Este pequeño país del centro-occidente del continente africano se
encuentra a la expectativa de que los señores de la guerra y el gobierno lleven
a buen término los acuerdos de paz firmados. El ejército de El Salvador
participa con las tropas de la ONU en la verificación de dichos acuerdos.
MARCO GENERAL:
Costa de Marfil tiene como capital a la ciudad de Abidjan en la costa
atlántica y limita al oeste con Liberia y Guinea; al norte con Mali y Burkina
Faso y al este con Gana. Las principales ciudades del país y las más
conflictivas son Bouaké, la segunda más importante, Yamoussoukro en el sur y Korhogo
en el norte. Desde su independencia, lograda de Francia el 7 de agosto de 1960,
Costa de Marfil había sido uno de los estados más estables y prósperos del
África Occidental.
El 19 de septiembre de 2002 se escenifica un golpe de estado por parte
del Jefe del Estado Mayor del ejército,
Gral. Robert Güei que mantiene en la actualidad a este pequeño país en una
constante guerra a la que se suman otros problemas regionales. Producto de la
guerra en Liberia, alrededor de 70,000 refugiados de éste país se encuentran viviendo
en condiciones deplorables en Costa de Marfil. La situación general por decir algo, es catastrófica en el norte
del país a la que se agrega condiciones de desempleo, inseguridad y
hacinamiento en todo el país.
A finales de noviembre surgen otros dos movimientos rebeldes, el Movimiento Popular Marfileño del
Gran Oeste (MPIGO) y el Movimiento por la Justicia y la Paz (MJP)
que ocupan una zona menor del Oeste, importante por su cercanía al puerto de
San Pedro, salida del 60% del Cacao que es el principal producto de exportación
del país.
En enero de 2003, el
presidente francés Chirac convocó a una reunión definitiva en Marcoussis
(Francia) abierta a todos los grupos en conflicto. Las reuniones fueron tensas
y sólo la firme presión francesa logró que todos los grupos, muchos de ellos a
regañadientes, en especial el presidente Gbagbo, firmasen el acuerdo que
contemplaba la creación de un gobierno de unidad nacional. En marzo de 2004, la
represión brutal de una manifestación no autorizada de la oposición, en la
capital, Abidjan deja un balance de 120 muertos. Los ministros del Norte y de la
oposición se retiraron del gobierno de unidad. El 30 de julio de ese mismo año se
firmaba en Accra (Ghana) un acuerdo de reformas políticas, que incluye el
espinoso tema de la nacionalidad. Se acordaba también el comienzo del desarme
para el 15 de octubre lo más tarde.
El desarme no se inició
el día señalado. En Abidjan los Jóvenes Patriotas se manifestaban delante de
los cuarteles, exigiendo a los soldados que asumiesen su responsabilidad y
acabasen con los rebeldes. Los grupos del Norte decretaron una alerta máxima. Laurent Gbagbo que había rearmado al ejército a
fondo, consideraba que ahora sí podía ganar y optó por la vía militar para
acabar con el conflicto, a pesar de las divergencias dentro de sus generales y
de las presiones de Francia. El 4 de noviembre aviones gubernamentales
bombardeaban Bouaké y Korhogo, en el Norte. Los rebeldes consideraron acabados
los acuerdos de paz. La ONU calificó el ataque como una violación mayor del
alto el fuego.
.
La situación degeneraba el 6 de noviembre: durante un ataque aéreo gubernamental, un civil estadounidense y nueve soldados franceses mueren y treinta son heridos en un acantonamiento francés de Bouaké. París responde destruyendo dos aviones y cinco helicópteros de combate de la Fuerza Aérea marfileña. En Abidjan se producen enfrentamientos del cuerpo expedicionario francés con el ejército gubernamental y violencias contra edificios franceses.
La situación degeneraba el 6 de noviembre: durante un ataque aéreo gubernamental, un civil estadounidense y nueve soldados franceses mueren y treinta son heridos en un acantonamiento francés de Bouaké. París responde destruyendo dos aviones y cinco helicópteros de combate de la Fuerza Aérea marfileña. En Abidjan se producen enfrentamientos del cuerpo expedicionario francés con el ejército gubernamental y violencias contra edificios franceses.
El
día 14 de mayo de 2005 se llevo acabo una reunión de negociación entre los
Jefes de las Fuerzas Armadas de Costa de
Marfil y Las Fuerzas Armadas de las Nuevas Fuerzas (Force Nouvelle), en
Yamoussoukro, ciudad en la cual se lleva el proceso de desarme, desmovilización
y reintegración y la reestructuración del Ejercito Nacional.
Este acuerdo ha sido el
paso más grande que ha dado Costa de Marfil durante todo el proceso de paz. En
este aspecto la UNOCI ha reiterado su disponibilidad para apoyar la
implementación del desarme, desmovilización y reintegración de los ex
combatientes. En este acuerdo quedo plasmada las obligaciones que ambas partes
tendrán que cumplir. Parte de
ellos son: 1.- Desarme completo de ambas
fuerzas. 2.- llevar a cabo una nueva organización a fin de formar un nuevo ejército
y una nueva organización de la policía en todo el territorio. 3.- La entrega de
dinero a cambio de la entrega de armas por parte de la FN y las demás
organizaciones armadas.
El día 25 de
mayo se llevó a cabo el primer desarme por parte de las Fuerzas Nuevas en la
ciudad, esto como muestra del deseo de
darle una nueva vida a Costa de Marfil, aun cuando las elecciones de octubre no
se realizaron han sido nuevamente programadas para octubre de 2006. En medio de nuevas
tensiones entre el gobierno de Costa de Marfil y la ONUCI a lo largo de 4 años más
y mientras las esperanzas de la paz se desvanecen lentamente, El Salvador ha mantenido su compromiso de
apoyo al proceso de paz y nuevos
oficiales salvadoreños se han estado sumando a este esfuerzo internacional por
llevar la paz a esta asolada región y cuyas esperanzas se encuentran en las
elecciones programadas. Sin embargo, tras diversos aplazamientos, dichas
elecciones no se verificarían sino hasta el pasado 28 de noviembre de 2010.
EL SALVADOR EN LA ONU:
En el nuevo contexto mundial a raíz del fin de la guerra fría, la
Organización de las Naciones Unidas y sus misiones de paz ha tomado auge en el
mundo. Las operaciones de paz son los medios utilizados por la ONU para
mantener la Paz y la seguridad internacionales. Las fuerzas militares puestas a
disposición de la ONU por sus países miembros pero actuando bajo el mando de la
ONU contribuyen a apoyar la vigilancia y resolución de conflictos entre países
hostiles y/o entre comunidades hostiles dentro de un mismo país.
Luego de que el mismo El Salvador fuera objeto de una misión de Naciones
Unidas, la ONUSAL durante los años posteriores a 1992, año en que se firma los
acuerdos de paz entre las guerrillas del FMLN y el gobierno salvadoreño, el
estado salvadoreño decide reincorporarse a las misiones de paz de la ONU. Esta
participación en términos generales ha consistido en asignar observadores
militares o tropas de combate con la función de verificar e informar sobre el
cumplimiento de los compromisos contenidos en un acuerdo y ha representado para
la ONU la suma de personal militar muy capacitado en este tipo de tareas.
La presencia de militares salvadoreños en las Naciones Unidas se remonta
al año 1949, cuando el Cap. Fidel Sánchez Hernández participara en la misión
diplomática que monitoreó las elecciones en Corea del Sur. Hasta la actualidad
son más de 100 militares los que han servido en diversas regiones del mundo.
Esta solidaridad internacional ha sido reafirmada por El Salvador cuando en
junio de 2004 decidiera participar con tropas regulares en la reconstrucción de
Irak, siempre en el marco de las reglas de la ONU.
RUMBO A COSTA DE MARFIL:
El 13 de mayo de 2003, el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas adopta la resolución 1479, que crea por un
período inicial de seis meses una Misión de las Naciones Unidas en Costa de
Marfil (MINUCI) con el objeto de facilitar el cumplimiento de los acuerdos de
Linas-Marcoussis. Esta misión comprende un contingente militar que
complementará a las fuerzas francesas y de la CEDEAO (Comunidad de Estados de
África Occidental) ya desplazadas en la
zona. El 4 de julio, 24 horas después del despliegue de la MINUCI, las fuerzas
marfileñas y la rama militar de los grupos rebeldes declaran en un comunicado
común el fin oficial de la guerra civil.
El 24 de febrero
de 2004, el Consejo de seguridad vota otra resolución, la 1528, que autoriza el
despliegue de la operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI)
por una duración de doce meses. Se trataba de un contingente de 6.240 militares
y 350 policías, con la misión de vigilar el alto el fuego, ayudar al desarme y
a la reinserción de los combatientes en la vida civil, y contribuir a la
preparación de las elecciones presidenciales previstas por los acuerdos de
Marcoussis en un inicio para 2005. Apenas cinco meses después, el 30 de julio
de 2004, una Cumbre de una decena de jefes de Estado africanos, presididos por
Kofi Annan, en Accra (Ghana), dicta un ultimátum para la crisis marfileña, bajo
amenaza de sanciones de la ONU.
La próxima
resolución de la ONU, la 1572, adoptada el 15 de noviembre de 2004, días
después de la ruptura del alto el fuego por las fuerzas legitimistas, condenará
los ataques aéreos marfileños contra las fuerzas francesas en Bouaké, renovará
el apoyo a la ONUCI y a los destacamentos franceses e impondrá un embargo de
armas y una congelación de bienes a aquellas personas designadas por un comité
especializado como peligrosas para el proceso de paz. En este
contexto el primer grupo de oficiales salvadoreños con destino a Costa de
Marfil sale en abril de 2004, el grupo
esta integrado por tres oficiales, el Cap. Recinos Magaña, y los Myrs. Pablo
Soriano, y Najarro se unen a la ONUCI y
cumplieron con misiones de verificación y confianza a largo de un año en las
zonas más conflictivas del país.
En abril de
2005, el segundo grupo de oficiales, Myr. González Quintanilla, Cap. Osorio Soriano y Cap. Figueroa Amaya
llegaron a relevar a sus compatriotas en la ONUCI, allí su misión fundamental fue
la supervisión de la separación de las fuerzas militares enfrentadas (mediante
la creación de una zona de separación que divide al país en dos sectores, Norte
y Sur); el Desarme, Desmovilización, y Rehabilitación de dichas fuerzas (DDR).
Estos oficiales llegaron a Costa de Marfil en medios de grandes
expectativas sobre el nuevo rumbo de las conversaciones de Paz, se presentaron
al Cuartel General de la ONU en Abidjan, donde fueron asignados a dos enclaves
en el Sur, Yamoussoukro y Daloa; y otro enclave en el norte, Ferkessedougou. En
estos lugares, dichos oficiales debieron cumplir con misiones de: supervisión del
embargo de armas, chequeo de posiciones rebeldes y gubernamentales, cantidad de
armas en los depósitos bajo supervisión de la ONUCI entre otros.
LA MISIÓN SALVADOREÑA
Las misiones más difíciles eran las concernientes a la entrega de armas
de las fuerzas rebeldes con su consiguiente inventario y la supervisión de la
separación de las fuerzas enfrentadas. Una de las situaciones más preocupantes
es la relación que se establece con los jefes rebeldes del PMIC, ya que en cada
zona del país controladas por ellos, se constituyen en las verdaderas autoridades y su colaboración
se vuelve decisiva si se espera el logro e implementación de los acuerdos hasta
ahora alcanzados. En el Norte del país de mayoría musulmana, los principales
líderes rebeldes son los comandantes Bakayoko y Fofie Kovakou, mientras que en el Sur esta el
comandante. Mangou.
La rebelión que comenzara en 2002 fue organizada desde
el extranjero, en Burkina Faso, por militares marfileños, en su día
simpatizantes del general Guëi. Entre los líderes políticos destaca Guillaume
Soro, secretario general del principal movimiento rebelde, el Movimiento
Patriótico de Costa de Marfil (MPCI). Cabe destacar que la mayor parte de las
tropas del MPIGO provienen de Liberia y Sierra Leona, incluidos miembros del
grupo rebelde sierraleonés Frente Unido Revolucionario (RUF) y de las fuerzas
armadas ligadas al otrora Presidente de Liberia, Charles Taylor. Otros grupos
no identificados llevan a cabo carnicerías entre la población civil. Como
es sabido el PMIC es una amalgama de movimientos rebeldes entre los que
destacan las Fuerzas Nuevas, al mando de Guillaume Soro, el MPIGO liderado por
Félix Doh y el MPJ. El señor de la guerra Doh moriría en una emboscada el 28 de
abril de 2003.
La situación militar en el país, por
lo general es de una tensa calma muy volátil, además algunos incidentes han
ocurrido entre fuerzas rebeldes y
gubernamentales que mantienen cierto grado de confrontación militar que genera
inquietud y zozobra en la población. Las fuerzas de seguridad en Costa de
Marfil han conducido un ambicioso programa para reorganizar las Fuerzas Armadas
Nacionales (FANCI) con nuevas partidas de equipos y armas luego que la mayoría de mercenarios de Europa del
este abandonara el país, sin embargo ninguna de las partes en conflicto ha
logrado incrementar su nivel militar a tal punto que pueda obtener una decisiva
ventaja estratégica.
Por su parte la ONUCI mantiene alrededor de 9,000 tropas (provenientes principalmente
de Nigeria, Benin, Gana, Senegal y Togo países que conforman el ECOWAS-Comunidad
Económica de Estados de África Occidental) que incluyen también a los
observadores militares como los de El Salvador, Chad y otros.
Estas tropas están divididas en varias fuerzas que constituyen unas 5
unidades a nivel de batallón, formadas por unas 21 compañías que incluyen
compañías de infantería, escuadrones de reconocimiento blindado,
comunicaciones, ingenieros y otras unidades. El grueso de estas fuerzas se
ubica a lo largo de la línea de separación que atraviesa de este a oeste todo
el país.
A estas fuerzas deben sumarse unidades del ejército francés con 4,000
tropas que se mantienen en el país luego de la operación UNICORNIO, mediante la
cual estas tropas evacuaron extranjeros en unión a tropas estadounidenses en
2002 y luego se quedaron para apoyar a las tropas de la ECOWAS y luego de la petición
a la ONU para que dichas fuerzas obtuvieran el estatus de cascos azules y
pasaran a formar la ONUCI, para 2010, estas fuerzas se habían reducido a 900
hombres.
En total, en el país se encuentran 10,000 tropas de los cascos azules
que de una u otra forma han logrado algo de estabilidad, lo que ha permitido
que desde abril de 2005 se mantengan conversaciones de paz entre los
principales líderes. El presidente del país Laurent Gbagbo, el líder rebelde
Guillaume Soro, el líder opositor Alassane Ouattara y el anterior presidente
Henri Donan Bedie. Por su parte las fuerzas rebeldes, ahora agrupas en las Fuerzas
Nuevas son estimadas en unas 11,000 tropas equipadas con armas ligeras,
mientras que las fuerzas regulares suman 15,000 tropas mejor apertrechadas pero
con escaso apoyo aéreo.
GUERRA CIVIL:
La situación de Costa de
Marfil se agrava por los intereses que países regionales mantienen en este
país. Guinea y Togo han apoyado a Gbagbo, Burkina Faso y Liberia se han
posicionado contra él. Para Burkina Faso, la situación de Costa de Marfil es
vital: el puerto de Abidjan es su pulmón comercial. Más de tres millones de
burkinabeses viven en ese país y son una fuente de ingresos indispensables para
buena parte de la población de Burkina.
Si en tiempos pasados las
relaciones entre los dos países fueron amistosas, en los 80, con el final del
milagro marfilense, los emigrantes empezaron a ser considerados como
extranjeros, sin derechos a los recursos del país y responsables de todos los
problemas. Se produjo un enfriamiento de relaciones entre los gobiernos.
Los violentos incidentes de 1999 costaron la vida a muchos emigrantes, atacados por autóctonos marfilenses, y provocaron una oleada de retorno a Burkina Faso. Fue el punto de no retorno para el presidente Compaoré. Había que intervenir en la política del país vecino para mantener una situación favorable a Burkina.
El previsible regreso de tres millones de emigrantes sería una catástrofe para Burkina. Había que derribar a Laurent Gbabgo. .
En Ouagadou, capital de Burkina, se habían refugiado muchos oficiales marfilenses rebeldes. Les dieron entrenamiento y posibilidades de organizarse. Llegaron armas y material de comunicación sofisticado. En 2002, muchos de estos oficiales están al frente del MPCI, la rebelión del Norte. El ejército de Burkina se acuartela en la frontera con Costa de Marfil, para evitar posibles infiltraciones de réplica. La frontera está abierta al paso de convoyes con armamento para el MPCI. Sus oficiales se acercan con frecuencia, para recibir información y asesoramiento de los generales burkinabeses. Pero no ha habido presencia directa de militares de Burkina, a pesar de la propaganda de Costa de Marfil, que afirmaba rotundamente que eran invadidos por el ejército burkinabés.
Los violentos incidentes de 1999 costaron la vida a muchos emigrantes, atacados por autóctonos marfilenses, y provocaron una oleada de retorno a Burkina Faso. Fue el punto de no retorno para el presidente Compaoré. Había que intervenir en la política del país vecino para mantener una situación favorable a Burkina.
El previsible regreso de tres millones de emigrantes sería una catástrofe para Burkina. Había que derribar a Laurent Gbabgo. .
En Ouagadou, capital de Burkina, se habían refugiado muchos oficiales marfilenses rebeldes. Les dieron entrenamiento y posibilidades de organizarse. Llegaron armas y material de comunicación sofisticado. En 2002, muchos de estos oficiales están al frente del MPCI, la rebelión del Norte. El ejército de Burkina se acuartela en la frontera con Costa de Marfil, para evitar posibles infiltraciones de réplica. La frontera está abierta al paso de convoyes con armamento para el MPCI. Sus oficiales se acercan con frecuencia, para recibir información y asesoramiento de los generales burkinabeses. Pero no ha habido presencia directa de militares de Burkina, a pesar de la propaganda de Costa de Marfil, que afirmaba rotundamente que eran invadidos por el ejército burkinabés.
Por su parte Charles
Taylor, presidente de Liberia hasta agosto de 2003, no se anduvo con tapujos en su participación
directa en la guerra de Costa de Marfil. Tiene una larga trayectoria de intervenciones
en Sierra Leona, Guinea, y a su vez ha sido objeto de ataques de réplica desde
esos países. El presidente Houphouët Boigny le dio luz verde, en 1989, para su
ofensiva que acabaría con la sangrienta dictadura de Doe en Liberia.
Muchos oficiales
marfilenses participaron en la guerra. Taylor conoció así a Gueï, de su misma
etnia, y jefe del estado mayor del ejército de Costa de Marfil.
Gueï, tras su golpe de Estado en 1999, se proclamó presidente de Costa de Marfil. Le proporcionaba armas y material militar a Taylor. Este, a cambio, ponía bajo su mando a oficiales y soldados fieles y aguerridos, la guardia personal del general.
Cuando Gueï fracasó en las elecciones de 2000 y resultó elegido Laurent Gbagbo, Taylor empezó a preparar su derrocamiento. En Liberia, junto a la frontera con Costa de Marfil, comenzó a organizarse una guerrilla con vistas a futuras acciones. Gbagbo le pagaba con la misma moneda, impulsando grupos armados contra Taylor.
Gueï, tras su golpe de Estado en 1999, se proclamó presidente de Costa de Marfil. Le proporcionaba armas y material militar a Taylor. Este, a cambio, ponía bajo su mando a oficiales y soldados fieles y aguerridos, la guardia personal del general.
Cuando Gueï fracasó en las elecciones de 2000 y resultó elegido Laurent Gbagbo, Taylor empezó a preparar su derrocamiento. En Liberia, junto a la frontera con Costa de Marfil, comenzó a organizarse una guerrilla con vistas a futuras acciones. Gbagbo le pagaba con la misma moneda, impulsando grupos armados contra Taylor.
Gueï murió trágicamente
en el levantamiento que provocó la división del país, en septiembre de 2002.
Dos meses más tarde Taylor lanzaba en el oeste de Costa de Marfil dos nuevos
grupos contra Gbagbo, que se distinguieron por su mayor capacidad combativa. Taylor
desaparecía de la escena política en 2003, estuvo desterrado en Nigeria desde donde fue
entregado a las Naciones Unidos en abril de 2006 para su enjuiciamiento por
crímenes de guerra, pero su sombra permanece viva.
A LAS PUERTAS DE UN NUEVO DESASTRE:
Después de las elecciones
de noviembre pasado (2010) y a pesar de que el Tribunal Constitucional proclamó
ganador a Laurent Gbagbo, las Naciones Unidas declararon
ganador a de
Alassane Ouattara ante las protestas del
Presidente actual, quien no solo ha desconocido el triunfo de su opositor sino
que pedido que los 9.000 hombres de las
fuerzas de pacificación de las Naciones Unidas y otras 900 tropas francesas que
los apoyan, debían dejar el país inmediatamente. La crisis se transformó en violenta cuando las fuerzas
de seguridad leales a Laurent Gbagbo usaron munición real para dispersar
protestas callejeras hechas por partidarios de Ouattara. Ante tal situación la
ONU se negó a retirar sus tropas.
El primer
ministro de Gbagbo, Guillermo Soro, jefe de los rebeldes que hicieron la guerra
civil de 2002 - 2004, y que alcanzó un acuerdo de paz con el Presidente, cambio
de bando y se pasó a las filas de Ouatarra, prestándole su colaboración armada.
El Consejo de Seguridad de la ONU, ha ordenado medidas para sacar al Presidente
Gbagbo. Fuerzas francesas, tal como en el año 2004, han intervenido en el país
africano con sus armas. El desenlace
final de esta crisis se dio el 11 de abril
de 2011, cuando Gbagbo fue arrestado por las fuerzas leales al
presidente electo, Alassane Ouatarra, luego de 3.000 muertos y cientos de miles
de personas desplazadas.
A un año de
éste grave conflicto, en Costa de Marfil más de ocho millones de personas viven
bajo el umbral de la pobreza, inseguridad, desempleo y heridas sin cerrar, se
calcula que el 40% de la población no tiene sus necesidades alimentarias
cubiertas. En estas circunstancias, El Salvador sigue apoyando a éste sufrido
pueblo.
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