domingo, 24 de junio de 2018

OPERACIÓN CARLOTA


Con esta obra comienzo mi estudio sobre la campaña cubana en Angola, una guerra desconocida en Latinoamérica y de cuyos escritos hay que separar los mitos de la realidad de los hechos. La obra de 175 páginas es un compendio de varios relatos sobre las vivencias de los veteranos cubanos que pelearon en esa guerra. Los relatos son demasiado cortos para mi gusto y ninguno centra en detalle algunas de las batallas emblemáticas de esa campaña.
Pero si muestran las condiciones de lucha de los cubanos de todas las armas, servicios y grupos civiles-militares de la construcción, es un vistazo a lo cotidiano de los internacionalistas cubanos, quitando toda la berborrea propangandistica de su autor, se encuentran algunos datos muy interesantes. por ejemplo, el uso de la artillería de cohetes, los BM-21, en los combates contra las fuerzas irregulares de UNITA. Como en El Salvador, la artillería fue utilizada para golpear las columnas de rebeldes que atacaban posiciones fortificadas, aunque la artillería salvadoreña no alcanzó la efectividad de la cubana, esto se debe en gran parte al escaso número de piezas que los primeros pudieron utilizar.
Las similitudes con nuestra guerra son varias, desde la formación de centros de instrucción, hasta la organización, equipamiento y entrenamiento de unidades especiales que tomaran la ofensiva contra las fuerzas enemigas. Desde el CEMFA en nuestro caso, hasta los BIC y BIAT o las Tropas de Destino Especial en el caso cubano. Estas tropas especiales cubanas han merecido mi atención desde hace mucho tiempo y espero que en la literatura de esta campaña encuentre su operatividad, recordemos que sus  miembros pelearon en Centroamérica al lado de los rebeldes marxistas que intentaron derrotar a los ejércitos regulares, alcanzando la victoria solo en Nicaragua.

Es en la guerra nicaragüense que podemos ver la experiencia cubana ganada en Angola en todo su esplendor, fue en Nicaragua donde se emplearon las enseñanzas obtenidas en Angola por los cubanos y enseñadas al joven ejército sandinista, el EPS. Fue su principal estratega en Angola, el Gral. Arnaldo Ochoa, quien llego a mediados de los años ochentas a Nicaragua, quién revolucionó la forma de operar del EPS y enseñó a sus nuevos reclutas el arte de las operaciones de contrainsurgencia.
Por esta razón, el estudio de la campaña cubana en Angola es tan necesaria para comprender muchos de los cambios operados en el EPS en su lucha contra los CONTRAS. No olvidemos también, que las tropas de Destino Especial cubanas entrenaron a las Fuerzas Especiales Selectas de la insurgencia salvadoreña, entrenamiento que fue completado por los vietnamitas, razón de más para estudiar su desempeño en la guerra de Angola.
Desde el uso de las fuerzas acorazadas en una especie de doble concepción de la guerra, debe recordarse que los sudafricanos mantuvieron tropas en esa guerra, hasta las operaciones dentro del marco de la contrainsurgencia combatida contra UNITA. Es una guerra que nos lega muchas enseñanzas como en su momento lo fuera la de Vietnam y el ejército de los Estados Unidos.
Si queremos entender algunos de los aspectos más desconocidos de las guerras en Centroamérica debemos dar un vistazo a esta campaña y aprender de la rica experiencia cubana ganada en casi 15 años de intervención cubana en Angola. No es mi intención referirme al saqueo de los bienes angoleños (petróleo, marfil, gemas preciosas, etc) que practicaron los cubanos en aquel país, de sobra conocido, me interesa la experiencia de sus militares en aquella guerra.
Un buen libro para iniciarnos en estos menesteres.

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