paises responden a curcunstancias similares por lom que para él, existe un patrón a seguir, su accionar y organización.

La violencia en los conflictos internos de un país, reconoce como actores del uso de esta violencia, primeramente al Estado (violencoa legítima podría decirse) y el uso de la violencia para alterar o derrocar al Estado (realizada por los grupos subversivos o insurgentes) y una tercera categoría, que segun el autor corresponde a aquellos agentes no estatales y por lo tanto no reconocidos para ejercer dicha violencia, aunque tienen conecciones con miembros del Estado.

En esta tercera categoría, el autor ubica a los Paramilitares (que también confunde con las Auto-defensas y los llamados Escuadrones de la Muerte). Los grupos paramilitares, establece el autor son organizaciones políticas armadas; entidades extra-militares, extra-estatales y no institucionales, que operan con asistencia de aliados importantes (incluidas facciones dentro del mismo Estado).


El objetivo de estos grupos es eliminar a aquellos que son percibidos como una amenaza a la base socieconómica de la jerarquía política, defienden los intereses de un sector privilegiado dominante, no operan dentro de las estructuras del propio Estado, pero son usados por el mismo Estado para ejecutar una guerra sucia y así escapar a la condena y aislamiento internacional.

De éste estudio me interesa el capítulo dedicado a El Salvador, del que no puedo evitar una completa frustración y decepción. Como otros académicos que han estudiado este fenómeno, si queremos llamarlo de alguna manera, el autor confunde lo que aquí se conoció durante el Conflicto Interno como Escuadrones de la Muerte, las llamadas Defensas Civiles, las Patrullas Cantonales y los miembros de ORDEN (Organización Democrática Nacionalista). Organizaciones que individualmente no pueden ser comparadas entre sí, sobre todo por sus disimiles objetivos o misiones.

Cómo ya he escrito en otras oportunidades, ORDEN fue una organización civil de caracter  cívico, concebida para adoctrinar al campesinado en los beneficios de la Democracia, el nacionalismo y el amor a la patria. Su amplio desarrollo y aceptación en el campo hizo que fuera percibido por las autoridades de turno como un organismo capaz de cumplir otras funciones. De ahí proviene su uso como apoyo en las elecciones presidenciales por los candidatos de turno. Además, su creciente número permitio utilizarlos como agentes de vigilancia e informantes de cualquier actividad subversiva o sospechosa en el campo (de ahí proviene su apodo de orejas con que los bautizaron los grupos subversivos). Nunca fueron organizaciones Paramilitares pues no tenían una organización cuasi-militar, ni mucho menos estaban armados o eran capaces por sí mismos de realizar operaciones de tipo militar.

Las Patrullas Cantonales por el contrario pertenecían al Estado, especificamente al llamado Servicio Territorial. Organización de tipo Paramilitar (no permanente) que ayudaba a mantener el orden público en aquellos lugares que no disponían de servicios de seguridad pública, aunque su misión principal, por ley, era la de contribuir a las campañas de reclutamiento del ejército que año con año se desarrollaban. A partir de 1980, estas Patrullas empezaron a transformarse en lo que se conoció como Defensa Civil, a las que se armo y equipo para colaborar con el ejército en su campaña contrainsurgente, pero siempre dependiendo del Servicio Territorial adscrito al Ministerio de la Defensa.

Mientras que los llamados Escuadrones de la Muerte fueron grupos ilegales que ejecutaban a personas de ser sospechosas de pertenecer a los grupos subversivos o colaborar con ellos. Este grupo, es el que considero puede asemejarse al tercer grupo descrito por el autor en su estudio. Pero este grupo, a diferencia de los organizados en México y Colombia, no poseía una estructura Paramilitar permanente ni operaba en un territorio bajo su control o influencia. Por eso, su supuesta similitus con la experiencia de México y Colombia no es cierta.

Interesante lectura que recomiendo ampiamente a nuestros estudiosos.

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