sábado, 28 de mayo de 2022

COMANDANTE FELICIANO

Este es otra obra narrativa sobre uno de los miembros del PCS-FAL que militó en los iniciales GAR y luego en la guerrilla urbana hasta ser miembro fundador de la FAL, el brazo armado del Partido Comunista salvadoreño. Feliciano, quién antes de ser abatido por el Ejército, fue nombrado líder del Frente Central de Guazapa por parte del PCS en enero-febrero de 1981, luego de la desastrosa derrota de sus fuerzas durante la llamada Ofensiva Final, de enero de 1981.

Para mí, lo importante del libro es la descripción del proceso de reclutamiento de los primeros reclutas en los incipientes organismos armados del PCS, que en 1980 constituirían el embrión que dio forma a la FAL (Fuerzas Armadas de Liberación) y que formaría a partir del 10 de octubre de 1980, el FMLN.

Aunque el autor se cuida de no dar muchos detalle de las operaciones de guerrilla urbana en las que participó Tomás Roberto García Vargas, alías comandante Feliciano, las memorias publicadas hasta ahora de los jefes rebeldes dan un detalle de dichas actividades: el sabotaje contra las estructuras eléctricas, telefónicas, de transporte público; asesinato de oficiales del ejército o cuerpos de seguridad pública, incluyendo a sus familiares; los secuestros o asesinato de prominentes hombres de negocios y un largo etcétera, etcétera.

Una forma de no manchar, la supuesta "heroica" lucha de Feliciano por la libertad de su pueblo oprimido por la dictadura y el imperio norteamericano, recuerden que siempre aparece el imperio del Norte en estos trabajos. La vida de este combatiente sirve de vitrina para denunciar el llamado bloqueo de la isla de Cuba por el imperio y la estoica lucha por su pueblo, de uno de los dictadores más brutales que asoló nuestro continente.

Así que dejando de lado la propaganda, que salpica todo el libro, es posible encontrar información valiosa para reconstruir las operaciones del PCS, sobre todo a finales de los años setenta, sus formas de operar y organización paramilitar. Oreo aspecto de mucho interés, es la vinculación deportiva y afectiva entre éste cuadro del PCS y el que después de la guerra fuera Ministro de Defensa de los gobiernos de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén (ambos del FMLN), el Cnel. David Munguía Payes (actualmente preso en la cárcel de Mariona).

Lo que da vuelo a intrigas y aseveraciones de que el referido militar fue realmente un agente infiltrado del PCS en la FAES, algo hasta hora no probado. Es interesante ver como el autor, en 203 páginas detalla la vida, casi mística de éste joven subversivo, entregado a la lucha por su pueblo, iguales declaraciones sobre Fidel Castro y su valiente lucha contra el imperio.

Pese a todo ello, aun podemos rescatar hechos que nos ayudan a entender la organización de la subversión en uno de los grupos del FMLN, el que de último se sumó a la lucha armada apartándose de las directrices de Moscú y cuya contribución militar a la insurgencia fue casi nula pero cuyos adeptos tratan de magnificar para la historia. Aunque falta mucho por estudiar las verdaderas contribuciones militares de cada organización que integró el FMLN, algunos preceptos ya empiezan a emerger como parte de un cuadro que tarde o temprano tenderemos que completar.

Los cursos de preparación militar recibidos en Cuba, tanto para ser parte de los cuadros de la guerrilla urbana como de dirigentes a todo nivel táctico y operativo demuestran una vez más que sin el apoyo cubano y de la antigua URSS, el FMLN hubiera sido incapaz de desafiar a la FAES como lo hizo durante todo el conflicto, una verdad que emerge poco a poco.

En definitiva un libro que hay que leer, con pinzas, pero nos ayuda a reconstruir la fase más sangrienta de las acciones subversivas desde mediados de los años setenta.

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