jueves, 17 de noviembre de 2011

CAZADORES DE GUERRILLAS III

                                         Al centro el Cnel. Semenzin y a su derecha, el Cap. von
                                         Santos.

Con su organización bien establecida, el batallón Cuscatlán  desarrolló diferentes acciones militares en el departamento de San Miguel y norte de Morazan, siendo la batalla más sobresaliente la llevada a cabo en el Cerro Cacahuatique, en la jurisdicción de Ciudad Barrios, en donde dicho Batallón combatió valerosamente para reforzar las unidades del batallón de cazadores Tecana, de la 2da. Brigada de Infantería, que se encontraba asediado por las guerrillas, quienes luego de furiosos combates derrotaron a esta unidad. Los cazadores del Cuscatlán y otras unidades al final lograron desalojar a los insurgentes y socorrer a los sobrevivientes del Tecana.
El 6 de mayo de 1983, el batallón Cuscatlán juramentaba su primer contingente de soldados conscriptos (reclutas) ante el comandante de la 3ra. Brigada, el Cnel. Jaime Ernesto Flores y su Estado Mayor. El 20 de agosto de 1984 fue nombrado en el comando de dicho batallón, el  Capitán José Antonio Almendáriz Rivas, que venía de ocupar el cargo de Director de la Escuela de la Policía de Hacienda, fue comandante de ese batallón hasta el 30 de abril de 1985. En cumplimiento a los acuerdos de paz, el batallón Cuscatlán fue desmovilizado el 31 de enero de 1993 despues del sacrificio de muchos de sus soldados.
Siendo un veterano orgulloso de haber pertenecido a esta unidad, quizás, la mejor referencia que he escuchado a un militar extranjero para definir a nuestros soldados, y específicamente a los soldados cazadores es la que hace el Coronel Semenzin cuando afirma: "Considero al soldado salvadoreño, un guerrero nato, combatía con las uñas, combatía con nada, el propio fuerzas especiales, conocía el medio, no era un elemento sacado de otra parte"; el  Coronel Semenzin ademas agrega: "Recibimos varias felicitaciones pero rechazamos cualquier condecoración, ya que nosotros no fuimos allá en búsqueda de recompensas personales, en metálico o ponernos un ribete o una condecoración, sino que regresamos con la satisfacción del deber cumplido, regresamos de un trabajo en donde pusimos en alto el nombre de nuestra patria y colaboramos en transformar las unidades de infantería en cazadores de El Salvador y hasta donde tuve conocimiento sirvió de mucho, utilizaron una nueva técnica y táctica que les fue de provecho".


Los Cazadores venezolanos desterrados en su propio país
Al regresar a Venezuela, el Coronel Semenzin fue destacado a una unidad de Fuerzas Especiales de la Policía Aérea, que tenía un equipo de acción móvil y como parte de la instrucción se realizaba con helicópteros, había mucho entrenamiento con los paracaidistas donde siguió viendo al Capitán Acosta Carles, con quien comentaban sobre su aventura en El Salvador.
A lo largo de su historia, el curso de cazadores fue ampliado a 45 días y se organizó otro para comandantes de pelotón, luego se experimentó para hacerlo un curso de Fuerzas Especiales y se hicieron de 5 a 6 cursos que duraron de 4 a 5 meses y se les llamó Cazador Internacional. El entrenamiento era más sofisticado, duraba más tiempo y se invitaron alumnos oficiales y sub-oficiales de países amigos. Llegaron mexicanos, salvadoreños, norteamericanos, kaibiles, bolivianos, italianos, legionarios franceses (estacionados en la Guyana francesa), panameños, hondureños, y ecuatorianos. El centro pasó a llamarse Centro de Operaciones Especiales General Andrés Rojas. En el primer curso internacional participó un teniente salvadoreño de apellido Servino, luego en 1987, en el curso de cazador internacional  participó otro oficial salvadoreño junto a otros oficiales de Honduras y Panamá, era el teniente Turkey Pérez, quién formaba parte de uno de los batallones de   cazadores, era un oficial que había ascendido desde soldado.
Hoy en día dura 6 meses, y se llama Curso de Operaciones Especiales que incluye, el curso de buzo de combate, y el de paracaidista de caída libre (Free Foll), ambos eran cursos que anteriormente se hacía a parte. En el curso se da la fase de tierra (cazador), fase de operaciones anfibias (buzo de combate) y luego hacen la fase heli-táctica (paracaidista de caída libre), por eso hoy en día el curso se llama de Fuerzas Especiales. La escuela sigue ubicada en el Fuerte Cocoyar, en el estado de Sucre, al norte de Venezuela. Como escuela se inaugura en 1984-86.
En Venezuela el arma del oficial se conoce por el color de la capona o la charrera; amarrillas para la infantería, rojo para el artillero, azul para el de blindados y el cazador para distinguirlo de la infantería era anaranjado; por eso la insignia que era una punta de lanza entrecruzado con un machete era en anaranjado vivo y utilizan una boina color verde por que los primeros entrenamientos de las unidades de cazadores en los años 1965 a 1968 fueron impartidos por Boinas Verdes y fue de allí donde se tomó la boina verde como distintivo de los cazadores. Por orden y decreto presidencial desde 2007 dejaron de llamarse Cazadores y fueron bautizados como Caribes (una tribu e indios que pobló la parte norte del país). El cambio no fue bien recibido por los oficiales de la vieja guardia.
"El Presidente en su reforma de las Fuerzas Armadas decidió imponer un nombre, digamos más autóctono, pero los oficiales de la vieja guardia no estuvimos muy contentos ya que la palabra Cazador era algo que ya era historia y significaba mística" dice Semenzin.
Actualmente todos los batallones de cazadores están recibiendo entrenamiento de parte de los cubanos para especializarse en guerra irregular en lo que ha dado en llamarse guerra de resistencia o guerra asimétrica contra una gran potencia. Así, las tres brigadas de cazadores y un batallón    independiente de cazadores del ejército  pasaron a denominarse Caribe. Ante esta situación, el Coronel Semenzin, quien paso a retiro el 1 de enero de 2008, después de 30 años de servicio, comenta con frustración como ahora se reivindica la supuesta hazaña de los combatientes internacionalistas cubanos y venezolanos que en 1965 desembarcaran en las costas venezolanas y fueran derrotados precisamente por unidades de Cazadores del Ejército, con evidente incomodidad nos manifiesta: "Se hizo un acto, creo que fue el año pasado (2007), en donde el   Teniente coronel William Izarra Caldera presidió un acto donde conmemoraron esa invasión guerrillera de los años sesentas como si hubiese sido una gesta heroica, y los oficiales institucionales que estamos apegados a la institución militar verdadera y constitucionales porque estamos apegados a la constitución nos cayó eso muy mal, por que allá murieron tanto oficiales como tropa, entonces van a rendirle tributo a una potencia que nos invadió. Se habla mucho de una probable invasión del "imperio norteamericano" y somos "amigos" de cuba, y hasta donde yo conozco, el único país que nos invadió con tropas fueron los cubanos".
Como cazador no puedo más que compartir la pena y el dolor que embarca el corazon de  mis compañeros de armas venezolanos y decirles como hace 26 años nos enseñaron ellos, que "Cazadores nacemos, Cazadores nos formamos, Cazadores somos y Cazadores moriremos con orgullo portando en nuestro hombro la media luna que dice Cazadores".                  

miércoles, 2 de noviembre de 2011

CAZADORES DE GUERRILLAS II


Los cazadores venezolanos llegaron a El Salvador en 1982, su misión era entrenar en el combate de guerrillas a los soldados salvadoreños de tres batallones, uno perteneciente a la Tercera Brigada de Infantería, con sede en San Miguel. Entre las cartas de presentación de los venezolanos destacaba que habían evitado la consolidación de los movimientos insurgentes venezolanos, además de la captura de un desembarco cubano con armas y combatientes.




Se necesitaban 12 hombres y un líder  para integrar uno de los  grupos de entrenamiento. Los requerimientos para ser seleccionados eran específicos: dominar el área de contrainsurgencia, con un mínimo de 3 años en batallones de cazadores, haber realizado el curso básico de    cazador, el curso de comandante de pelotón y haber hecho un curso en el extranjero que podía ser el de Ranger, Lancero, Boina Verde o Kaibil.
El joven Teniente Máximo Elías Semenzin Mattarolo calificaba en los tres requisitos. En 1977  siendo aún cadete de la Escuela Militar realizó el curso con un equipo móvil del batallón de cazadores Genaro Vásquez Nª 82, en 1978, fue asignado al batallón de cazadores Pedro Sarasa. Luego fue enviado junto a un grupo de oficiales a realizar el curso de guerra irregular en Fort Gulick, Panamá, en la Escuela de las Américas y en 1981 fue enviado a Fort Benning para realizar el curso de Ranger. El equipo recibió las indicaciones sobre su misión entre febrero y marzo de 1982, solo sabían que harían una misión de apoyo de entrenamiento en Centroamérica, pero todos los miembros dedujeron que se trataba de El Salvador.
Viajaron de forma encubierta, en líneas comerciales y en diferentes vuelos. "Fuimos prácticamente infiltrados como turistas", dice Samenzin. El apoyo fue solicitado por el gobierno salvadoreño, representado en aquella época, por la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por José Napoleón Duarte y despues refrendado por el Presidente Provisional Alvaro Magana, petición a la que el gobierno de Venezuela accedió gustosamente.
El resto del grupo estaba integrado por el Capitán Luis Acosta Carles, por su metro noventa de estatura y su consistencia fornida era conocido como Tarzán Boy, era   cazador, paracaidista y había hecho el curso de lancero de Colombia. Por su antigüedad fue el encargado de seleccionar a los otros oficiales. Su hermano Felipe Antonio Acosta Carles   falleció en 1989, en el famoso caracazo, cuando una insurrección popular intentó derrocar al entonces presidente Carlos Andrés Pérez. El líder era el Coronel José Luis Prieto, años después y cuando ya estaba retirado, Luis Acosta Carles fue nombrado ministro de Defensa con el rango de General por el Coronel Hugo Chávez.
El equipo de Cazadores venezolanos llegó a El Salvador en mayo, unos días antes había viajado el líder para verificar las condiciones y los lugares donde se verificaria el entrenamiento. En la embajada venezolana recibieron la orientación sobre la situación militar salvadoreña y el trabajo que les esperaba. Semenzin recuerda: "Nos dieron una buena orientación, profundizaron bastante en la situación salvadoreña y fue ahí donde nos dijeron que habíamos sido seleccionados entre varios países para dar esa asistencia, ya que los cazadores venezolanos tenían la experiencia de haber derrotado a las guerrillas en nuestro país".
El Coronel Semenzin fue asignado a la 3ra. Brigada de Infantería, en San Miguel junto con el Cap. Acosta Carles; a los 20 días se les unió el Maestre Técnico Navarro, un Sargento  Mayor con 12-15 años de servicio, ademas era experto en explosivos. Como medida de precaución no fueron informados sobre los otros equipos, ni a donde fueron destacados o quienes los integraban. En la 3ra. Brigada, los venezolanos estructuraron los diferentes comites que impartiriam la instruccion. Cada uno de los instructores venezolanos se iba rotando en el entrenamiento por estaciones segun el comite asignado, para enseñar las diferentes especialidades del curso.


Los Cazadores salvadoreños:

El 27 de julio de 1982 se crea el batallón de cazadores Cuscatlán, fue organizado con personal antiguo de varias compañías de infantería procedentes del Destacamento Militar 4 (DM-4), con sede en Usulután, del Centro de Instrucción de Comandos de la Fuerza Armada, con sede en San Francisco Gotera, y con personal de la 3ra. Brigada de Infantería, siendo su primer comandante el Mayor de caballería José Roberto Rivas Galeano.
"Eran muchachos jóvenes, algunos eran analfabetas e incluso tuvimos que enseñarles a ponerse las botas, ya que por su extracción campesina se les dificultaba pues no estaban acostumbrados. Hubo bastante acercamiento, era la misma situación de nuestras tropas venezolanas. Tenían un entrenamiento básico muy rudimentario, sabían la técnica de combate regular, usaban cascos de acero, un morral con equipo innecesario, botas o que eran muy grandes o eran muy pequeñas, eran muchachos que el más alto media 1,65mts, la típica de América Latina, usted le montaba cinco cargadores y una M-60 encima y lo mataba", recuerda el Coronel Semenzin.
Lo primero que hicieron los instructores venezolanos fue cambiar el uniforme, usar sombrero o boina, cargar en el morralito únicamente un poncho para la lluvia y un cobertor que a veces si se mojaba era más el peso que se llevaba, una sola muda de ropa y tres pares de medias, era importante cuidarse los pies, la munición de reserva, una sola cantimplora de agua, y un machete. Se organizó un curso básico de 30 días; primero se concentraron en la parte individual de cada hombre y luego había que entrenarlos en equipo.
El primer entrenamiento se denominaba período básico de instrucción del soldado (PIBS), el cual fue amoldado específicamente para soldado cazador, pues los salvadoreños ya poseían el entrenamiento básico del soldado de infantería regular. Se daba una formación del combatiente individual y luego se trabajaba en binomios, después era integrado a la patulla hasta formar un pelotón.
En la graduación, los venezolanos obsequiaron a los oficiales salvadoreños, la insignia metálica de los cazadores venezolanos, era una lanza cruzada con un machete y para ese entonces una boina color verde con un pentágono anaranjado que era el color de los cazadores.
Además, los fusiles M61T2 FAL de culata plegable que llevaban los venezolanos, fueron obsequiados en señal de respeto y admiración a los oficiales salvadoreños. El batallón de cazadores Cuscatlán se gradúo el 12 de agosto de 1982 y enseguida fue utilizado en las diferentes operaciones realizadas en la zona oriental del pais, quizas una de las mas recordada, la batalla en Cacahuatique, en abril de 1983. A lo largo de la guerra, este batallon y sus dos hermanos se distinguiria en el combate. Después el equipo del Coronel Semenzin regresó a su país, donde le estaban esperando para que calificase para asistir al curso de boina verde que desarrollaría en 1985.