martes, 8 de octubre de 2013

SOLDADOS EN COMBATE

Cuando estabamos inmersos en los cruentos combates de noviembre de 1989, nada presagiaba que mi camarada de combate, el entonces Tte. Balmore Vigil decidiría volverse un escritor durante la paz. Luego de la guerra nos volvimos a encontrar y ahora ambos compartimos esta pasión por escribir sobre nuestra guerra. Cuando leí SOLDADOS EN COMBATE, la obra de Balmore, me sobrecogio un enorme sentimiento, recorde a mis soldados, con los que compartí el infierno de la guerra y aquellos momentos de hermandad, en los fugaces momentos de quietud en el frente.
Las 448 páginas de esta fenomenal obra nos conducen por los intrincados sentimientos que embargan al solddo durante el combate, para ser un novel escritor, ha logrado plasmar diestramente ese sentimiento de victoria, de angustía, de dolor, de amor por el compañero, en verdad creo que estamos frente a un nuevo cuño de historia, me refiero al género de la crónica, del relato. El autor ha sabido conjugar muy bien el recuerdo del sujeto con el contexto del momento historico, llevandonos por aquellos haciagos días en que no sabiamos si sobreviriamos la guerra.
sus líneas nos adentran en la psiquis del combatiente, de aquellos soldados que hasta ahora nos comparten sus recuerdos de guerra, porque principalmente son eso, recuerdo de guerra, una guerra cruel en la cual afloraron sentimientos humanos como la hermandad, también algunos negativos, esta obra, es la primera en recoger tales sentimientos y en dejar adentrar al lector en la psiquis del soldado.

Son 37 relatos llenos de mucha emoción, de muchos sentimientos encontrados, de mucho dolor, de lágrimas pero sobre todo, de historias que hasta ahora, los soldaos salvadoreños se habian negado a compartir con su pueblo, esto es, según mi punto de vista el valor fundamental de esta obra, es la primera de su tipo, insumo de gran importancia para aquellos que nos dedicamos a la historia y por vez primera, nos confronta con el lado del ejército en esta guerra.
Ya estaba cansado de tantos "cuentos chinos" de nuestra guerra, ahora se nos presenta una obra que más que tener un fin reinvindicativo, se concentra en mostrarnos los recuerdos de unos soldados cuyas vidas quedaron marcadas por esta guerra. Me enorgullece que la obra de Balmore haya sido todo un exito finaciero, algo escaso en nuestro medio pero bien merecido a su trabajo y esfuerzo.
A mis lectores esta por demás decirles que les recomiendo la lectura de esta obra, los llevara por las montañas de San Vicente, a las orillas de aquellos villoros, mientras sus pobladores peleaban una guerra en silencio, una guerra despiadada para salvar sus vidad o perecer en el intento, una guerra desconocida hasta ahora; los llevará por la enorme majestuosidad del cerro de Cacahuatique, donde los comando de Morazán escribieron una página de sacrificio y valor, nos arastraremos junto a ellos en sus trincheras, avisoremos sus puntos de miras sobre las trincheras que los protegían y a veces, escucharan sus gritos apoyando a sus compañeros; iremos por el cerro de Guazapa, caminaremos en sus vaguadas mientras el Atlacatl es sorpendido en una cruenta emboscada y sus soldados lucharan por no dejar a sus camaradas.
Viveremos los momentos angustiantes de los pilotos cuando su aeronave se venia abajo y solo quedaban algunos sagundos para maniobrar en el aire, sin tiempo, ni altura para abandonar la nave, quedarse en la cabina y rogar a Dios por su misericordia; los momentos de angustia de nuestro pueblo atrapado entre dos fuegos y dos lealtades, allá en aquellos pueblitos olvidades, inmersos en las zonas más cruentas de los combates, sus vivencias son rescatadas en éste libro.
Reiran con las ocurrencias de nuestros soldados, tanto para procurarse el alimento diario como las caricias de las eternas venus que siempre, a lo largo de las guerras han vuelto lcoos a los soldados; en fin, no se pierdan estas páginas que pronto seran parte de esas obra que llamaran imperdibles en la prosa de la guerra.