martes, 31 de agosto de 2021

GESTAPO

"Para cualquier ciudadano medio, vivir en un Estado Policía significa la pérdida de la mayoría por no decir de todos sus derechos civiles. No hay manera de protegerse de las perentorias llamadas a la puerta, del terror del arresto repentino, ni de la posibilidad de ser raptado, frecuentemente sin dejar rastro alguno, quedando completamente perdido para sus familiares y amigos". 

En los estadios anteriores o en ese camino de construcción del Estado Policía nos encontramos con la persecución política de aquellos señalados por el gobierno como enemigos a los que hay que enseñarles quién manda. La burocracia estatal, constituida por aquellos que ocupan sus cargos no a causa de sus mérito al servicio público, sino porque gozan de la confianza de los gobernantes.

En un clima diario, en donde paulatinamente todo va quedando estrictamente censurado y la libertad de prensa o individual se esfuma sin siquiera darnos cuenta o combatir para impedirlo, dónde la disciplina ideológica reemplaza el juicio reflexivo y de la lógica, la libertad de un país se acaba frente a nuestros ojos. Podría decirse que hablamos de la actualidad de los países centroamericanos pero no, hablamos de Hitler y su maquinaria de control social, que le permitió se dominio sobre una Alemania culta pero desgarrada por la miseria.

Gestapo, es un libro de tanta actualidad que debería ser obligatorio leer en las escuelas y universidades del país. Como parte del Estado y sus organismos de seguridad, dedicada exclusivamente a la persecución dentro y fuera de las fronteras alemanas, de todos aquellos que significasen una amenaza al nuevo gobierno de Hitler. Y este es el meollo de la cuestión. 

Detrás de sus lustrosos o desteñidos escritorios, los burócratas del partido gobernante, compiten entre ellos por ver quién señala más a los ciudadanos que pueden convertirse en parte de la resistencia y por tanto a los que han que enseñar quién manda. Ellos, no solo cortan las libertades del pueblo sino que destruyen el derecho de reclamación mediante la destrucción de las instituciones que lo posibilitan y garantizan.

La incertidumbre del mañana debilita la resistencia humana, día a día, dejando al ciudadano en un lamentable estado de indefensión en el cual se permite al gobierno que lo avasalle todo, quedando el ciudadano en aquel estado de fatalidad, de aquel hecho consumado y al cual es peligroso oponerse.

Son 160 trepidantes páginas divididas en trece capítulos con las que el autor nos introduce a las cámaras de tortura de la GESTAPAO, de sus formas de operar y de quienes fueron sus líderes. Un vertiginoso recuento, que en muchos casos, pareciera describir nuestra actualidad. En fin, un libro que no pueden dejar de leer.

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