jueves, 10 de mayo de 2018

GUERRA DE INVIERNO, RUSIA CONTRA FINLANDIA


Otra de las obras de la Editorial española San Martín dedicada a uno de los conflictos menos estudiados de la Segunda Guerra Mundial, la guerra Ruso-Finlandesa que estalló el 1 de diciembre de 1939 y que duraría hasta el 13 de Marzo de 1940, dejó atónito al mundo al ver la enconada resistencia que un país pequeño como Finlandia oponía a una de las mayores potencias militares de la época, la Rusia de Stalin. Una verdadera escuela para aquellos países pequeños que por diversas razones han sido parte del entramado internacional y atención de las superpotencias.
Por otro lado, este conflicto es muy parecido al que librasen los ejércitos de El Salvador y Honduras en Julio de 1969. En ambos conflictos se observaba un servicio militar obligatorio de 1 año de duración, los Teatros de Operaciones estaban confinados por una abrupta geografía, los medios utilizados, fueron escasos y no muy modernos, y un sistema de movilización muy similar entre los finlandeses y los salvadoreños, que a la larga permitieron el éxito a ambos ejercitos (un éxito defensivo en el caso finlandés). Por eso, los estudiosos de ese conflicto en Centroamericano harían muy bien en volver su visión investigativa en la guerra ruso-finlandesa.


Una frase en particular volvería a convertirse en habitual para describir las acciones militares, en este caso del ejército finlandés, me refiero a la táctica de la Tierra Arrasada, que inspirada en la que los rusos hicieron contra Napoleón, ahora los finlandeses practicaban contra el ejército Rojo. Desde entonces, el término seria popularizado por los movimientos insurgentes a lo largo de todo el mundo, como una descripción de las acciones militares emprendidas por sus enemigos (las fuerzas regulares) en su contra.
Esta guerra fue la primera prueba de fuego para el enorme Ejército Rojo organizado por Trotsky, derrotado en una serie de encuentros con el nuevo ejército finlandés, su organización se resintió de las purgas de Stalin y de la vigilancia, que sobre sus oficiales ejercían los Comisarios Rojos, que hasta en el nivel de Pelotón debían dar su aprobación para las acciones tácticas, haciendo con ello que la iniciativa y la audacia fueran escasa entre estos oficiales.
Para mí ha sido interesante estudiar la táctica finlandesa de los Motti, una modalidad que envolvía un triple proceso: reconocimiento y bloqueo, seguidos de ataque y aislamiento y, por fin, aniquilamiento. Pero esta táctica pudo ser eficaz al ejército finlandés debido a la peculiar organización del mismo, donde "las victorias obtenidas fueron consecuencia de una acción de mando enérgica y audaz que supo emplear las fuerzas, las posibilidades del terreno y las circunstancias del momento del modo más apropiado para obtener el mayor provecho de la situación".
Hay una batalla que nos ayuda a entender las limitaciones del poder de fuego contra unos defensores motivados y dispuestos al mayor sacrificio. En el área de defensa en torno a la pequeña ciudad finlandesa de Summa, al este del Golfo de Finlandia, los rusos descargaron una aterradora barrera de artillería, en 24 horas los rusos dispararon 300,000 granadas de artillería de diversos calibres, y aún así, no lograron superar la defensa finlandesa. En los Conflictos de contrainsurgencia, como se demostró en Vietnam y El Salvador no es la excepción, el fuego de la artillería fue muy poco eficaz a la hora de negarle movilidad al enemigo o propinarle un desgaste decisivo en la mayoría de batallas libradas que justificaran el gran uso de esta arma.
Sin duda amigos, es un libro que con sus 10 capítulos y 160 páginas debemos leer para aprender de sus enseñanzas.

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