Esta es una obra de obligada lectura para los estudiosos de nuestro conflicto, de fácil lectura y con reflexiones puntuales sobre eventos en los que el auotr ha sido partícipe, nos provee de un marco de referencia para entender el desarrollo de la guerra y sobre todo, la curva de aprendisaje por la que tuvo que pasar el ejército salvadoreño antes de dominar las técnicas y estrategias de la lucha contrainsurgente.
Un esfuerzo desprovisto del lenguaje grandielocuente con el que a veces, los escritores nos marean. Son 284 páginas divididas en 40 anecdotas, cada una de las cuales dejan una enseñanza, que a juicio del autor, son importantes de reseñar. La lectura comienza con una pequeña explicación sobre la temática que abarca el libro y la misma inicia en 1979 (aunque el autor especifica que la campaña militar inicia en 1979, oficialmente la misma solo reconoce el periodo de 1980 a 1992).
Las anécdotas no solo versan sobre aspectos tácticos o técnicos, tambien nos introducen al aspecto político-militar, los sinsabores de la desconfianza y la propia persecución de la que se podía ser objeto en las filas de la Fuerza Armada. Por ello, su lectura se vuelve tan interesante, y al ser descrita con mucho lirismo, es fácil de seguir. Los aspectos de inteligencia, mando y control, interrogatorios y otros de capital importancia son expuestos con sinceridad y ojo crítico, como una manera de aportar enseñanzas al liderazgo militar y comprensión en el político.
Me interesaron mucho las líneas dedicadas al servicio de inteligencia (S-II) de la 3ra. Brigada de Infantería, en San Miguel, las operaciones de los Comandos de Gotera y los inicios de la 4ta. Brigada de Infantería, en El Paraíso, Chalatenango.
Lastimosamente la obra no tiene ningún recurso fotográfico, salvo el de sus portadas, por lo que a veces se antoja algo monotona su lectura. Definitivamente es un libro para leer y compartir sus enseñanzas con nuestros nuevos líderes militares.
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