Un libro que por fin pude encontrar y leer. Un crónica de guerra hecha por un periodista mexicano que trabajaba para Prensa Latina, un medio por demás decir izquierdista. Las crónicas son interesantes porque se sitúan a finales de 1980 y nos dan una visión de ese momento histórico por los líderes de tres de los cinco grupos que conformaron el FMLN, y presenta la visión de estos y sobre todo, podemos percibir la inmediata victoria que estos líderes creían tener en sus manos.
Para el estudioso de nuestro conflicto, es importante descubrir la organización de los frentes de masas y sus aparatos paramilitares, al menos en estos tres grupos, información que permite acercarse más objetivamente a la organización, táctica y armamento utilizado por los tres principales tipos de fuerzas en el FMLN, el ejército revolucionario, las guerrillas y las milicias.
En sus 226 páginas divididos en 8 capítulos, el autor nos presenta una serie de entrevistas realizadas con los máximos dirigentes de las FPL, el ERP y el PCS. Dos puntos importantes emergen de estas entrevistas, la decisión de dejar de lado la teoría del Foco (estrategia seguida por los revolucionarios cubanos y predicada como una "verdad" en los movimientos guerrilleros en toda Latinoamérica por los cubanos) y la peculiar organización de los rebeldes salvadoreños, que excepto el PCS, los otros dos grupos comenzaron formando su aparato militar antes que el del Partido marxista.
El recuento de las acciones armadas de estos tres grupos a lo largo de 1979 y 1980 nos es presentado como una ola insurgente que aplasta al ejército gubernamental en una ola incontenible apoyada por el pueblo salvadoreño. Para quienes vivimos en El Salvador y experimentamos la zozobra de eso años, nada que ver, como siempre, los movimientos guerrilleros en Latinoamérica expresan deseos antes que realidades y a excepción de Cuba y Nicaragua, las poblaciones latinoamericanas dieron la espalda a los grupos subversivos marxistas.
Como dije antes, el plus de este libro es su detallada exposición, que hacen los líderes rebeldes, de su organización para-militar y el tipo de acciones armadas que desarrollaban entre 1979-80. Otro dato importante, es que el autor, según reconoce él mismo, fue llevado a dónde estaba secuestrado el embajador de Sudáfrica Archibal Dunn, por lo que se convierte en uno de los principales testigos del lugar donde se encontraba privado de libertad el embajador sudafricano y por lo tanto, quién puede dar testimonio de ello en el caso penal que lleva actualmente la Fiscalía General de la República.
Es un libro que debemos leer con mucho cuidado y entender como actuaban los grupos subversivos en la guerra más larga y sangrienta que asoló el continente americano durante la Guerra Fría.
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